“Confesiones de un asesino” narra las correrías de Henry Lee Lucas y sus amiguitos en una de las primeras películas sobre el tema. Se trata de un film de naturaleza independiente inspirado en los asesinatos del anteriormente citado asesino en serie que, con un aspecto telefílmico y una narración pausada, se encontró en su momento con el pesado lastre de tener que competir con “Henry, retrato de un asesino” de John McNaughton que se estrenó poco antes de que esta se lo planteara siquiera, en 1985.
Resulta que Roger Corman, que hasta entonces tan solo había distribuido películas de su propia factoría, crea su distribuidora New Horizons / Concorde y descubre una pequeña película de aspecto bastante sórdido e impactante, esta “Confesiones de un asesino”, con la que inaugura su catálogo de distribución ajena. Pero Corman era bastante vivaz y, con los derechos de explotación en sus arcas, decidió que no sería una buena idea estrenarla justo en el momento que lo hacía la de McNaughton, que aunque tampoco era una cosa para nada comercial, sí venía acompañada del beneplácito de la crítica. Así que Corman decidió no estrenar la película en los USA para que no se solapase con el estreno de una cinta que iba a fulminar la suya. Tan solo vendió la explotación de la misma para algunos países del extranjero —entre ellos el nuestro—, pero la dejó en las latas hasta que en 1992 la lanzó al mercado de una manera totalmente fraudulenta con una caratula que proponía a un asesino con una máscara facial exacta a la que lució el año anterior Hannibal Lecter en “El silencio de los corderos”. Una tomadura de pelo absoluta.
La cosa no cuajó ni se distribuyó en condiciones, por lo que el film quedó relegado al ostracismo a fin de cuentas.
Sin embargo, y con el paso de los años, ha ido adquiriendo culto y durante mucho tiempo las copias piratas fueron rulando de mano en mano hasta el punto de que existe un nutrido grupo de fans que la reivindican y que dicen que “Henry, retrato de un asesino” es una buena película, pero que “Confesiones de un asesino” es aun mejor, cosa esta que no se creen ni ellos.
Como fuere, con el paso de los años los derechos de explotación prescribieron y como Corman no tuvo ningún interés en renovarlos, la película cayó recientemente en manos de sus autores que la vuelven a ofrecer, no ya solo para su distribución internacional, sino que le hacen un corte del director y la remasterizan en 2K para su lanzamiento en Blu Ray. Así pues, goza de una nueva vida.
Por supuesto, la versión que yo he visto es el costroso ripeo del VHS que en su momento se distribuyó en alquiler en nuestro país, con una imagen que parece directamente vomitada desde la pantalla y que nos ofrece una película, efectivamente, muy parecida a “Henry: retrato de un asesino”, pero sustancialmente peor, con un argumento más flojo y bastante menos gráfica en lo que a violencia se refiere.
La cosa comienza cuando la policía detiene al personaje inspirado en Henry llamado para la ocasión Daniel Ray, y en el calabozo, cuando le interrogan, este pasa a confesar varios de sus 200 asesinatos. Y según se los va contando a las autoridades se recrean para el espectador. No hay un hilo argumental, es casi una película de sketchs, pero con momentos muy interesantes como cuando nos muestran la forma en la que se relaciona románticamente la madre de Daniel Ray o cuando los policías le preguntan que cómo es posible que nunca le hayan descubierto en ninguno de sus asesinatos y este responde que es porque no los comete en un sitio fijo, sino que se mantiene en la carretera y que, cuando alguien puede llegar a sospechar algo sobre él, ya se encuentra a miles de kilómetros de donde cometió esa fechoría.
Y poco más, la película nos ofrece, tal y como el título dice, las confesiones de un asesino. No está mal, un poco aburrida, pero en general se sigue con interés.
Al director, Mark Blair, no se le conoce ninguna película a parte de esta. Esto tiene explicación, y es que Mark Blair es el seudónimo que utilizó John Dwyer para firmarla, ya que en el momento de estrenarla estaba trabajando en el guion de una película para Disney, “Capitán Ron” con Kurt Russell, y no quería que se le relacionase con esta cosa sórdida y misógina que acababa de rodar. Claro, que si nos vamos a la ficha de IMDB de John Dwyer fliparemos cuando veamos que bajo su nombre real, tampoco hay más películas acreditadas como director a parte de “Confesiones de un asesino”, así que, para el caso…