También conocida como “Skin Gang”, tenemos entre las manos una de las películas más definitorias del paradigma de la pornografía homosexual, que es Bruce La Bruce. Una de sus películas más puras y en la que combina las maneras de rodar más vanguardistas con el vídeo crudo y duro propio de una porno, así, además de un montón de mamadas, corridas y enculadas homosexuales, tenemos una amalgama visual con tantos formatos como le vinieran en gana a La Bruce, ya sea súper 8 o 16, vídeo o material de archivo. Aunque todo este arsenal estético no libra a “Skin Flick” de ser lo que en realidad es: Una película guarra de maricones. Además, si pasamos para delante las escenas porno, tampoco hay una gran historia que seguir, así que, más allá de lo estético, a Bruce La Bruce, y hasta que se metió en los terrenos más farragosos de porno mezclado con cine fantástico en películas como “Otto; or, Up with Dead People” o “L.A. Zombie”, no se le puede considerar más que un pornógrafo con algo de pompa.
Sin embargo, “Skin Flick” tiene cierta gracia en el sentido de que nos cuenta la historia, no del todo improbable, de un grupo de skinheads neo nazis que, tras perseguir a los homosexuales o dar palizas a los negros, se acuestan entre ellos como auténticos bujarrones que son. Incluso nos muestra a uno aún virgen que, a la hora de masturbarse, entre sus preferencias sexuales se encuentra el “Mein Kampf” de Adolf Hitler sobre cuya cubierta llega a eyacular.
Por otro lado, y mientras se relacionan sexualmente con otros homosexuales en cuartos de baño públicos y demás, o mientras uno de ellos incluso echa a la calle a su novia para subirse a casa a juguetear con el resto de amigotes nazis, la escueta historia pega un pequeño giro cuando esta banda irrumpe en el hogar de una pareja de gays burgueses, uno negro y otro blanco y, allí, secuestran, violan y maltratan a estos dos pobrecillos, para solaz del pajillero gay con la mente más retorcida. Obviamente, Bruce La Bruce es un individuo que se ha criado con el cine exploitation y lo tiene muy presente, por eso esta invasión familiar le sirve, además, para girar la tortilla y convertir su película de nazis maricones en un rape & revenge en el que la pareja burguesa finalmente toma las armas y hacen con los culos y bocas de esta banda nazi lo que les da la real gana.
Como les digo, tiene cierta gracia el asunto en general, pero desengáñense; no se trata de una película independiente con algunas escenas explícitas —hay gacetilleros que la venden así—, no. Se trata de una película porno gay en toda regla, rodada por un señor con cierta pericia para según que cosas y que sabe darle su estilo e impronta a una sucesión de mamadas, enculadas, corridas y pajas que sirven únicamente para saciar los apetitos de tanto homosexual como se siente frente a la pantalla a hacerse un gayote.
Y sí, hice de tripas corazón y vi la película entera. Eso sí, dando para delante en algunas de las escenas porno más extensas, porque, aunque me despoje de ciertos prejuicios porque me puede más la curiosidad que cualquier otra cosa, ver tanto rabo que se junta y ni un solo coño de por medio, me resulta violento.
En definitiva; una película porno curiosa, con cierta gracia, con una estética que me parece lo más interesante de todo el pack y unos skins que como en realidad no son skins, sino homosexuales con cierta pluma customizados para la ocasión, resultan muy graciosos en las escenas de agresiones nazis —o cuando saludan a brazo alzado—, que no son más que un preludio para el festín sexual de a continuación.