Película “S” de la factoría de los hermanos Balcázar, en esta ocasión dirigida por Jaime Jesús Balcázar que en co-producción con Suiza se saca de la manga un soft de carácter exportable.
Se trata de un film que se pretende sofisticado, una suerte de porno blando para público adulto a la “Emmanuelle”, y que cuenta la historia de una viuda de la alta sociedad la cual, tras morir su marido, se va de vacaciones a las Islas Canarias con su hijastra a la que no le parece buena idea irse de parranda con el cadáver de su padre aún fresco. Pronto la chica se relaja y cuando no se encuentran haciendo turismo se la pasan follando con los lugareños, acompañadas por un chófer, un sosias de Woody Allen (al que en el doblaje se encargan de asignarle la voz del doblador clásico de Allen, Miguel Ángel Valdivieso) que no pierde ocasión a la hora de mojar el churro, lo que le provocará alguna que otra disputa con la mujer que le ha contratado. La película entera es un ir y venir de las dos protagonistas teniendo conversaciones insustanciales en distintos puntos turísticos de Lanzarote y yendo cada vez más allá en sus relaciones sexuales hasta el punto de practicar el sexo en grupo, o en el caso de la hija, encontrar asimismo el amor.
Lo gracioso de esta película, que para su versión en el extranjero se tituló “Black Sands” (“Arenas negras”, que es un título de lo más adecuado teniendo en cuenta el lugar donde transcurre la historia) reside en su condición expoliadora, por lo que teniendo presente el rotundo éxito que a principios de los 80 tuvo la película “El lago azul”, los Balcázar procuran elaborar unos materiales promocionales y un título que recuerden lo máximo posible a la película de Randal Kleiser. Por supuesto, más allá del título y la publicidad, nada tiene que ver con aquella. Ni tan siquiera la escueta historia de amor existente entre los dos jóvenes de “Playa azul” se asemeja lo más mínimo a la del film hollywoodiense.
Por lo demás, el tedio se apodera de la hora y cuarto de metraje como es rigor, sin nada que convierta a esta película en algo especial dentro de la ecléctica filmografía de los hermanos Balcázar.
El guion está escrito a seis manos por parte del propio Jaime Jesús Balcázar en colaboración con Angelino Fons, director de “El Cid cabreador” o “Fortunata y Jacinta” entre otras y un tal Louis P. Bastias que váyanse a saber ustedes si es el seudónimo de alguien o una persona real. Como fuere, no tiene más trabajos acreditados en su currículum a parte de este.
En la parte actoral, y mostrando al desnudo sus anatomías, contamos con las presencias de Juanita Brown, actriz que provenía del blaxploitation llegando a aparecer en films tan populares como “Foxy Brown” o “Willie Dinamite” y que acabaría su carrera cinematográfica apareciendo en este bodrio, y Helga Liné que se encontraba en su mejor momento físico y, quizás, en el peor artístico. El resto del reparto lo componen habituales de la factoría (e incluso el propio Angelino Fons se marca un cameo) y desinhibidos actores suizos que se ponen en pelotas desacomplejadamente.
Un bodrio de los grandes.