La comparación con "American Graffiti" es inevitable si consideramos que el soundtrack tiene mucha prominencia, sonando cada dos por tres temazos de la Motown, adscribiéndose así a esa corriente llamada "Soul Cinema".
El argumento es sencillo; la historia sigue a un grupo de estudiantes negros del instituto Cooley, una escuela para gente de los suburbios de Chicago que, además de asistir a clase, salen por ahí, juegan a dados, hacen el gamberro y flirtean con las chicas. Todo en un tono muy desenfadado hasta que los acontecimientos se tuercen y el guion da un giro hacia el drama más descarnado.
Pese al prestigio que la película tiene en USA, "Cooley High" no termina de convencerme. Los gags no funcionan y es demasiado lineal, por lo que al final lo que tenemos ahí es una sucesión de secuencias hilvanadas sin demasiada coherencia, hasta que se lía la cosa —volviéndose pelín más interesante— en su desenlace. Bajo mi juicio es flojita, incluso tirando a aburrida, pero comprendo a la perfección la importancia que tiene, su papel en la historia de los "hood films" y que sea un referente, sobre todo para todas esas películas de los 90 que con el desembarco mundial de la cultura hip-hop y, en consecuencia, sí llegaron a nuestros cines.
Como fuere, tratándose de un film de poco más de 750.000 dólares, resultó un tremendo éxito recaudando 13 millones, motivo por el cual la cadena de televisión ABC planeó convertirlo en serie. Se llegó incluso a rodar un episodio piloto. No obstante, los ejecutivos no quedaron nada contentos, remodelando por completo el concepto hasta convertirlo en algo totalmente distinto titulado "What's Happening", ampliamente bendecido por el beneplácito de una generosa audiencia.
“Cooley High” recientemente ha sido seleccionada para su preservación en el "Registro Nacional de Cine" de los Estados Unidos tras muchos años como candidata y, en definitiva, se trata de un clásico americano del que poco se ha escuchado hablar por estos lares, quizás por tratarse de una setentera de negros mucho más amable y ufana que otros títulos de la misma índole adscritos al "blaxploitation".
Por supuesto, Michael Schultz, director, es un viejo conocido de este blog. Con una carrera irregular hasta la ofensa, no obstante, ha dejado títulos que por aquí nos caen simpáticos como "Krush Groove", "Tres gordos y un millonario", "El último Dragón" o "Tarzán en Manhattan", del mismo modo que dirigió una secuela para televisión de "Un loco anda suelto" en la que sustituía a Steve Martin por el estupendo Mark Blankfield —visto en "Jeckyll & Hyde: hasta que la risa nos separe"—, en "The Jerk, Too" que no he tenido el placer o la desgracia de ver.
"Cooley High", más allá de su estética fardona o su relevancia, la verdad es que me ha gustado tirando a poco, pero siempre es interesante ver este tipo de películas pioneras de un determinado subgénero.
Por supuesto, Michael Schultz, director, es un viejo conocido de este blog. Con una carrera irregular hasta la ofensa, no obstante, ha dejado títulos que por aquí nos caen simpáticos como "Krush Groove", "Tres gordos y un millonario", "El último Dragón" o "Tarzán en Manhattan", del mismo modo que dirigió una secuela para televisión de "Un loco anda suelto" en la que sustituía a Steve Martin por el estupendo Mark Blankfield —visto en "Jeckyll & Hyde: hasta que la risa nos separe"—, en "The Jerk, Too" que no he tenido el placer o la desgracia de ver.
"Cooley High", más allá de su estética fardona o su relevancia, la verdad es que me ha gustado tirando a poco, pero siempre es interesante ver este tipo de películas pioneras de un determinado subgénero.