lunes, 27 de abril de 2009

EL CINE DIGITAL

El reputado director de LEAVING LAS VEGAS o ASUNTOS SUCIOS, Mike Figgis, un día descubre el video y desde entonces no puede parar de experimentar con el hasta tal punto, que sus ultimas películas las ha rodado en dicho formato. Con tal premisa, decide escribir un libro con el que ilustrarnos a todos y enseñarnos ( si, enseñarnos porque todo el libro está escrito desde la perspectiva de un profesor de cine) la manera de hacer una película por pocos duros y las bondades del formato, haciendo especial hincapié en el cuidado de nuestros equipos y el respeto por ellos. Dice que si disponemos de una camarita casera y económica, debemos cuidarla y respetarla como si fuera una cámara de 35 mm. Es por ello, que unos de los pasajes que más me han gustado, es cuando cuenta que se enrabieta con sus operadores, ya que al estar filmando en video, estos no respetan sus cámaras caseras.
Nos cuenta todo el proceso de hacer películas desde el súper 8, pasando por la HI-8 hasta llegar a las HD de última generación, mostrando mucho amor por el video y por las posibilidades que este ofrece.
El problema es que la visión de Figgis ante todo esto, es demasiado profesional, y durante el libro va marcando unas reglas de manera casi dictatorial, como buen profesor. Aunque luego, cuando en la parte dedicada al montaje, alaba las prestaciones de un programita que viene por defecto en los “macs”, que es el IMOVIE, y prácticamente dice que este es mejor que el prestigioso FINAL CUT, todas estas contradicciones, acaban por parecerme simpáticas, y por tanto el libro acaba pareciéndome igualmente simpático.
Además de aspectos técnicos, también nos cuenta trucos para hacer un steady casero, para conseguir estabilidad de imagen a través de un soporte que, dice, el ha inventado y que es un volante y por supuesto, cuenta anécdotas de los rodajes, ya sean en cine o digitales.
Podemos estar más o menos deacuerdo con lo que Figgis nos cuenta (si es que somos realizadores, si no, nos dará lo mismo) pero lo que es innegable es que como lectura, estas 177 páginas resultan de lo más ameno que nos podemos echar a los ojos los amantes de esto que llaman el séptimo arte. Una maravilla de libro.