Que el soso título hispánico no engañe a nadie (y más teniendo en cuenta cual es el original, "Isolation"), esta no es la típica peliculilla chunga de video-club, aunque por su trama eso mismo parezca: En una granja perdida en medio del campo están desarrollando experimentos genéticos, y clandestinos, en una pobre vaca. Obviamente salen mal. Como resultado obtienen una serie de fetos deformes que, encima, están vivos. Se los cargan a todos... a todos menos uno, que comienza a tocar los cojones. Primero al resto de vacas y luego al reparto humano.
Ahora imaginaos todo eso rodado entre Británicos e Irlandeses (bonita colaboración), muy sobriamente, primando el realismo en todos los sentidos (en lo que cuenta y en cómo lo cuenta) y procurando que los efectos especiales convenzan gracias a un inteligente y sabio modo de rodarlos.
El resultado en realidad es menos molón de lo que esta reseña hace creer, pero funciona, aunque solo sea por dotar de una pátina de diferencia a lo de siempre.