domingo, 19 de abril de 2009

THE RED CELL

El bueno de Eli Roth, marcó escuela con HOSTEL. Y el si saberlo…
Aquí tenemos el enésimo producto que mama de la peli de Roth, al menos en lo referente a lo estético.
Un adolescente ingresa en un hospital ya que le van a intervenir en una novedosa práctica que puede curarle el cáncer. Va a morir de todas formas y este proceso solo es fiable en un tres por ciento, por lo que el chaval no tiene ninguna esperanza.
De repente, despierta en una sucia habitación llena de sangre, donde es observado por un sádico a través de un agujero. De vez en cuando, con mascara de gas incluida, este individuo aparece y bien le taladra el cráneo con un taladro, o le corta la piel a jirones o le inyecta un extraño liquido en el cuerpo. Ante el horror del muchacho, este le dice que se relaje, que el no quiere matarle, si no salvarle la vida.
Esta es la típica película que se desarrolla en un solo decorado sin más que uno o dos personajes y que aunque tiene momentos bastante sangrientos y logrados, a la larga no deja de ser un coñazo de tres pares de cojones… aunque en este caso es un coñazo moderado.
Lo bueno (y la gracia) de esta película, radica en que estamos ante un producto semi amateur, donde a pesar de una muy cuidada iluminación, se nota que las paredes del habitáculo son de cartón, y también notamos cierto alargamiento de escenas que no nos cuentan nada con el fin de alargar metraje. Pero bueno da un poco igual todo, porque esta es una película que prácticamente se ha currado un chavalito, el tal Chris Schwartz, que se ha pillado a su hermano Donovan Schwartz y juntos han parido una peli, dentro de lo que cabe, visible. El dire, no solo la ha dirigido, si no que sale acreditado también como actor, iluminador, montador, guionista… todo. Y todo ello dotando a la peli de una seriedad pasmosa.
El tipo tiene un par de pelis más directas para video club y me ha llamado la atención.
No se, siento simpatía por este tipo de productos.