lunes, 6 de abril de 2009

FLASH GORDON

Hace apenas unas horas he visto este film en compañía de un sobrino que tengo (de 7 años), y el chaval ha flipado. Yo no he flipado, pero he disfrutado del visionado. Ya tuve mi dósis de flipismo cuando tenía esa edad (más o menos) y la vi en un cine acompañado de algún familiar. Luego, pasados ya unos años, la echaron en el Festival de Sitges como tributo a su megalómano productor, Dino De Laurentiis, y fue una fiesta, la peña iba ya predispuesta a pasarlo bien y eso hicimos, ya lo creo que si. "Flash Gordon" fue un fracaso en su época, y por lo que leí también un caos el rodarla. De hecho, Mike Hodges estaba contratado para hacer la segunda parte que nunca se rodó, y acabó a las riendas de la primera. El equipo era tan internacional que no se entendían entre ellos, y se acabó casi improvisando día a día. Se nota. Los efectos especiales, muy bien intencionados, acaban resultando de lo más tercermundistas, las transparencias cantan a la legua y los cromas duelen a la vista. Además, algunas situaciones son puramente ridículas y despiertan una sonrisa cómplice con su guionista, Lorenzo Semple Jr. un experto en estas cosas del camp (también escribió guiones para el "Batman" de Adam West) y que, en el fondo, no se tomaba en serio este intento de chupar del boom "Star Wars" partiendo de un personaje consolidado (lo mismo que hicieron los chicos de la "Cannon" cuando intentaron -y lograron- subirse al carro de Indiana Jones con "Las minas del rey Salomón"). Pero como suele pasar, la peli ha terminado forjándose un séquito de admiradores y hoy por hoy, sus defectos son valorados como virtudes. Estamos ante una auténtica cult-movie (de las de verdad, las que no pretenden serlo) en la que destaca, por encima de todo, su diseño ultra-recargado y hortera, que termina siendo de lo más delicioso y engancha... y si no que se lo digan a mi sobrino, un nervio que apenas se ha movido de delante de la pantalla, totalmente absorto ante esos rojos y dorados maravillosos, y el aspecto de las naves, que intentan remitir al comic original de Alex Raymond (sin demasiado éxito), o esos cielos del planeta Mongo repletos de colorines entremezclados... guapo, guapo. Tampoco es desdeñable ver a Max Von Sydow como un perfecto Ming, la genial banda sonora (destacando los temas de "Queen" por encima de todo) o al pobre y soso Sam J. Jones que acabaría subsistiendo a base de pelis de acción rodadas en Filipinas (aunque no hay que olvidar que fue "The Spirit" en un telefilm de hace ya unos cuantos lustros y recientemente actuó en la puesta al día de "Flash Gordon" para la pequeña pantalla. Tampoco que, poco antes de su escueto salto al estrellato, posó en pelota picada para "Playgirl"). Y es que, joder, "Flash Gordon" además es de lo más entretenida. No pierden el tiempo y van por faena desde el principio. La sinopsis no la cuento porque, si estáis leyendo este blog, fijo que la conocéis. La carátula que aquí os dejo es la de la edición en VHS original de la época que pude agenciarme recientemente a un euro en el "Paraíso Perdido". Entrañable.