miércoles, 13 de enero de 2010

MADRID AL DESNUDO

Seguimos revisando cosillas que llamen la atención sobre Paul Naschy (no hay que confundirse, al César lo que es del César, pero yo siempre he sido fan de este señor), con un producto que él mismo dirige y no deja de ser una rareza en su filmografía. Ya sabemos que tocó todos los palos, pero "Madrid al desnudo" es cine social, sutilmente camuflado de comedia. Eran tiempos del destape y, lógicamente, aquí hay unas cuantas señoras destapadas y elementos cómicos reconocibles; otra cosa es que al espectador le hagan gracia.
Basándose en una novela, al señor Molina no se le ocurre otra cosa que criticar a la alta sociedad madrileña, poniendo sobre el mantel cuestiones sexuales y de adulterio entre ministros, banqueros, directores de cine y demás fauna que, según cuenta en sus memorias, le costaron algún que otro disgusto. Y para que quede claro del lado que está Naschy, se reserva el papel de chófer de uno de estos gerifaltes. Eso no le exime de que su personaje cometa adulterio y/o tenga unas actitudes machistas que, lejos de sus intenciones, son las únicas que provocan un poco de hilaridad en el espectador.
Coral, y a base de segmentos entremezclados, "Madrid al desnudo" nos propone un soberano ejercicio de aburrimiento, con un guión que no hay por donde cogerlo y donde las mejores partes (por inocentes, graciosas -no en sus intenciones-, políticamente incorrectas y absurdas) son las que protagoniza el propio Naschy, siendo utilizado cual semental por una joven cuyo marido es estéril y apalizado por unos desaprensivos que lo dejan en pelotas en un parque.
Sorprende ver un reparto tan correcto en lo que sin duda es una de las peores películas de su filmografía; las malas hacen mucha gracia por eso mismo, pero esta ni eso.
Por ahí andan Fernando Fernán Gómez y Agustín González, dándole a la jodienda ambos con una descocada Julia Saly. Naschy, como casi siempre, está doblado por un actor de doblaje. Eso es lo normal, pero ¿porqué Agustín González también?. Se me escapa. Además, siendo un producto en el que Molina mandaba, no le veo el sentido.
Que conste que me llena de júbilo el hecho de que en la peli ha de quedar constancia que Naschy es un tío bueno (esos planos a pecho descubierto, esas camisetas ajustadísimas y con mangas cortísimas para que contemplemos sus brazacos) y que es quien se lleva la tía buena a la cama, ¡jajajaja!.
Se cuenta en su ultima biografía que el fracaso en salas de esta película se debe a un toque de las altas y descontentas autoridades. Puede que sea cierto, dios me libre de pensar lo contrario, pero a mi casi me cuadra más la idea de que no la vio nadie porque es horrorosa. Sencillamente, no se puede ver. Yo aguanto porque soy un bicho raro, pero a los cinco minutos ya estaba cansado.
Para completistas 
únicamente.