
Un fascista medio arruinado está casado con una mujer beatorra y a su hija la desvirgan en Venezuela, lo que supone que le trae buenos quebraderos de cabeza al fascista, quien la quiere casar con el hijo de un rico empresario para que le paguen las deudas. Pero claro, la chica ya no tiene intacto “el virgo”, así, y con el fin de evitar que su futuro marido se de cuenta en la noche de bodas, deciden irse madre e hija a Alemania, a, como dice la propia chica, que le reconstruyan el coño.
La trama entera es una escusa para colar las tórridas escenas que realmente interesan: Las de la amante mantenida del fascista más subiditas de tono de lo normal, con un José Luis López Vázquez poniéndose las botas, actuando cuerpo a cuerpo, rozando y chupando las tetas a una escultural Linda Lay (actriz de películas “S” que murió con el género -es un decir- y protagonizó escenas del palo en, por ejemplo, "Perros Callejeros", "Los violadores del amanecer" o "¿Podrías con cinco chicas a la vez?". Realmente estaba muy jamona) y dándole infartos por culpa de la excitación. Una película que existe porque antes existió una dictadura, el producto de una época, que no ha de ser tomado como película, sino como historia de este país. Guste o no, esto es así.
Y aunque camuflado de comedia, la trama (o el relleno) en realidad es un melodrama, que trata la actualidad del momento; para unas los abortos en Londres, para otras las recuperaciones del virgo.
¿La peli? Muy mala. Aunque entretiene lo justo.
Dirige Joaquín Coll Espona, documentalista que se unió a aquello del cine “S”, supuestamente en su vertiente más cómica y, al igual que muchas de sus actrices, murió con el género -es un decir-. Entre otras pelis de gayumbo largo y felpudo al aire, rodó una secuela de esta, "El fascista, Doña Pura y el follón de la escultura" y otros títulos que son pura poesía, "Virginidad Perdida", "Jugando a papás" o la más conocida "Las locuras de Jane".
¿La peli? Muy mala. Aunque entretiene lo justo.
Dirige Joaquín Coll Espona, documentalista que se unió a aquello del cine “S”, supuestamente en su vertiente más cómica y, al igual que muchas de sus actrices, murió con el género -es un decir-. Entre otras pelis de gayumbo largo y felpudo al aire, rodó una secuela de esta, "El fascista, Doña Pura y el follón de la escultura" y otros títulos que son pura poesía, "Virginidad Perdida", "Jugando a papás" o la más conocida "Las locuras de Jane".