Otra de aquellas pelis que, siendo chaval, solía ver en los estantes de mi video-club habitual pero sobre las que nunca me decidía. Y nunca lo hice. Bastantes años después, en un documental dedicado a esa grandiosa película que es "El tiempo en sus manos", hablaban de "El mago de la velocidad y el tiempo" y de su responsable, Mike Jittlov, al que tildaban de genio. Investigué y me sorprendió descubrir que aquella ignota peliculilla contaba con un culto notable ahí en los USA. Evidentemente todo eso me despertó el gusanillo, pero no la prisa. Pasados unos cuantos años más, y revisando de nuevo el dichoso documental, volví a encontrarme con ella y esta vez me lancé. Actualmente dispongo del VHS original y, saciada mi curiosidad, puedo hablar ya largo y tendido de ella y de su responsable.
El caso de Jittlov es un tanto atípico, y muy interesante. Hizo su primer corto animado motivado por demandas escolares -su fuerte eran las mates!!- y la cosa le fue tan bien que... en fin, acabó currando para Walt Disney nada menos, además de ganar múltiples premios y aspirar a la carrera por los Oscars en alguna ocasión (incluso creo que estuvo sutilmente implicado en la pre-preproducción de "Star Wars"). La gracia del asunto es que Jittlov ejecutaba su arte, o su magia, desde la independencia, contando con bajos presupuestos o incluso reciclando basura, solo que los resultados eran tan excelentes que a los mandamases no les quedaba otro remedio que aceptar al sr.artista tal y como era. Incluso llegó a poner su firma en uno de sus trabajos para Disney (cosa esta que suelen evitar), de tal modo que no podía retirarse en la mesa de montaje y ahí se quedó. Obviamente, y a pesar de disponer de un talento tan especial, la extravagante personalidad de Mike Jittlov le condenó un poco a la sombra, a un reconocimiento a nivel de culto. En 1988 decidió hacer su primer y único largometraje, al que aplicó toda su sabiduría creativa. El presupuesto era bajo, pero eso no fue inconveniente para él, que dirigió, produjo, escribió, actuó, animó, montó e hizo todo lo humanamente posible (incluso figura como ¡director de segunda unidad!), usando sus técnicas eminentemente caseras y artesanales. El resultado es este "El mago de la velocidad y el tiempo". Con semejante historia, es fácil deducir por qué está tan bien considerada y tiene un séquito de admiradores tan amplio, a pesar de haber fracasado en taquilla.
El film es, en esencia, un canto a la creatividad libre. Jittlov cuenta la historia de... bueno, de Mike Jittlow, un tio al que se le da muy bien animar objetos, vive con su madre, no tiene un duro y está obsesionado con sus fricadas, que son muchas. Logra que los mandamses de Hollywood le presten atención, y lo único que se encuentra es con trabas legales, desprecio de los ignorantes que mandan y zancadillas de todo tipo. Es especialmente gracioso cuando el director se ceba en todas las cuestiones de tipo "sindicalistas", o en general, cualquier asunto "serio y legal" que va contra la naturaleza de aquel que, por norma, habita su mundo de sueños. Además, reivindica la creatividad y la artesanía como única y verdadera arma contra los estudios, contra la fría profesionalidad, contra las jerarquías, contra todo lo que no sea hacer tus cosas en tu casa, con tus medios e impulsado única y exclusivamente por tu pasión (creativa).
Con un mensaje así, resulta difícil no opinar positivamente sobre "El mago de la velocidad y el tiempo", un film narrado a -of course!- velocidad de vértigo y repleto de animaciones y locuras visuales que asoman cuando menos te lo esperas, en medio de una narración aparentemente "standard" en la que la gente habla tan rápido como corre el mago del título. Sin embargo, a pesar del desmadre visual imperante, la finalidad es divertir y entretener, e incluso plantearse dudas existenciales, Jittlov se pregunta: ¿Para qué hacer todo esto si luego nadie sabrá verlo y valorarlo, por qué "perder mi tiempo" viviendo en un mundo de fantasía que lo único que hace es dificultar mi movilidad en el mundo real?.
Hoy día el caballero sigue vivito y coleando, y continúa haciendo aquello que mejor sabe, crear sus animaciones desde la más rutilante independencia. De hecho, es un enamorado de la movilidad y libertad que dan los nuevos formatos digitales, y lo pasa bomba explotándolos. Vamos, un genio y una peli recomendable y altamente curiosa.