¿Qué tiene "El Mutilador" para poseer incluso cierto culto?. De entrada nada hace sospechar que esta mierdecilla rematadamente aburrida surgida en pleno boom (o ya puestos, plena decadencia) del "cine de asesinos que machacan teenagers" de los ochenta pueda acarrear un curriculum hasta interesante. Pero a poco que escarbes en ella o, más fácil, te la zampes de un tirón, descubres que su mayor mérito reside en lo explícito de sus escenas de asesinato.
"El Mutilador" no engaña a nadie (¡¡prueba de ello es su gran título!!, sin menospreciar la estupenda y sugerente caratula del VHS), ofrece lo que los espectadores de la década del pelo crepado y el breakdance esperarían de un pseudo-"Viernes 13", mucha muchita sangre. Así que prepárense para un baño de hemoglobina considerable que incluye un garfio atravesando sin delicadeza que valga la barriguita de una adolescente, un machete clavado en pleno moflete o un tiparraco hecho trizas por efecto de la hélice de una lancha. Delicioso.
Los efectos especiales, crudos y bastante realistas para el tipo de producto que es, se los debemos a un chavalote que, unos pocos años después, se haría popular interviniendo en sagas tan dignas y apetecibles como las de "Evil Dead", "Phantasm" o "Pesadilla en Elm Street", Mark Shostrom.
Del resto del equipo poco hay que decir (¿qué podemos esperar de un largometraje cuyo director responde al saleroso nombre de Buddy Cooper?), y de la peli, tampoco mucho: Un grupo de chavales deciden celebrar la famosa fiesta yankee del "Fall Break" (título alternativo del film) en una casita junto a la playa, con tan mala fortuna que el padre alcoholizado y tarumba de uno de ellos les espera para aguarles el cachondeo. Todo ello, como es de ley, a base de laaaargas escenas en las que nada ocurre, mucha oscuridad y una cancioncilla inicial tan hortera como pegadiza.
Destacar que en youtube rula un vídeo del amigo Buddy Cooper hablando sobre su obra de arte y la versión totalmente íntegra de esta, sin cortes ni censuras, que -al menos de momento- no existe en ningún otro formato.
Fans del horror salpicoso y fundamentalistas del "slasher" con notoria paciencia, no perdérsela.