miércoles, 5 de noviembre de 2014

SANTO CONTRA CAPULINA

Las películas de Santo, el enmascarado de plata no me gustan. No me gustan nada. Es más, el uso que se hace en este puto país de mierda de ellas me repugna; las asocio a la cultura pop de gafapastilla y bigotillo, al odioso e irritante rollo Subterfuge  y  a la cinefilia del que jamás ha sido cinéfilo. Pero manías personales a parte, es cierto que las películas de Santo, además de icónicas, son como el cine porno. Están todas rodadas igual, y vista una, vista todas. Incluso hay pelis porno menos aburridas que la más entretenida del Santo. Súmenle, que los luchadores enmascarados Mexicanos, no me parecen atractivos como personajes, porque, de igual modo, son todos iguales. No hay diferencia entre Santo, Blue Demon, Mil Mascaras, o el más reciente Atlántis.
De niño, tuve ocasión de ver en cine varias reposiciones de las películas de Santo; me parecían siempre un coñazo. Ya de adulto, inmerso en la cultura del cine “Trash” y los sub-géneros, les di a algunas de esas películas (“Santo contra la invasión de los marcianos”, “Santo y Blue Demon contra Drácula y el hombre lobo” (creo que se llamaba así)) una oportunidad. Me parecieron absolutamente insufribles, muchas de ellas ni acabé de verlas. Así que, digamos, que las películas de luchadores enmascarados no son “Santo” de mi devoción (Je!).
Sin embargo, si que soy un gran amante de la comedia en todas sus vertientes. Y esto incluye, si no la degustación de toda la comedia Mexicana, si al menos un conocimiento general de sus películas y comediantes. Ergo, un “Crossover” entre Capulina, famoso cómico que protagonizó mogollón de estúpidas e infantiloides películas –sin ir más lejos, “El Karateca Azteca”-  y Santo, si que forma parte de mis intereses, por lo desquiciado del asunto, y el hecho de poder ver dos iconos mexicanos pertenecientes a universos tan distintos juntos en un film.
La equivalencia sería, no se… ver una película cuyos protagonistas fueran  Iron Man y Pee Wee Herman, por ponerles un modelo yankiee que muchos de ustedes podrán identificar sin ningún tipo de problemas. Pues si, ese tipo de estupideces si que me gustan.
Claro, el negocio era redondo; dos de los personajes más taquilleros de los años sesenta juntos en una película.
Y aunque en España se estrenaron montones de películas protagonizadas por Santo, que dejaban en taquilla discretas cantidades (nunca una película de Santo pasó de los 500.000 espectadores en nuestros cines), “Santo contra Capulina”, nunca llegó a estrenarse, puesto que, aunque el luchador si gozaba de popularidad, Capulina era un completo desconocido en españa, que se rendía ante los pies de Cantinflas, del cual, el cómico al que nos estamos refiriendo, no es más que un remedo.
Eso si, esta película, no obstante, está más confeccionada para el lucimiento de Capulina que del Santo.
Capulina, trabaja de vigilante nocturno en una oficina de correos, pero como buen vago y maleante que es, duerme en lugar de vigilar, lo que propicia que unos ladrones entren a robar. Por suerte, estos son interceptados por Santo, que váyanse ustedes a saber que demonios hacía por allí. Y Capulina, en su afán por ayudar, no hace más que entorpecer las labores de acción del súper héroe. Creyéndose amigo del luchador, Capulina se hace con una mascara similar a la de Santo, que lucirá orgulloso por la ciudad,  lo que hará que los mafiosos de turno, se crean que es el famoso luchador. Por otro lado tenemos a un científico que crea replicas robóticas exactas de los humanos, crea una de Capulina, que será a la que se enfrente el Santo (y así se justifica el título). Como es lógico,  todo se resolverá sin mayores problemas
Pues el visionado me ha resultado soso, blanco, los personajes tienen el carisma justito, pero al mismo tiempo me resulta un producto entrañable, icónico (esto es así) y hasta entretenido. De hecho, me ha entrado infinitamente mejor que cualquier producto del Santo enfrentándose a todo tipo de  monstruos o mafiosos, simplemente porque el encuentro entre él y Capulina, es lo suficientemente divertido como para tener en consideración todo lo demás. Pero es su trama ligera, infantil y desprejuiciada, lo que convierten a este producto en un entretenimiento “fast food” de lo más agradable.
Algunas conversaciones entre los dos protagonistas, absolutamente tontas y retarded, verdaderamente merecen la pena.
Dirige, como no podía ser de otra manera, el primero de los Cardona, Rene Cardona, que dirigió montones de películas de ambos personajes por separado. Y guioniza otro mexicano clásico, Alfredo “Killer BeesZacarías.