Siempre me pregunté si los bichos que asoman en la caratula de "Escalofrío (The Chilling)", algo toscos pero bastante espectaculares, saldrían o no en la película. Ya saben cómo funciona esto. Y sí, puedo decir que salen. Todos ellos. El problema es que lucen mejor en la caratula que en la pantalla. Ya no solo por lo oscuro de todo ello (aunque seguramente sea cosa de la copia cerda que vi), también por el nulo gracejo con el que están filmados. De hecho, casi me atrevo a decir que, como peli de zombies, "The Chilling" deja de ser medianamente interesante cuando salen estos.
La trama no está mal. Tiene su coña. Resulta que hay una empresa que se dedica a criogenizar gente adinerada a un paso de palmar. Ya saben, para poder revivirla en el futuro y, si la cosa va de enfermedades chungas, curarlas con los supuestos avances tecnológicos que habrá. Pero los responsables del negocio no son trigo limpio, trafican con los órganos internos de los fallecidos. En eso que, paralelamente, asistimos a las hazañas de un delincuente la mar de malvado que se llama Joe. Es herido de gravedad durante el robo a un banco. Así que su padre, un ricachón que tiene a media familia criogenizada, decide incluir al chaval en el pack. Llega la noche de Halloween y comienza una fuerte tormenta. El edificio donde están los criogenizados se queda sin electricidad, así que unos seguratas los cogen uno por uno y los llevan al exterior, donde hace más frío. Allí cada uno recibe el impacto directo de un relámpago, que lo hará revivir con aspecto de lechuga antropomorfa. Eso obligará al reparto a combatirlos y destruirlos.
Pues como era de esperar, todo se queda en una buena idea totalmente desaprovechada por un sentido de la estética bastante miserable y la incapacidad de sacar jugo a cualquier elemento más o menos llamativo. Es una de esas pelis planas, frías, impersonales y aburridas que encajarían más como producto televisivo. Una pena.
Nada más comenzar, vemos varios contenedores de criogenizados (a los que llaman "Cryonoids") con nombres tan famosos como los de Chaplin, Disney o Roosvelt. Claro, cuando luego se abren y salen los zombies, ¿entendemos que son esas mismas personalidades que han regresado de la muerte? En ningún momento se aclara el dato, pero resulta hilarante pensarlo.
Al final de la peli todo se resuelve con un gran tiroteo y sendas explosiones que se cargan los contenedores. Su condición de maqueta en un principio convincente queda vilmente delatada con la aparición de un fuego proporcionalmente más grande que los objetos que destruye, un defecto muy propio del cine de bajo presupuesto.
En el reparto sobresalen tres nombres viviendo momentos muy bajos en sus respectivas carreras, Linda Blair, Troy Donahue y Dan Haggerty. Justo entonces, la Blair luchaba para quitarse de encima sus habituales roles juveniles y, por lo visto, aceptó el de "Escalofrío" únicamente porque, por fin, iba a poder dar vida a una mujer adulta de su misma edad. Haggerty era alcohólico y preguntó a uno de los directores si podía llevarse una botella de vodka al rodaje, cosa que, lógicamente, le fue negada, lo que dio pie a algunos problemillas, como cuando desaparecía de plató sin dar explicaciones. También Donahue le había pegado a la botella durante años, solo que en el momento del rodaje ya lo tenía superado y se comportó como todo un profesional.
Jack Sunseri, uno de los directores acreditados, había producido "El foso de la muerte" y quería ser el hombre para todo en "Escalofrío", producir, dirigir y escribir (retocó mucho el guion original). Pero no tenía ni puta idea de nada. De hecho, había jornadas de rodaje en las que ni se presentaba víctima del pánico, así que el director de fotografía, Deland Nuse, acabó viéndose obligado a co-firmar la paternidad del pifostio.
Guy Messenger se encargó de teclear el libreto, de cuando el proyecto se titulaba "The Frozen Dead", pero accedió a dar todo el crédito a Sunresi y convertirse en "escritor fantasma". Así anduvo varios años hasta que se hartó y puso su nombre en Imdb. Aunque su verdadero interés siempre fue la interpretación. Se le puede ver fugazmente dando vida a uno de los universitarios golfos en "Desmadre a la americana" y recientemente en el "Creepshow" de la caja tonta.
Cuando terminó la post producción, la película se pasó en plan "test" por un autocine y luego tuvo una proyección por todo lo alto + party posterior. Jack Sunseri luchó por conseguir un distribuidor pero no logró estrenarla en salas, así que terminó con el formato recortado en los estantes de los vídeo-clubs.
Ciertamente, no merecía más.
Gracias a Enorm por la copia y por localizar la caratula.