"Ligones" es un intento patrio de sex comedy (sin un solo desnudo, eso sí) en el que cinco individuos vírgenes, torpes e incluso (a juzgar por la bandera de España que, con naturalidad, luce uno de los protagonistas en la camiseta, las intenciones de ser Guardia Civil por parte de otro, o la pinta de miembro del Opus Dei que se gasta el tercero de ellos) se intuye que ultra derechistas, deciden seguir los consejos para ligar por parte de un peluquero que, en el micro-universo de la película, conoce todos los secretos de la seducción y se liga a la que le da la gana. De esta guisa, los muchachos partirán de Madrid rumbo a un camping en Mérida y pondrán en práctica todos los consejos de este peluquero, ejecutándolos como el culo por un lado, y acabando todo bien por el otro.
Para resumir diré que me costó horrores completar sus 100 minutos de duración y que la mayoría de los gags eran tan malos, previsibles, bochornosos, que me cuesta comprender cómo el director no se da cuenta del material tan lamentable que tiene entre manos, y hace preguntarme por qué tras verlo decide estrenarlo, exhibirlo y ponerlo en circulación vía plataforma digital. Luego vendrán los llantos.
Como fuere, de nuevo, en el micro-universo de la película el mundo está loco, loco, loco:
Hay una escena muy tonta e inofensiva en la que, tras beber demasiado, una chica se queda dormida. Uno de los protagonistas, en un plano inocente que no pretende más que mostrar la torpeza y pocas dotes sociales de las que hace gala, intenta un acercamiento sexual a la mujer dormida que no llega a culminar y se salda con una ventosidad expelida por la chica, que dará lugar a un gag donde los olores y el asco hacen acto de presencia.
La escena es, como su protagonista mismo, torpe y de mal gusto, de eso estoy seguro. Incluso inadecuada. Ahora, si se está justificando una violación mediante el humor, ahí ya tengo serias dudas. Eso es lo que alegaba una de las aspirantes a actriz de las que aparece en la película, Teresa Lozano, cuando anunció en sus redes sociales que renunciaba a promover o lucrarse —¡Já! Cómo si esta mierda fuera a dar algo más que pérdidas…— porque, según ella, “Ligones”, “intenta legitimar mediante el humor conductas violentas con la mujer, entre ellas la violación”. Las sensibilidades están a flor de piel, no cabe duda. Como fuera, lo que me resulta curioso es que una película de tres al cuarto como esta sea víctima de la corrección política y la nueva censura. Incluso, en el circulo de la actriz se llegó a comparar esta escena con lo sucedido en Pamplona en San Fermines con lo de “La Manada”. Acusaciones muy serias. No da a lugar dicha comparación de ninguna manera.
Para resumir diré que me costó horrores completar sus 100 minutos de duración y que la mayoría de los gags eran tan malos, previsibles, bochornosos, que me cuesta comprender cómo el director no se da cuenta del material tan lamentable que tiene entre manos, y hace preguntarme por qué tras verlo decide estrenarlo, exhibirlo y ponerlo en circulación vía plataforma digital. Luego vendrán los llantos.
Como fuere, de nuevo, en el micro-universo de la película el mundo está loco, loco, loco:
Hay una escena muy tonta e inofensiva en la que, tras beber demasiado, una chica se queda dormida. Uno de los protagonistas, en un plano inocente que no pretende más que mostrar la torpeza y pocas dotes sociales de las que hace gala, intenta un acercamiento sexual a la mujer dormida que no llega a culminar y se salda con una ventosidad expelida por la chica, que dará lugar a un gag donde los olores y el asco hacen acto de presencia.
La escena es, como su protagonista mismo, torpe y de mal gusto, de eso estoy seguro. Incluso inadecuada. Ahora, si se está justificando una violación mediante el humor, ahí ya tengo serias dudas. Eso es lo que alegaba una de las aspirantes a actriz de las que aparece en la película, Teresa Lozano, cuando anunció en sus redes sociales que renunciaba a promover o lucrarse —¡Já! Cómo si esta mierda fuera a dar algo más que pérdidas…— porque, según ella, “Ligones”, “intenta legitimar mediante el humor conductas violentas con la mujer, entre ellas la violación”. Las sensibilidades están a flor de piel, no cabe duda. Como fuera, lo que me resulta curioso es que una película de tres al cuarto como esta sea víctima de la corrección política y la nueva censura. Incluso, en el circulo de la actriz se llegó a comparar esta escena con lo sucedido en Pamplona en San Fermines con lo de “La Manada”. Acusaciones muy serias. No da a lugar dicha comparación de ninguna manera.
Por su parte, el autor de “Ligones”, José Texeira, emprendió acciones legales contra la actriz, advirtiendo que, por un lado, Teresa Lozano conocía desde el principio un guion en el que "se explica la evolución de un grupo de jóvenes lleno de miedos, errores e inseguridades a la hora de interrelacionarse, tal y como se resume al final por medio de una reflexión. Pero no aparece ninguna violación, ni se promueve la violencia contra las mujeres" y, por otro, añade que la película pasó la calificación previa del ministerio de cultura que le otorgó una de “no recomendada para menores de 18 años”.
Desconozco como habrá terminado el asunto, si el caso ha llegado a mayores o no, pero no dejan de ser curiosos todos estos rollos para un producto que, estrenado en pases únicos en unas pocas salas, apenas ha recaudado 900 euros en taquilla. A saber si no era más que una campaña de marketing.
Ahora, la película debería ser denunciada, pero no por machista o violenta que no creo que lo sea, amén de que considero que en el humor no debe haber límites y aplicárselos es consecuencia de un ligero retraso mental, debería ser denunciada por rematadamente mala. Y sus actores encarcelados por incapaces. Más allá de eso, todo lo relacionado con “Ligones” resulta irrelevante (y en caso de serlo, es ficción)
Desconozco como habrá terminado el asunto, si el caso ha llegado a mayores o no, pero no dejan de ser curiosos todos estos rollos para un producto que, estrenado en pases únicos en unas pocas salas, apenas ha recaudado 900 euros en taquilla. A saber si no era más que una campaña de marketing.
Ahora, la película debería ser denunciada, pero no por machista o violenta que no creo que lo sea, amén de que considero que en el humor no debe haber límites y aplicárselos es consecuencia de un ligero retraso mental, debería ser denunciada por rematadamente mala. Y sus actores encarcelados por incapaces. Más allá de eso, todo lo relacionado con “Ligones” resulta irrelevante (y en caso de serlo, es ficción)