martes, 9 de julio de 2024

COMO CONSOLAR VIUVAS

Cuando la censura fastidió la carrera a José Mojica Marins, propiciando que no pudiera estrenar con facilidad sus películas de terror o corte más experimental (o ambas cosas mezcladas), no le quedó más remedio que aceptar toda suerte de encargos, rodando principalmente los géneros que más demandaba el público en los años setenta en Brasil, esto es, pornografía y comedia. Marins hizo mucho porno y en este siempre introducía toques cómicos, pero en lo que a comedia pura se refiere, verdaderamente Marins tuvo oportunidad de realizar dos. Igual que con el porno, el género le importaba tres pimientos; se abrazó al mismo por motivos meramente alimenticios.
En este sentido, fue contratado por el productor Augusto de Cervantes, quien le exigió que buscase un seudónimo para firmar estas comedias, porque si recurría a su nombre, el público las asociaría demasiado a las películas de Zé do Caixao y perjudicarían su carrera comercial. Así pues, el crédito para el director ambas reza J.Avelar.
La que nos ocupa, “Como consolar viuvas” sería la más popular. Adscrita a la pornochanchada, que vendría a ser el equivalente brasileño a nuestro destape, es muy sorprendente lo mucho que se parecen estas películas a las nuestras. Como si de un film de Mariano Ozores se tratase, en “Como consolar viuvas” tenemos una trama de enredo, tías en cueros y chascarrillos de difícil entendimiento para el público español porque, y al igual que en la comedia española de los 80, estos giran en torno a la política del país, o a personajes de la cultura popular autóctona. Sería lo de menos porque, por lo demás, no dista mucho del resto de corrientes cinematográficas de tetas y culos, ya sea el destape, las ficheras mexicanas o la sexycomedia italiana. Al final las risas, las tetas y los culos son un idioma internacional que suele ser similar para los países de sangre latina.
Entonces tenemos aquí a un vividor que ha dilapidado su fortuna y que, para subsistir, tras enterarse de que tres millonarios han muerto en un accidente de avión, decide poner en marcha un plan en el que, ayudado por su mayordomo contrahecho y algo deficiente mental, visitará a las tres viudas haciéndose pasar por los fantasmas de sus maridos, con la intención de sacarles la pasta y mantener sexo con ellas.
Todo se torcerá en el momento que quedan embarazadas y un exorcista se persona para quitarles el mal a las criaturas que están por venir. De ese modo, veremos consoladores voladores que atacan a nuestro protagonista, muchos gags de corte erótico y cierta sordidez implícita en el cine de bajo presupuesto brasileño. Casi podemos oler las humedades de la pared donde transcurren las situaciones.
Por otro lado, queda patente la obsesión de José Mojica Maríns por su creación Zé do Caixao, tanta que es incapaz de encerrarlo en el armario ni siquiera en una comedia erótica de encargo. No es que aparezca en la película, pero en un momento una de las actrices, ante la presencia del protagonista haciéndose pasar por fantasma, exclama algo así como: “Parece salido de una película de Zé do Caixao”. Y es que en la secuencia el tipo declama como lo hacía el propio Mojica Marins en sus películas con el personaje.
“Como consolar viuvas”, con un guion de Georgina Duarte rodado de forma totalmente desganada, no es en absoluto una buena película. Es graciosa, pero lo justo, y de tan sórdida que es, con esos colores sepia imperantes y los escenarios naturales lúgubres y sucios, resulta muy difícil que desprenda simpatía. Es una muestra del cine que podía hacer Marins si lo sacábamos de lo abstracto y extraño, o de Zé do Caixao, lo cual siempre es interesante. Pero desde luego, la comedia no era su fuerte.