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sábado, 2 de julio de 2022

SHOCK CINEMA

Hacía ya la hostia de tiempo que conocía este documental apadrinado y producido por David DeCoteau desde su flamante "Cinema Home Video" (y presentado por la "scream queen" Brinke Stevens). Recuerdo verlo anunciado en cierta prensa alternativa yanki (a base de pequeños recuadros en blanco y negro) y me moría de ganas de consumirlo por quienes andaban implicados. Algunos, auténticos héroes del que suscribe. Es decir, en esa época. Gente como Fred Olen Ray o DeCoteau himself (jóvenes y dedicados en cuerpo + alma a su mejor época) Leído así no suena especial. Pero tengan en cuenta la fecha de creación del documento: 1991. Todavía no se había producido la explosión "geek" en el mundo. El cine de serie Z o de culto seguía siendo algo oscuro y minoritario. Y, más importante aún, la nostalgia y autoconsciencia respecto a la naturaleza "trash" de estas obras quedaba lejos. Así que imaginen el gustazo que da ver a los mentados, a Charles Band (con la "Full Moon" a todo trapo), un Jeff Burr caliente de su paso por "Leatherface: La matanza de Texas 3", al bueno de Scott "Intruso en la noche" Spiegel luciendo una impresionante mullet o al SOVista J.R.Bookwalter (seguidos por, entre otros, Ernest Farino y C. Courtney Joyner) hablando, todos y cada uno de ellos, de sus inicios en la industria, sus experiencias buenas y malas, aconsejando, rajando y chorreando frustración a espuertas. Especialmente el amigo Ray, que estaba hasta los cojones de lo mal que se le trataba y no para de justificarse cual llorica desesperado. O Bookwalter, narrando por enésima vez sus trifulcas con Sam Raimi.
Aunque hay un tema recurrente en todos los casos: la guita. Es evidente que estos señores se metieron en el cine de explotación teniendo muy claro cual era la meta, sacar cuartos de donde fuese, y eso es lo que más les preocupa por encima de todo (especialmente, e inevitablemente, a Ray y DeCoteau). No me encanta, yo soy más de amor al arte y esas pérdidas de tiempo, pero lo comprendo y acepto.
En cualquier caso, hablamos de 60 minutos de puras cabezas parlantes. Nada más. Escasean muy mucho las
 imágenes de archivo y/o carteles (es de suponer que el presupuesto era tan escaso que resultaba imposible pagar los derechos de todo eso) y, por suerte, el director (Robert Hayes) no aparece en ningún plano ni aporta nada suyo. Solo deja hablar.
Muy interesante, muy ameno y muy recomendable.
Su éxito generó unas cuantas entregas, que también he tenido "el placer" de visionar. La segunda mantiene lo de los cabolos dándole a la sin hueso sobre sus experiencias en el cine de explotación, siendo buena parte de estos supervivientes de lo acontecido en los setenta (o antes), de ahí que abunde mucho discurso contra el "moderno de cine de horror" y sus excesos truculentos. Inevitable. Los interfectos más notorios son Forrest J. Ackerman, Gary Graver, Melissa Moore, Ted Newsom y Robert Quarry. No es tan disfrutable como el anterior, pero se deja ver agradablemente.
A partir de aquí, "Shock Cinema" abandona las entrevistas para centrarse en explotar el material de archivo de "Cinema Home Video". En el volumen tres nos comemos un porrón de tomas falsas de "Nightmare Sisters" y "Dr.Alien" (ambos, films de DeCoteau), además de algunos trailers. Muy muy aburrido todo. Completamente ignorable.
La cuarta y última entrega está un pelín mejor, pues se centra en el making of -y, muy especialmente, la confección de efectos especiales- de productos como "Al filo de la venganza", "Robot Ninja", "Skinned Alive" o "Ghoul School". En ese sentido, destaca que muestren cómo se facturó el impresionante aplastamiento craneal en "Al filo...", pero también la patética degollación con la hoja del cuchillo puesta de canto. O el caso de "Ghoul School" que, en cada una de sus muchas mutilaciones, los recurrentes condones rellenos de sangre falsa no se rompen cuando deben. Así, cada vez que desgarran carne, los vemos estirarse cual chicle descaradamente hasta ceder. El (d)efecto es raro, porque da cierta grima, parecen tendones o algo así. Desde luego, como película de terror no se yo... pero como anuncio de gomas efectivas para evitar embarazos indeseados, "Ghoul School" es la bomba.
Superadas las cuatro entregas de "Shock Cinema", me vi otros tantos documentales dispuestos en la misma plataforma. Al ser materia actual, pecaban ya del abuso de "geek"-ismo + "nerd"-ismo, con un montón de supuestos expertos (blogeros, algún organizador de Cons...) y/o filmmakers de la era digital dando su opinión sobre títulos clásicos. Sin embargo, no todos resultaron desdeñables, siendo "Survival of the Film Freaks" el que mejor me entró, a pesar de (o a causa de) que le di al "play" cargado de pesimismo.

sábado, 5 de diciembre de 2020

ALIENATOR

Aunque cueste creerlo, "Films 4" estaba convencida de que con "Alienator" tenía un bombazo entre manos, de ahí que apostaran por hacer mucha más publicidad de lo normal, cosa que recordarán aquellos que leyeran la prensa cinematográfica de la época y localizaran el respectivo anuncio a doble página, desde luego nada habitual para esta clase de productos. Pero a poco que escarbes en el mediocre catálogo de la distribuidora, entiendes perfectamente que se dejaran llevar. A fin de cuentas, y como todo buen exploitation, el título era cojonudo, super-atractivo, ¿cómo no se le había ocurrido a nadie antes lo de unir Alien con el recurrente "ator"? (eso pensé cuando en su día inventé Cybernator. Pero por lo visto no era una idea tan estupenda. Tardó un tiempo en surgir una película legítima con semejante título, y encima era de tercera regional). El cerebro ejecutor tras tal estratagema no fue otro que el mítico Fred Olen Ray, del que tanto hemos hablado por aquí, quien rodó la película en escasos días reutilizando material ajeno para las escenas galácticas y, por supuesto, una fábrica como decorado futurista. La historia es una combinación de diversas fuentes, "Terminator", "Depredador", hay quien cita "Critters" y alguna de las pelis baratas de ciencia ficción de los 50 que tanto gustaban a su director.
Kol, un temible villano del espacio, va a ser ejecutado, pero logra escapar y refugiarse en la tierra, engañando para ello a un grupo de jovenzuelos con pelos en los huevos, un guarda forestal y un veterano de guerra. Hasta allí llega Alienator, una robota cuyo fin es cazar al fugado sin importar a quien se lleve por delante. Se carga a unos cuantos inocentes... aunque al final de la peli todo quede olvidado y el resto del reparto la vea como a una heroína, "toda una mujer". Tremendo.
En la época que "Alienator" llegó a nuestros estantes, andaba loco por Fred Olen Ray y su cine, así que el "estreno" fue un acontecimiento para mi. Claro, con tantas ansias me la puse y me aburrió de tal manera, que desde entonces siempre la he odiado. Probablemente, es la peli que más detesto de su director... y no será porque no tiene material para despertar tan feo sentimiento. Pero "Alienator", además de la modorra habitual, la falta de gracia, el look plano, aburrido y mortecino, la fría puesta en escena, la saturación de diálogos idiotas y, en definitiva, la basura recurrente en toda Ray-movie que se precie, supuso una gigantesca decepción. Por mera nostalgia decidí darle una segunda oportunidad... y requerí de CUATRO intentos porque me dormía en cada uno. Que sí, que es una mierda. Pero es una mierda de Fred Olen Ray y eso hace de ella una mierda diferente.
Como suele ser habitual en las producciones del amigo, lo más divertido lo encontramos en el reparto, repleto de actores en decadencia, nombres afines al género que el cineasta fichaba por puro fanatismo  y los habituales del clan Ray. Así pues, la cosa queda de esta manera: Jan-Michael Vincent y John Phillip Law en las últimas, P.J.Soles (de "La noche de Halloween"), Leo Gordon (habitual de la factoría Corman), Robert Clarke (presente en muchas monster movies de antaño), Hoke Howell como cansino redneck palurdo, Joseph Pilato (el cabronísimo "Rhodes" de "El día de los muertos") y la inconfundible Teagan Clive, señora que se dedicaba al culturismo y también asomó el jeto en cosas tan variopintas como "Armados y peligrosos", el "Simbad" de Enzo Castellari y otras de San Olen Ray. Tampoco faltan los de toda la vida, Ross Hagen (el Antonio Mayans yanki), Dawn Wildsmith o Robert Quarry en el papel más insignificante y tonto de toda su carrera (básicamente está ahí para ser asesinado). También se deja ver Dan Golden, director de cutrismos a la misma altura que los de su colega.
La música la firma el gran Chuck Cirino pero, según fuentes consultadas, en realidad no es cosa suya, los productores dejaron el nombre pero extirparon su labor. Escribe el insaboro guion Paul Garson, quien para Fred Olen Ray también se encargó del libreto de la igualmente anodina "Cyclone". No volvió a guionizar nunca más tras "Alienator". Tampoco me extraña nada.
La peli está dedicada al entonces recién fallecido Fox Harris, actor de escueta pero estrambótica filmografía, en la que descubrimos otras pelis de Ray, productos de misma naturaleza exploit, títulos dirigidos por Alex Cox e incluso cosas rodadas directamente en vídeo. Flaco favor le hicieron dedicándole semejante mojonator.
Hacer notar que en el cartel español -este que tienen a la vista- le pegaron a Alienator un brazo izquierdo recortado de alguna otra fuente y que destaca por su escasa resolución. Buenos viejos tiempos los del caratuleo chungo.

sábado, 14 de mayo de 2022

COMMANDO PARA MATAR

Sigo revisando las producciones más impersonales y sosas del Fred Olen Ray ochentero gracias a la generosidad de Don Enorm. Hace unas semanas le dimos un meneo a "Cyclone, al filo de la muerte" y, ya entonces, introduje toooodo el rollete con respecto a por qué no me gustaron en su día. Si necesitan instruirse, vayan para allá y échenle un ojo.
Ahora toca la otra "action movie" que el cineasta parió en 1987 para "Trans World Entertainment", esta "Commando para matar", "Commando Squad" en v.o. Siempre me llamó la atención que el título español incluyera la segunda M anglófila en comando (supongo que con el afán de churrupetear del entonces aún reciente éxito de la maravillosa película de Arnold Schwarzenegger), cosa que ha sido finalmente corregida en versiones más actuales.
Con el fin de detener a unos malvados narcos, una serie de agentes son enviados a México city. Todos morirán... menos el último, que secuestran y torturan. Así pues, ante el desespero, el encargo recae en una pava. Será la que acabará poniendo orden, salvando a su colega y matando a los malos.
Nada que destacar. Acción del montón, pero un poco más a lo pobre. El ritmo es farragoso. Las escenas de persecuciones y tiroteos carecen de suspense o emoción. Lo mismo que los "stunts" que, aunque los hay, son menos espectaculares que los de "Cyclone, al filo de la muerte". La violencia escasea y, en fin, que no, no funciona. "Commando para matar" es bastante palizas.
Siendo otro el director, esta reseña terminaría aquí. Pero hablamos de San Fred Olen Ray, y su incomparable universo, y es ahí donde localizamos todos aquellos elementos llamativos que hacen de la experiencia algo medianamente más interesting.
Para empezar, que no falte el "momento Ray_ante" de rigor. Pal caso, tenemos la aparición de una legendaria tienda de coleccionismo cinematográfico allá en Los Ángeles ("Hollywood Book & Poster") que se supone tapadera para armar a los agentes (entre el arsenal disponible ¡un espectacular cuchillo con hoja rellena de ácido!). Justamente, antes de que la prota haga su entrada, vemos a la dependienta venderle un póster de "El misterio de la pirámide" -del mismo Ray- a un chavalín (he intentado localizar al actor, pero no figura en ninguna parte. ¿Tal vez el hijo del dire? En ese caso hablaríamos del hoy también filmmaker Christopher Olen Ray), previo comentario: "No se por qué, pero por lo visto a todos los niños les gustan esta clase de películas". Graciosísimo. Y, justamente, ya que mentamos ese título en concreto, señalar que en él aparecía una avioneta estallando en mil pedazos. Ray, como buen alumno que era de Roger Corman, la reutiliza en "Commando para matar" (a pesar de que el escenario sea sensiblemente distinto) y la hace petar por efecto de un certero disparo mediante recortada. ¡Toma puntería!.
Pero esos no son los únicos toques llamativos del film, hay más... aunque por la vía negativa. Errores, unos bastante tochos. Por ejemplo, un personaje procura ocultar su identidad a los ojos de un villano, que lo conoce previamente. Justo a continuación, ambos se encuentran cara a cara y el villano reacciona como si no supiera quien es. ¿Pa qué tanto disfraz entonces?. El héroe secuestrado anda metido en una caseta en medio del campamento de los narcos. Se supone que, por esa razón, debería ser el lugar más vigilado. Pues no, lo cierto es que es un cachondeo. Cuando el guarda de la puerta desaparece, nadie le da la más mínima importancia, ni siquiera uno de los esbirros que pasa por allí. Hay más (como que veamos perfectamente las colchonetas en las que caen algunos actores cuando son abatidos... podría ser cosa del formato, pero es así), todas igual de absurdas o, como dicen hoy día, "WTF".
En cuanto a los actores, y demás individuos pululando delante de la cámara, tenemos a los integrantes de la secta FOR (de Fred Olen Ray), todos en roles segundones: Robert Quarry, Dawn Wildsmith (interpretando, como siempre, a una tipa dura y mal lechada), Ross Hagen, Michelle Bauer en un papel no acreditado y despelotado y el mismo Señor Director jugando al póquer. Debuta como nuevo miembro el mítico Russ Tamblyn.
Del resto destacan otra de esas "bimbos" ex-chica Playboy, Kathy Shower, a la que hemos podido gozar como dios trajo al mundo en "Las aventuras de Tennessee Buck". Todo un clásico de la acción ochentera, Brian Thompson. Dos leyendas del exploitation, William Smith y Sid Haig (que haría buenas migas con el dire y saldría también en "Warlords", acá da vida a un esbirro que se pone como una moto cuando inflige dolor). Y, finalmente, un par de "antiguos", de esos que Ray fichaba por puro fanatismo, como Mel Welles (el Mushnick original de "La pequeña tienda de los horrores") o Marie Windsor, con una filmografía repletita de clásicos y subclásicos del fantastique de segunda o tercera división.
El guion corre a cargo de otro jefe, Michael Sonye (ya saben, cantante de "Haunted Garage" y responsable del libreto de "Fonda Sangrienta"). El todoterreno Gary Graver se responsabilizó de la fotografía. El supuesto México donde se desarrolla la acción no resulta demasiado convincente (sobre todo la aldea. Pa mi que el diseñador de producción no hizo los deberes), tiene toda la pinta de ser uno de los escenarios favoritos y habituales de Olen Ray, las cuevas de Bronson Canyon, hogar de mucho cine de monstruos barato en los años 50 y 60. ¡Ah! y uno de los personajes masculinos responde al chispeante nombre de: Putita.
¿Qué otra peli de baja estofa da más?.

Como colofón, y por aquello de no perder la costumbre, les dejo la caratula completa del VHS surgida de los archivos de Don Enorm.

viernes, 26 de septiembre de 2008

ZONA CIBERNÉTICA

Y volvemos con mi viejo amigo Fred Olen Ray, al que le perdono todos sus pecados, aunque solo se deba a nostalgia de cuando le tenía absurdamente en un pedestal. Hace un tiempo localicé la edición en VHS de "Zona Cibernética" en una tienducha repleta de gangas. Estuve muy tentado a pillármela, pero al final no piqué. Ahora que la he visto, puedo decir que actué correctamente.
La peli -una producción Roger Corman rodada por Ray en diez días- nos cuenta la historia de un cazador de androides contratado por una gran corporación para recuperar a cuatro putas robóticas que valen mucha tela, y que un contrabandista con pinta de cantante de heavy metal ha robado y se ha llevado a la ciudad submarina donde viven los más adinerados. Efectivamente, estamos en el futuro, y mientras bajo las aguas la vida es plácida, en la superficie huele a mierda en cada esquina.
Marc Singer, el legendario prota de la serie "V" y de "El señor de las bestias", pone pétreo rostro a un héroe muy duro (cuando es herido exclama: "No tengo tiempo de sangrar") pero de buen corazón. Le acompañan los habituales del cineasta, Ross Hagen, Brinke Stevens y Robert Quarry. El propio Ray se permite un fugaz cameo, luciendo puro.
¿Qué decir?, hombre, al metraje le pesa el culo, eso fijo, y se arrastra bastante costosamente. A pesar de ello, me la comí enterita y sin darle al avance rápido. Vamos, que con un poco de paciencia se aguanta bien. Como toda peli del cineasta en cuestión, las cosas se desarrollan monótonamente (con menos acción que en una del Tarkovsky), hay diálogo como para parar un tren, alguna escena involuntariamente descojonable (concretamente las del "Androide Asesino"), naves espaciales recicladas de las Cormanadas habituales, maquetones del copón, tetas por doquier y escenarios continuamente visitados por los protas, vamos, que solo tenían 4 o 5 decorados y les sacaron mucho partido. ¡Ah!, como es de ley en toda Z-movie que se precie, la ciudad sumergida no la vemos nunca, solo nos movemos por sus entrañas, es decir, una puta fábrica.

martes, 19 de agosto de 2008

BEVERLY HILLS VAMP

Sin contar "The Alien Dead", y dentro de su dinámica semi-industrial de rodar pelis como salchichas en cinco días, para mi esta es la mejor obra del insigne Fred Olen Ray. La mayoría siempre poseen algún elemento interesante -aunque hablemos de la ridícula criatura que acompaña a David Carradine en "Warlords"- mientras que el resto apesta y, sí, mata de aburrimiento. Sin embargo, y a pesar de todas sus carencias, "Beverly Hills Vamp" es razonablemente entretenida e incluso divertida.
Tres chavales de pueblo, cuyo sueño es hacer una película, van a Hollywood a pedir ayuda a un productor de series Z. Mientras esperan una respuesta a sus plegarias, deciden pasar la noche en un prostíbulo que, fíjate tu, está regentado por vampiras. Solo logrará escapar uno, quien recurrirá al mentado productor, y un cura, para poner fin a la amenaza.
Todo ello, claro está, en forma de comedia bufa, muy muy tonta, y facturado a la inevitable manera del Ray más perezoso, a saber, planos casi secuencia, muuuucho diálogo y look estéril, sin vida (por mucho que metan alguna luz verde o roja de fondo para dar más de "algo" al "decorado"). El humor, como decía, es mega-chorra, pero en ocasiones funciona, una, gracias a estultísimos pero acertados efectos sonoros, y dos, y eso sí es curioso, gracias al doblaje español, destacando el que le pone la voz al prota, el comediante de serie Z Eddie Deezen (al que hemos podido ver en "Grease" y "1941", nada menos, y sobrevive gracias al doblaje de dibujos animados y la televisión. El film reseñado no representa su único escarceo con el zetismo , volvió a colaborar con Olen Ray en "Mobb Boss" y se las vio también con Mark Pirro , aunque en aquella ocasión se largó del rodaje sin completar su parte). Suelta algunas frases que son una risa, sobre todo a lo largo del desenlace.
Acompañan a Deezen en tareas interpretativas Britt Ekland (ex-chica Bond y actriz en algunos títulos de culto del cine de género Británico de los 70), Michelle Bauer (inevitable en una de Olen Ray e inevitable verla en cueros. La primera secuencia en la que aparece de esa guisa sobre un tipo, es material descartado de "The Tomb / El misterio de la pirámide", del mismo cineasta), Jay Richardson (otro habitual de Alfredo, quien da vida al productor, lo que permite muchas coñas privadas), Robert Quarry (ex-Conde Yorga, personaje este a costa del cual se permite bromear y todo), Dawn Wildsmith (pareja sentimental del realizador en aquella época) y Tim Conway Jr., hijo del popular comediante televisivo (quien formó pareja junto a Don Knotts en la mítica "Detectives casi privados").
En el apartado técnico también se repiten los habituales de la plantilla, Ernest D. Farino en el guión (su porción más grande del pastel está como diseñador de créditos para films de James Cameron ¡¡!!), T.L.Lankford como "consultor creativo", Bret Mixon en los créditos y las animaciones... y, eso si, el gran Chuck Cirino en lo musical, quien como siempre hace gala de un talento innato para crear sencillos pero efectivos temillas pegadizos, y si no que se lo digan al público que asistió a un pase casual de "Deathstalker 2" y tarareó a grito pelado la fanfarria principal, obra del compositor y sus sintetizadores.

viernes, 5 de julio de 2013

LOS DREGGS

Y ya tenemos aquí, una vez más, al hijo pródigo, Fred Olen Ray. Todo un clásico de este blog. Para la ocasión, hablaremos de una de las películas de su filmografía cómodamente instaladas en lo que podríamos llamar, no sin cierto temor, la "etapa dorada" del sr.director, 1988, es decir, los años en los que se había apoltronado definitivamente en la serie B/Z como uno de sus más apreciados y populares representantes, produciendo morralla a troche y moche, siempre con un amplio sentido del humor y un equipo casi fijo de actores y técnicos. ¡Ah!, y por entonces aún rodaba en 35mm. Eran tiempos en los que el cineasta disponía de productora propia, la infame "American-Independent Pictures" (no confundir con "American International Pictures" ni con "Action International Pictures"), y básicamente hacía lo que le daba la gana... sin salirse del guión, de SU guión, el del Roger Corman de los 80, por así decirlo.
En concreto "Los Dreggs" vendría a ser un especie de homenaje a los seriales de ciencia ficción y aventuras de los años 30, pero pasados por el tamiz Fred Olen Ray, es decir: muchos diálogos para rellenar metraje (y extremadamente estúpidos, añado), incapacidad de dotar de un mínimo de ritmo a nada y reciclaje desesperado. No en balde, su título original es "The Phantom Empire", exactamente igual que un serial del año 1935 con protagonismo de Gene Autry (a quien se cita directamente a modo de guiño fricoso durante una charla). Eso sí, sin ningún vínculo real más allá de la -imagino que- buscada coincidencia titular. 
La peli que nos ocupa a España llegó de la mano del entrañable sello "Lightning Video" que, aprovechando la presencia en la trama de unos bichejos caníbales de ojos blancos, intentaron colárnosla como un especie de exploitation de "Gremlins" bautizándolos como "Dreggs" (aunque no recuerdo que en el film se mencione ese nombre... y no será porque no le dan al pico, los muy hijos de su madre). Al menos la caratula era de lo más llamativa, prometiendo emociones mil, monstruos, robots, chicas malas, etc... lástima que en ningún lado pusieran que se había rodado en tan sólo seis llamativos días, por aquello de aprovechar el equipo que Ray había alquilado para alguna de sus producciones previas. Tío listo.
Un cazatesoros en plena mala racha es contratado por una chica rica para buscar una civilización oculta bajo tierra donde, se supone, encontrarán diamantes de incalculable valor. Pero antes de llegar, tendrán que enfrentarse a toda suerte de peligros tales como una tribu caníbal, un robot mortífero, dinosaurios y una jefa alien con pinta de amazona y muchas malas pulgas.
¡¿Qué gran concepto, verdad?!. Sí. Lástima, como decía, que todo ello esté facturado con la habitual desgana y pereza del cine de Fred Olen Ray. ¿Por dónde empiezo?... ¡hay tanto!. La peli se abre con un absurdo texto en el que el mismo director asegura que lo que va a narrarnos es totalmente verídico. ¿Recuerdan cuando en la reseña de "Biohazard" les hablaba del "toque Ray"?, bien, pues en "Los Dreggs" esto que les comento ejerce como tal. Seguidamente, viene la que, a mi gusto, es la mejor escena del film, en la que un monstruo de patético y ridículo aspecto altamente zetoso (un tipo con una evidente máscara de carnaval) sale de una cueva, ataca a una familia de picnic y le arranca la cabeza al padre. ¿Gore?, sí, un poco, pero también increíblemente cutre y mal parido... ver el cambio de expresión de la cara de la víctima de perola entera a cercenada resulta im-pa-ga-ble. Con todo, yo de chaval tenía la costumbre de ver los primeros cinco minutos de la peli unas horas antes de sentarme en serio frente a la tele. Y claro, con un arranque así, uno se lleva fácilmente a engaño.
El resto, pues un coñazo. Las peligrosas grutas por las que se desplaza el equipo explorador son todo el rato las mismas cuatro paredes, perfectamente iluminadas y con un amplio y cómodo pasadizo totalmente aplanado para que los actores puedan caminar sin demasiada dificultad. Una vez llegan al mundo perdido bajo tierra, este se limita a ser el puto exterior, justificando la luz solar como efecto de un volcán en perpetua erupción (sacado de vaya usted a saber qué documental). ¡¡Mamón, al menos pon algún filtro!!. Naturalmente este mundo está tirando a desolado, cuatro tipas en biquini y una amazona reina de aparatosa indumentaria leather. Poco más, todo muy pobre y triste. Completan el paisaje un puñado de dinosaurios en stop-motion directamente robados del film de 1977 "El planeta de los dinosaurios". Además de este reciclaje, tenemos muchos otros, destacando la aparición de una versión tuneada de "Robby, el robot" de "Planeta Prohibido" (el modo patoso y desordenado, casi verbenero, en el que los exploradores se enfrentan a él, resulta más que hilarante) y, mi favorito, el vehículo supuestamente futurista que aparecía en la serie de televisión de "La fuga de Logan" y que muchos que compartan edad conmigo recordarán afectuosamente. También localizamos la nave espacial que luego Olen Ray reutilizaría para su película "Alienator" (y que, probablemente, venía de reutilizar de alguna otra... ¿"Prison Ship" tal vez?) en un tremebundo efecto de perspectiva forzada, el truco favorito del cineasta que, si ya suele usarlo habitualmente en sus películas, en esta es un no parar. Tenemos esqueletos de dinosaurio, cráteres y diamantes, todas muy mal paridas.
Tanto delante como detrás de las cámaras encontramos nombres muy habituales del universo Ray, sobre todo en aquella época. Veamos: Ross Hagen, Dawn Wildsmith (la ex del director se marca un rol altamente irritante y odiable), Robert "Conde Yorga" Quarry, Susan Stokey, el malogrado Russ Tamblyn en un papel muy escueto, Michelle Bauer (enseñando pechamen, ¡claro!, aunque menos de lo habitual) y Michael Sonye como el decapitado del prólogo (y que, entre sus habituales funciones de guionista -además de cantante en el grupo "Haunted Garage"- está el haber firmado el libreto de la popular "Fonda Sangrienta"). Inevitablemente, la jamona Sybil Danning interpreta a la reina alien medio-amazona en esta, su segunda colaboración con Fred Olen Ray tras "El misterio de la pirámide", atención a la secuencia altamente patética en la que se enfrenta a un dinosaurio gracias a una lanza que localiza por pura casualidad. Sin embargo, la medalla se la lleva Jeffrey Combs, sí, el mismísimo "Herbert West" de "Re-Animator" (y que, cómo no, se reserva el chascarrillo complaciente citando "Miskatonic"). Venía de colaborar con Ray en una peli previa, la aburrida "Cyclone", y supongo que por cosas de contrato, se vería obligado a intervenir en "Los Dreggs". Viéndolo, es fácil compartir su dolor. Quiero decir que a los habituales de Ray, Hagen, Wildsmith, Bauer o Quarry, los ves en su salsa... pero con Combs sufres verdadera vergüenza ajena, no puedes evitar sentirte mal por/con él oyéndolo soltar esas frases tan chorras, viéndolo correr arriba y abajo o enfrentándose incapazmente al robot. Para mi que se sentiría totalmente fuera de lugar... ¡¿qué hacía él metido ahí, entre toda esa peña de la serie Z?!. En alguna entrevista posterior, ha confesado honestamente estar muy arrepentido de la experiencia. Sin embargo, años después repetiría con el director en el western "Bandidos Americanos".
En el apartado técnico, encontramos a T.L.Lankford, Gary Graver y Bart/Bret Mixon. Destaca por curioso Tony Malanowski como co-montador, un tipo que ha pasado media vida disculpándose por haber dirigido la peli que le abrió las puertas del cine profesional, "The Curse of the Screaming Dead", una costrosa fábula de zombies altamente zetosa que acabó en las arca(da)s de la Troma (¿quién si no?) como "Curse of the Cannibal Confederates". Si les digo que el mismo Lloyd Kaufman la considera una de las peores de su catálogo, se lo digo todo todito.
Me puse a revisar "Los Dreggs" ayer noche con ganas y mucha voluntad, por eso quizás me pareció un 10% menos aburrida y terrible de lo que la recordaba. Pero no nos engañemos, eso es exactamente lo que es, por mucho que Ray intente salvar la papeleta a base de humor... claro que, pal caso, a veces este hace más daño que bien, acercando en demasiadas ocasiones el conjunto al puro patetismo. Eso respecto a los momentos cómicos, el resto ya resulta miserable por si solo.
Únicamente recomendada a fans del director y su troupe... después de pegarse un lingotazo de trinaranjus y una clencha de petazetas. 

sábado, 7 de mayo de 2022

CYCLONE, AL FILO DE LA MUERTE

Suelo lamentarme de que, desde hace ya demasiados años, la carrera del otrora rey del zetismo Fred Olen Ray ande medio muerta, con el tipo dedicándose a la facturación de productos desalmados, sin frescura, ni pizca de las simpáticas extravagancias que eran habituales en su etapa ochentera, cuando más volcado andaba en el fantastique y el terror, géneros estos prácticamente desaparecidos de su filmografía. Pero, siendo justos, es cierto que en aquellos añorados entonces Ray también dirigió alguna película afín al material actual. Meros encargos huérfanos de amor en sus fotogramas (aunque puede, solo puede, que un pelo mejor presupuestados y distribuidos) Eran los años en los que el filmmaker soñaba con integrarse en el sistema de los grandes estudios. Creía firmemente seguir la senda correcta, aspirando a convertirse en un mero pero feliz artesano. Para bien o para mal, nunca lo consiguió.
Siendo entonces yo super-fan suyo, detestaba esas películas. Me aburrían mortalmente (es decir, más de lo habitual en su cine) Eran las etiquetables de "acción y/o thriller", como "Commando para matar", "Terminal Force", "El poder de las armas" o la que me dispongo a comentar hoy, "Cyclone, al filo de la muerte" (puede que las otras caigan también en el futuro -salvo "El poder de las armas", que ya está reseñada-, dependerá de lo que logren mis conseguidores personales. ¡Gracias pishas!) Ya saben que, últimamente, ando en plan "zen", intentando deglutir las películas que en el pasado me atormentaron -por malas pero, sobre todo, palizas- invirtiendo toda mi atención y esforzándome al máximo en busca de impresiones positivas.
Un tipo ha inventado una moto mega-futurista y "chanin" que se alimenta, principalmente, de una batería la mar de duradera y beneficiosa para el medio ambiente. Una corporación malvada hará lo que sea por agenciarse el juguete, así que, simplemente, se cepillan al científico. Lo que no saben es que, a partir de ahí, será su novia la que se encargue de proteger el invento y, de paso, vengar la muerte del pocholo.
A pesar de contar con más medios de lo habitual, "Cyclone, al filo de la muerte" sigue teniendo un presupuesto ajustado, de ahí que el señor director -haciendo honor a su "modus operandi"- continúe abusando de diálogos. Aunque al menos no son tan excesivos, ni tan tontos, como solía ser habitual. La peli cuenta con su accion-cilla. Sus "stunts" espectaculares (hay uno, con un coche que sale disparado por un puente, francamente llamativo) Explosiones generosas. Y todos aquellos elementos tan de la década (está fechada en 1987) que contribuyen a distraerte el ojo y la mente, como la banda sonora a base de sintetizador y un poco de repelente AOR. Así pues, como pasatiempo dominguero, la cosa tiene un pase. Sí, se puede ver.
Quizás la escena más maja -y más Ray_ante, dicho de modo positivo- sea cuando la prota y el novio acuden a un local "punk" para ver un concierto (con el mismo Fred Olen Ray interpretando al portero) En seguida pensé aquello de "Ay dios, a ver qué concepto tiene este hombre de lo que es punk... seguro que nada bueno" Y, vale, es verdad que las pintas del público son más propias de unos "New Romantics", sin embargo, y por esta vez, el grupo está a la altura. Hablo de "Haunted Garage", que se curran una canción un rato guapa y, además, cuentan como cantante con Michael Sonye, auténtico devoto del cine de terror y el "trash", hasta el punto de meter mano en "la industria" apareciendo en toda suerte de títulos. Lo has visto en muchas otras "obras maestras" del mismo Olen Ray, pero también de David DeCoteau o Donald G. Jackson. Ejercía como Mengele (!!!) en "Los surfistas nazis deben morir" Y se prestó a participar en los desvaríos primero underground, pornográficos después, de Eric Brummer. Como guionista, Sonye tampoco es manco, y entre sus libretos más notorios localizamos la falsa cuarta entrega de "El Exterminador" , "Commando para matar" del mismo Ray y, sobre todo, el clásico videoclubero "Fonda Sangrienta". Vamos, que el tío es toda una leyenda y merecería muchas más atenciones (justo al ladito de William Butler).
Ya que estamos con el personal que colabora o aparece en "Cyclone, al filo de la muerte", siempre tan interesante como entonces era norma en el cine de su director, sigamos indagando. Pal caso destacan Heather Thomas, la típica "bimbo" californiana supuestamente sexy que, a mi, me echa patrás. El colega Jeffrey Combs, aún caliente de su paso por "Re-Animator" y que repetiría con Fred Olen Ray en subsiguientes películas, como "Los Dreggs" (de la que siempre se arrepintió) o "Bandidos Americanos" (un western coñazo que ni pude terminar) El actor y especialista Dar Robinson, que moriría poco después de "Cyclone..." rodando otra peli (estrelló la moto contra un árbol, quedando empalado por una rama, nada menos) y al que se hace una dedicatoria antes de los créditos finales. La ex-"chica Bond" y ex-chica "Hammer Films" Martine Beswick. Un Martin Landau en pleno naufragio por los contornos del cine barato. Huntz Hall de los "Bowery Boys" como mecánico salido (este y la Beswick seguramente sean elecciones del Olen Ray más fan) Troy Donahue (repetiría con el director en "Terminal Force") Tim Conway Jr. (volveríamos a verle en una de las mejores Ray-adas, "Beverly Hills Vamp") Dawn Wildsmith (la por entonces pareja del cineasta) Y un par más de los habituales de la casa, Robert "Conde Yorga" Quarry y una Michelle Bauer vista y no vista ejerciendo de stripper, cómo no. Tanta fidelidad se prolonga al personal tras las cámaras, como un Donald G. Jackson en función de asistente, Bret Mixon a los efectos especiales + visuales y T.L.Lankford retocando el guion de Paul Garson, quien poco después escribiría también el de "Alienator".

A modo "frikoso", les dejamos una captura del film donde, muy de refilón, se cuela el estupendo póster de una no menos estupenda película recién estrenada entonces... ¿la reconocen? Más les vale porque, esta vez, no pienso desvelar de cual se trata.


Aprovechando que estamos generosos, también les dejamos con la caratula del VHS patrio completita, cortesía del gran Enorm.