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domingo, 28 de noviembre de 2010

BLACK COBRA

Cuando a inicios de los 90 me dio por el cine de justicieros, muchas fueron las pelis del estilo que me zampé. Americanas, Francesas, Filipinas... pero nadie -obvio- copiaba mejor mis referentes que los inmortales Italianos. De todas ellas, destacaban las protagonizadas por Maurizio Merli, el Eastwood/Bronson de serie Z de aquellos lares (en prometedores pero decepcionantes vehículos). Algunas de esas joyas las firmaba un tal Stelvio Massi, el mismo responsable de la que ahora nos ocupa. Vi el cartel de "Black Cobra" por vez primera en las sabrosas páginas de la revista "Pantalla 3" (auténtico catálogo de videoclubadas de todo calibre), pero nunca jamás localicé el film. Al menos no durante el tiempo que me interesaba dar con el. Como ingrediente exótico estaba el protagonismo del legendario Fred Williamson, por aquellos tiempos inmerso de lleno en el mercado italiano y que, en mi fiebre justiciera, también me había aportado algunas escuetas horas de placer (como con "The Big Score", que se supone partía de un guión rechazado por Clint Eastwood para lo que hubiese sido otra aventura de "Harry Callahan"). La combinación era atractiva, al menos a priori: Williamson como poli duro, Massi a los mandos y una trama que revelaba el verdadero fin de la película, explotar el "Cobra" de Cosmatos/Stallone, producida un año antes. ¿El resultado?, vamos a ello...
Un grupo de psicópatas están tan hartos del sistema que deciden emprenderla a tiros y violencia desatada con las pobres gentes inocentes de la calle. En eso que una moza de lo más atractiva presencia uno de los crímenes, lo que la convierte en blanco de interés de los malos. ¿Y qué hace la policía?, pues encargar al duro durísimo Malone la protección de la muchacha, aún a sabiendas que este prefiere disparar antes que preguntar... o que cagar... o que dormir.
Que sí, que es igualita que "Cobra" (o, bueno, ¿que la famosa novela que la inspiró, "Fair Game"?). Empiezan igual, con el héroe acudiendo a salvar unos rehenes por la línea burra. El malo, en su afán por parecerse a Brian Thompson, y gracias a su vestimenta, termina siendo una imitación precaria de "Terminator". La chica prota, en "Cobra" modelo, aquí pasa al otro lado de la cámara, vamos, que es fotógrafa. En cierto momento, el asesino se tiñe el pelo a lo rudimentario para no ser descubierto. Si en la de Cosmatos era para colarse en el hospital donde está ingresada la testigo, en "Black Cobra" es por otros fines... aunque, claro, también tenemos escena de hospital. Joder, si hasta en la jugada sale perjudicado el amigo Callahan, a quien Malone/Williamson le roba la famosa tonadilla del "Sé lo que estás pensando...", aunque con mucha menos gracia, claro.
Por lo demás, pues algunas caras conocidas del exploit italiano (la morbosa Sabrina Siani), música electrónica tan cutre como efectiva, muchos zooms, el aceitoso objetivo de la cámara y en fin, un ritmo tirando a farragoso. Solo los italianos son capaces de producir películas de acción con tiros, sangre y explosiones y lograr que les salgan más chapa que la peor muestra de cine de vanguardia. Increíble.
A pesar de todo, la jugada salió bien, pues "Black Cobra" esputó tres secuelas más, dos dirigidas por Edoardo Margheriti, hijo de Antonio, ("Black Cobra 2 y 3") y una cuarta ("Detective Malone") con el sello Umberto Lenzi y parida a base de material rechazado de las pelis anteriores ya que, por lo que dicen en Imdb, el bueno de Fred Williamson ya no tenía ganas de hacer más. ¡Lógico!.

sábado, 13 de enero de 2024

QUÉ ASCO DE VIDA

Parece que no, pero "Qué asco de vida" es un título muy relevante en la filmografía como director del gran Mel Brooks. Para empezar, se trata de su primera producción noventera, siguiendo a la tontísima pero muy divertida "Spaceballs, la loca historia de las galaxias". Recordemos que aquella había sido un fracaso, tal vez ello animó a Brooks a desviarse de su línea habitual de parodias y humor absurdo, para retomar esas comedias más serenas con eventuales toques dramáticos -o sentimentales- características de su primera etapa ("Los productores" y, muy especialmente, "El misterio de las doce sillas") Fue un paso arriesgado porque, en su época, también esas fracasaron. Y sí, "Que asco de vida" se metió una buena galleta a la hora de recaudar billetes. Así pues, ¿qué hizo el pequeño judío?... volver a "terreno conocido" (o, mejor dicho, aquel que se suponía el público esperaría de él) con las respectivas parodias de "Robin Hood" y "Drácula". Ambas pincharon y pusieron fin a su carrera cinematográfica. Considerando la desgana que invirtió en esas dos últimas, cumpliendo con la papeleta (están repletas de gags e ideas recicladas de sus títulos precedentes... y otras fuentes), ¿podríamos decir que "Qué asco de vida" fue la última obra de Mel Brooks abordada con cariño e ilusión? Tal vez (él mismo la considera su mejor interpretación).
Lo que cuenta tampoco es muy original. Dos ricachos compiten por hacerse con un barrio degradado, lleno de vagabundos. Hacen una apuesta. Si uno de ellos -Brooks, por supuesto- consigue pasar 30 días viviendo como un pordiosero más, sin dinero, sin nada de nada, ganará y se hará con el lugar. Sobra decir que la experiencia le cambiará a mejor, humanizándolo y tal. Y que sus ex socios se la jugarán con intención de que no recupere su antigua vida. Pero tranquilos, que hay final feliz, por supuesto. La cosa termina en boda, porque también tenemos historieta de amor y, como decía, sus gotitas de drama lacrimógeno (creo que por primera vez -y última- en la carrera del cineasta)
La deuda con Preston Sturges (especialmente "Los viajes de Sullivan") o Frank Capra, y su cine de buenos sentimientos, es cantosa. A pesar de algunos momentos más cafres y, sobre todo, del alto contenido crítico con la sociedad estadounidense, los ricachos, la sanidad (esta especialmente salvaje) y demás, "Qué asco de vida" es una película muy blanca, muy buenrollera, muy limpia (aunque incluya mucha mugre), incluso inocente. Tal vez demasiado para 1991. Así pues, no me sorprende el batacazo consecuente.
Tiene sus buenos momentos, sin duda. Te ríes. No a carcajadas, pero funcionan. Por ejemplo, la escena en la que Brooks imita a un niño negro que, bailando y cantando, consigue limosna. Obviamente, a él no le sale tan bien. Esto, y solo esto según recuerdo, era el trailer completo de la película. Llegué a verlo en algún cine y el público se reía de lo lindo. También es muy gracioso el encontronazo con el vagabundo que dice ser más rico que él, interpretado además por su viejo amigo y socio Rudy De Luca (a la vez, co-guionista de "Qué asco de vida"). La ristra de tortas graciosas es generosa e imitan -reconocido por el propio Brooks- las viejas maneras de los "Three Stooges". Y, así mismo, llama la atención que el viejo zorro logre colar en medio de la trama un inesperado número musical, de baile, esos que tanto le gustan con sus focos y colores, puro Hollywood clásico.
Tal vez el clímax final flojee, pero compensa que el resto entretiene, es agradable, medianamente divertido y emotivo. No comprendo cómo se le mete tanta caña en la red. Hay quien dice que es la segunda peor película de Brooks tras "El misterio de las doce sillas". ¡¿Han visto estos señores las de "Robin Hood" y "Drácula"?!. "Que asco de vida" cumple como bonita escapada de 92 minutos. ¿Qué más quieres?
El jugosito reparto incluye a una algo histriónica -como siempre, vamos- Lesley Ann Warren, al gran Jeffrey Tambor (sus entradas están entre lo más hilarante del film), Stuart Pankin, Howard Morris (le vimos también en "Máxima Ansiedad" y "La loca historia del mundo" de Brooks y, por consiguiente, en "Transylvania Twist" de Jim Wynorski), Michael ("Los cazafantasmas") Ensign, el mítico Billy Barty (protagonizando un gag muy parecido a otro visto en "La última locura" de don Mel), el bueno de Brian Thompson (qué carrera más colorida tuvo este hombre. Hace poco lo vi también en "¡Tres Amigos!" y su última intervención hasta la fecha ha sido, nada menos, que en "La tragedia de Macbeth", rodeado de actores de primera y dirigido por uno de los hermanos Coen), el eterno loco Raymond O'Connor, Robert (el Coronel de "Boogie Nights") Ridgely, papelito para Stanley Brock -busquen en Google y lo reconocerán al instante, esta fue su última película-, James Van Patten, de ilustre familia, marcándose un micro-rol como enfermero -lo que no deja de ser llamativo cuando siete años antes había protagonizado su propio vehículo de lucimiento, "Jóvenes Guerreros"- y, finalmente, otro habitual de Brooks, Ronny Graham, prestando la voz.
Una peli maja.

viernes, 10 de octubre de 2008

NOCHE DE MIEDO 2

De chaval veía extractos de este film en la tele y exclamaba: "¡Guau!". Fui al cine, y cuando salí decía de todo menos: "¡Guau!". Hoy, muchos años después, sigo pensando exactamente igual.
Hay pelis que cuando las ves y no te gustan, rápidamente pasan a ocupar un espacio mínimo en tu memoria. Entonces, te haces mayor, te entra la nostalgia, las recuperas y, sí, rápidamente recuerdas por qué las habías casi olvidado. Siguen siendo una mierda. Bien, "Noche de miedo 2" entra en ese grupo.
El prota de la primera, tras comerse tres años de terapia, decide que los vampiros no existen. Lástima que no vaya a gozarlo mucho, pues la hermana del chupasangre fenecido en el film anterior viene a la ciudad dispuesta a vengarse, convirtiendo al asesino de aquel en una criatura de la noche. Un punto de partida resultón, para una historia completamente fallida. La cagada más grande de "Noche de miedo 2" es su abuso de la comedia. La primera lograba ese punto de unión tan de inicios de los 80 entre el terror más serio y el humor sutil, sin excesos. La segunda entra ya en el terreno de la "comedia de horror" que tanto daño hizo -y hace- a nuestro género favorito. Por ejemplo, por un lado tenemos al vampiro simpático perfectamente aborrecible, y por otro una secuencia directamente estúpida en la que un no-muerto explica con palabras técnicas cómo recibir un estacazo mientras agoniza. Esta última ya nos pareció ridícula en la época, pues imagínate ahora. La vampira prota (a la que veríamos posteriormente en "En la boca del miedo") no tiene el carisma de Chris Sarandon y, en general, a la narración le cuesta avanzar mucho. Vamos, que me aburrí. Además, la estética super-hortera de la década está más presente que nunca.
Para no ser tan negativos, resaltaré la mítica actuación de Brian Thompson -el cachas malo de "Cobra"- como versión inflada de Renfield. Su devoción por devorar insectos -y su espectacular muerte- son de lo poco salvable. Dirige el cotarro el protegido de John Carpenter, Tommy Lee Wallace (responsable de la estupenda "Halloween 3"), que después regresaría a la sombra (suya es la primera e infame secuela de "Vampiros de J.C.") e impediría que se hiciera una tercera entrega de "Noche de miedo", cosa esta de la que me alegro.

domingo, 26 de diciembre de 2021

TRAILER DE "MISIÓN: ALTO RIESGO"

Y seguimos en nuestro afán de airear los trailers de las películas menos interesantes del vídeo-club. Lo único destacable de "Misión: Alto Riesgo" es que se trata de un film de acción producido el año 1987 bajo el título original de "Catch the heat" (o "Feel the heat", según la fuente), dirigido por Joel Silberg (a quien debemos films como el clásico "Breakin'" o "Lambada, fuego en el cuerpo"), guionizado por el veterano, reputado y Oscarizado Stirling Silliphant (recurran a Imdb para saber más) y con el mítico Brian Thompson, John Hancock y Rod Steiger + peluquín como rostros reconocibles del reparto.
Véanlo y no sientan absolutamente nada...

  

martes, 16 de junio de 2009

COBRA

A mediados de los 80 Stallone era el indiscutible rey de la taquilla. Sin embargo, "Cobra" resultó su primer tropezón (en ese momento). Venía después de "Rambo" (y "Rocky 4", dos pelis marcadamente "reaganianas"), contaba con el mismo director, George Pan Cosmatos, y el cartel recurría de nuevo a la imagen de Sly con cara de pocos amigos y luciendo arma chanante. Pero, como decía, no coló. No es que fuera un mega-fracaso... pero tampoco el exitazo que se esperaba de ella. Se abrió la veda, todos los críticos rabiosos ante el hecho de que el bueno de Silvestre fuera el boss de Hollywood e hiciese gala de una ideología política algo derechista, aprovecharon la oportunidad para vengarse. "Cobra" no paró de recibir palos y ser continuo motivo de chota en toda clase de medios. Aún hoy, a pesar de que con los años se ha ganado mejor prensa (el poder de la nostalgia, casi tan poderosa como el dinero y el sexo), ese cachondeo mal lechado aún colea.
Estamos ante una adaptación muy asá de la novela "Fair Game" (que sería readaptada unos años después para lucimiento de la top Cindy Crawford), aunque yo siempre he dicho que en realidad "Cobra" es un homenaje/plagio del primer "Harry, el sucio". Aparte de sus varios puntos en común inevitables por género (poli continuamente abroncado por sus superiores, asesinos psicópatas con afición por matar gente de lo más inocente, continua puesta en duda de la capacidad de la ley y su sistema, las frases lapidarias del héroe, etc, etc) tenemos que fijarnos en el reparto. Reni Santoni, quien interpretara al compañero de Clint Eastwood en el film de Don Siegel, es aquí compañero de "Cobra". Andrew Robinson, el francotirador loco de "Harry, el sucio", es en esta peli uno de los superiores de Stallone, y sin ser el malo de la función, su personaje poco tiene de bueno. A modo complementario, pero dentro de terrenos "harrycallahanistas", destacar la presencia
del entrañable David Rasche, suyo es el rostro que diera vida a "Sledge Hammer", la versión paródica del policía encarnado por Clint Eastwood.
Brigitte Nielsen (entonces, creo, pareja de Stallone) es testigo de un atroz crimen perpetrado por una panda de asesinos con aspiraciones sectarias y apocalípticas. Marion Cobretti, poli especializado en el "trabajo sucio" (como Harry) se encargará de protegerla. Violencia a raudales y mucha propaganda reaccionaria de delicioso sabor será el resultado.
Hasta cierto punto, podemos decir que "Cobra" es el paradigma del cine de acción ochentero, pues no solo tenemos a un Stallone en plena forma, también se trata de su primera colaboración con la entonces todopoderosa "Cannon". ¡¡Sylvester + Cannon!!, ¿tremendo, no? (imaginaos el placer orgásmico de los críticos a la hora de echar la bilis... tenían todos los ingredientes adecuados, y más). De hecho, esto de que Golan y Globus estuvieran de por medio da que pensar. Si lo miras detenidamente, "El Exterminador 2" (otra producción "Cannon" dos años anterior a "Cobra") y el film reseñado gastan algunas ideas en común. Por ejemplo, en las dos tenemos a una secta criminal casi-religiosa empecinada en provocar el mal y cebarse en la gente de la calle. El final de ambas se desarrolla en una fábrica, donde el héroe prende fuego a un malo rociado de gasolina desde el mismo e idéntico contra-picado relentizado. Y el jefe de los villanos (¡ese Brian Thompson tremebundo!) fenece casi igual en una y en la otra, ensartado y en llamas. ¿Sospechoso verdad?. No sería descabellado pensar que, a falta de material llamativo (y dado que "El Exterminador 2" era una producción más oscura, y fracasada, de la que no muchos se acordarían), los chicos de la "Cannon" buscaran en sus arcas con intenciones recicladoras.
Pero la cuestión es, ¿merecía "Cobra" tanto desprecio?. No, ni por asomo. Es evidente que todo aquello lo provocó una cuestión extra cinematográfica, era pura venganza personal. Daba igual si el film era bueno o no, sencillamente Stallone tenía que recibir "su merecido". En realidad "Cobra" es un thriller muy potente, vibrante, estilizado, entretenido y bien hecho con algunos momentos para el recuerdo.

sábado, 14 de mayo de 2022

COMMANDO PARA MATAR

Sigo revisando las producciones más impersonales y sosas del Fred Olen Ray ochentero gracias a la generosidad de Don Enorm. Hace unas semanas le dimos un meneo a "Cyclone, al filo de la muerte" y, ya entonces, introduje toooodo el rollete con respecto a por qué no me gustaron en su día. Si necesitan instruirse, vayan para allá y échenle un ojo.
Ahora toca la otra "action movie" que el cineasta parió en 1987 para "Trans World Entertainment", esta "Commando para matar", "Commando Squad" en v.o. Siempre me llamó la atención que el título español incluyera la segunda M anglófila en comando (supongo que con el afán de churrupetear del entonces aún reciente éxito de la maravillosa película de Arnold Schwarzenegger), cosa que ha sido finalmente corregida en versiones más actuales.
Con el fin de detener a unos malvados narcos, una serie de agentes son enviados a México city. Todos morirán... menos el último, que secuestran y torturan. Así pues, ante el desespero, el encargo recae en una pava. Será la que acabará poniendo orden, salvando a su colega y matando a los malos.
Nada que destacar. Acción del montón, pero un poco más a lo pobre. El ritmo es farragoso. Las escenas de persecuciones y tiroteos carecen de suspense o emoción. Lo mismo que los "stunts" que, aunque los hay, son menos espectaculares que los de "Cyclone, al filo de la muerte". La violencia escasea y, en fin, que no, no funciona. "Commando para matar" es bastante palizas.
Siendo otro el director, esta reseña terminaría aquí. Pero hablamos de San Fred Olen Ray, y su incomparable universo, y es ahí donde localizamos todos aquellos elementos llamativos que hacen de la experiencia algo medianamente más interesting.
Para empezar, que no falte el "momento Ray_ante" de rigor. Pal caso, tenemos la aparición de una legendaria tienda de coleccionismo cinematográfico allá en Los Ángeles ("Hollywood Book & Poster") que se supone tapadera para armar a los agentes (entre el arsenal disponible ¡un espectacular cuchillo con hoja rellena de ácido!). Justamente, antes de que la prota haga su entrada, vemos a la dependienta venderle un póster de "El misterio de la pirámide" -del mismo Ray- a un chavalín (he intentado localizar al actor, pero no figura en ninguna parte. ¿Tal vez el hijo del dire? En ese caso hablaríamos del hoy también filmmaker Christopher Olen Ray), previo comentario: "No se por qué, pero por lo visto a todos los niños les gustan esta clase de películas". Graciosísimo. Y, justamente, ya que mentamos ese título en concreto, señalar que en él aparecía una avioneta estallando en mil pedazos. Ray, como buen alumno que era de Roger Corman, la reutiliza en "Commando para matar" (a pesar de que el escenario sea sensiblemente distinto) y la hace petar por efecto de un certero disparo mediante recortada. ¡Toma puntería!.
Pero esos no son los únicos toques llamativos del film, hay más... aunque por la vía negativa. Errores, unos bastante tochos. Por ejemplo, un personaje procura ocultar su identidad a los ojos de un villano, que lo conoce previamente. Justo a continuación, ambos se encuentran cara a cara y el villano reacciona como si no supiera quien es. ¿Pa qué tanto disfraz entonces?. El héroe secuestrado anda metido en una caseta en medio del campamento de los narcos. Se supone que, por esa razón, debería ser el lugar más vigilado. Pues no, lo cierto es que es un cachondeo. Cuando el guarda de la puerta desaparece, nadie le da la más mínima importancia, ni siquiera uno de los esbirros que pasa por allí. Hay más (como que veamos perfectamente las colchonetas en las que caen algunos actores cuando son abatidos... podría ser cosa del formato, pero es así), todas igual de absurdas o, como dicen hoy día, "WTF".
En cuanto a los actores, y demás individuos pululando delante de la cámara, tenemos a los integrantes de la secta FOR (de Fred Olen Ray), todos en roles segundones: Robert Quarry, Dawn Wildsmith (interpretando, como siempre, a una tipa dura y mal lechada), Ross Hagen, Michelle Bauer en un papel no acreditado y despelotado y el mismo Señor Director jugando al póquer. Debuta como nuevo miembro el mítico Russ Tamblyn.
Del resto destacan otra de esas "bimbos" ex-chica Playboy, Kathy Shower, a la que hemos podido gozar como dios trajo al mundo en "Las aventuras de Tennessee Buck". Todo un clásico de la acción ochentera, Brian Thompson. Dos leyendas del exploitation, William Smith y Sid Haig (que haría buenas migas con el dire y saldría también en "Warlords", acá da vida a un esbirro que se pone como una moto cuando inflige dolor). Y, finalmente, un par de "antiguos", de esos que Ray fichaba por puro fanatismo, como Mel Welles (el Mushnick original de "La pequeña tienda de los horrores") o Marie Windsor, con una filmografía repletita de clásicos y subclásicos del fantastique de segunda o tercera división.
El guion corre a cargo de otro jefe, Michael Sonye (ya saben, cantante de "Haunted Garage" y responsable del libreto de "Fonda Sangrienta"). El todoterreno Gary Graver se responsabilizó de la fotografía. El supuesto México donde se desarrolla la acción no resulta demasiado convincente (sobre todo la aldea. Pa mi que el diseñador de producción no hizo los deberes), tiene toda la pinta de ser uno de los escenarios favoritos y habituales de Olen Ray, las cuevas de Bronson Canyon, hogar de mucho cine de monstruos barato en los años 50 y 60. ¡Ah! y uno de los personajes masculinos responde al chispeante nombre de: Putita.
¿Qué otra peli de baja estofa da más?.

Como colofón, y por aquello de no perder la costumbre, les dejo la caratula completa del VHS surgida de los archivos de Don Enorm.

martes, 9 de abril de 2013

ALIEN NACIÓN

Con toda la nostalgia ochentera que hoy día impregna hasta las putas piedras, y lo que mola reivindicar todo "blockbuster" de la década calificándolo casi de arte a pesar de que en su estreno no recibiera más que palos por parte de la miserable crítica, resulta extraño que "Alien Nación" siga estando tan olvidada. Fue un éxito (aunque no sé si modesto o no) y en general no especialmente mal tratada por los gacetilleros de siempre. Sin embargo, nadie parece recordarla, ¿tal vez por pertenecer a la segunda mitad de la década de oro (concretamente 1988)?, ¿tal vez porque su reparto no tiene ningún actor realmente característico de aquellos entonces?. Ni idea. Pero así es.
Estamos en 1991. Hace tres años que los extraterrestres llegaron a la tierra y desde entonces que luchan por integrarse, a pesar de que el 90% de los humanos los tratan con desprecio (y los llaman "escorias"). El prota es un poli que una noche se cruza en un tiroteo entre marcianos, en el que fallece su negro compañero. Decidido a hacerle justicia, y convencido de que la movida no es un crimen casual y que hay algo más oculto en la inaccesible sociedad alienígena, se junta con el primer detective venido del espacio muy a su pesar (porque no hace falta decir que los odia a muerte). Obviamente, a medida que van investigando y descubriendo, nace entre ellos una fuerte amistad. La cosa gira en torno a una droga super-chunga a la que los visitantes fueron adictos en el pasado y que un empresario de renombre intenta recuperar para lucrarse. Algún crítico sesudo dirá que la peli es una metáfora sobre el racismo y la integración... y sin duda, lo es... pero vamos, no creo que ello sea muy importante ni aporte nada.
"Alien Nación" entra de lleno en la lista de "películas que funcionan incondicionalmente". Da igual cuando las ves, a qué hora y en qué condiciones... nunca aburren, siempre entretienen. Vamos, son muy agradecidas. Están bien hechas y entran con facilidad, combinan géneros alegremente y con ingenio, incluidas las nunca irritantes gotas de comedia. En fin, que sí, coño, que la puta peli está muy bien... no saltarás en la silla, pero tampoco bostezarás. Es infaliblemente correcta y está trufada de detalles para el recuerdo.
Naturalmente, si no fuera por el "elemento marciano", en esencia se trataría de otra "buddy movie" más, con sus tópicos y sus fórmulas: el poli duro y el poli correcto que primero chocan, pero luego se hacen super-amigos tras una charla íntima que, gracias al alcohol, sirve para que uno se abra al otro y crezca el afecto mutuo. Al final, habrá sacrificio por parte de uno de los dos, y a partir de ahí, pues como decía la canción, amigos para siempre. Si esto ya sienta bien, más lo hace cuando surgen las típicas, curiosas y divertidas diferencias culturales y las fricadas, por ejemplo: Los marcianos se emborrachan con leche agria, comen carne de castor cruda, al parecer tienen los testículos en un costado, el agua de mar es como ácido para ellos (mi favorita), etc, etc. La guinda la pone el temible efecto de la droga que consumen y, claro está, el clímax final, con el malo recibiendo una sobredosis que lo muta  en un monstruo de fuerza tremebunda.
Uno de los productores es Gale Anne Hurd, de lustroso y espectacular curriculum que, básicamente, incluye todos los clásicos de James Cameron, con quien estaba casada. Ello explica que, por lo visto, el director de "Terminator" metiera mano-no-acreditada  en el guión de "Alien Nación". El escribiente oficial es Rockne S. O'Bannon que, a pesar del apellido y de su interés en la ciencia ficción, aparentemente nada le une al mítico Dan O´Bannon. El director, Graham Baker, vivía aquí su momento de gloria tras dirigir la tercera entrega de "La Profecía", luego no pudo mantener el nivel y su carrera se acabó en 1999 con "Beowulf, la leyenda", vehículo para Christopher Lambert con fama de ser un auténtico mojón.
En cuanto al reparto, y junto a los protas, un carismático James Caan y Mandi Patinkin maquillado (en aquella época popular por su papel en "La princesa prometida"), encontramos varios rostros curiosos ocultos tras el látex (cortesía de los chicos de Stan Winston Studios). Es casi como un juego el ir reconociéndolos. Personalmente me quedo con el malote, Terence Stamp, y también con los secundarios, muy de su década, Kevyn Major Howard (el rubito histérico de "Yo soy la justicia", "Impacto Súbito" o "La chaqueta metálica") y Brian Thompson (el psycho de "Cobra" o el "Renfield" de la fallida "Noche de miedo 2", entre muchas otras de segunda y tercera regional). Tampoco podemos ignorar a Leslie Bevis, que tenía un papel tirando a pequeño, pero reconocible por algún mítico chascarrillo, en "Spaceballs, la loca historia de las galaxias". Ya sin maquillaje, localizamos a Peter Jason, habitual en la etapa más actual de John Carpenter. ¡Ah!, en tareas de ayudante de dirección figura el turbio Newt Arnold, futuro responsable de "Contacto Sangriento".
Ojo al gag que nos muestra la marquesina de un cine donde se proyecta "Rambo 6". Hagamos cuentas... ¿"Rambo 6" en 1991?, en lo primero se pasaron (por los pelos, ahora se anuncia un posible "Rambo 5") y en lo segundo, se quedaron cortos.
"Alien Nación" 
nunca tuvo una secuela cinematográfica, pero sí dio pie a una serie de televisión considerada de culto. Tanto que, cuando la cancelaron, aún esputaría unos cuantos telefilms de bastante renombre. Un caso muy curioso.
En fin, que la recomiendo alegremente.

sábado, 27 de agosto de 2022

CERCO MORTAL

Gracias a películas como "The Rejuvenator", "Infierno en Safehaven" (que recuerdo insufrible) y aquí la reseñada, Brian Thomas Jones iba para relevo generacional de los Fred Olen Ray y David DeCoteau del mundo libre. Pero la cosa se truncó cuando pasó a movidas más "aceptables" como las series "Monsters", "Las gemelas de Sweet Valley" y "BeetleBorgs" (una especie de explotación de "Power Rangers") o, especialmente, los largometrajes "The Haunted Heart" y "The Egg Plant Lady", de naturaleza mucho más babosa y... ¡ups! contenido religioso. Todo parece indicar que al amigo Thomas Jones le dio un ataque de cristianitis. ¿Pero qué coño le pasará a los yankis? Para cuando llegó 2004, por lo visto recuperó la compostura y regresó a ciertas esencias con una peli sobre lucha libre titulada "Slammed" La falta de continuidad en su carrera posterior nos lleva a deducir que, básicamente, dejó pasar el tren.
Sin embargo, viendo todo lo que parió a finales de los ochenta, conclusionamos que tampoco vale la pena llorarle. No nos perdimos nada. Y esta "Cerco Mortal", "Posed for Murder" en v.o., es otro ejemplo más... y de los gráficos.
Una modelo con la cara de Lea Thompson, pero unas tetas más gordas, sufre el acoso de un psycho-killer obsesionado con matar a todos aquellos que la rondan. Si tenemos en cuenta que, en medio de la escabechina, el único al que no se cargan es a su nuevo noviete, ¿podemos señalarle con dedo acusador?
Las escasas dosis de tetas y culo, así como los sangrantes crímenes -nada excesivo, tampoco se entusiasmen-, separan por unos pocos milímetros a esta cosita del mero telefilmismo. Todo es acartonado, visualmente elemental y sosaina. Cuando se ponen románticos les sale la vena pastelosa. Y la banda sonora haría las delicias de cualquier devoto del peor AOR.
¿Algo que salvar? Pues sí. Resulta que la prota quiere dejar lo de posar en tetas para convertirse en actriz. Obtendrá el rol protagonista en una película de terror de tercera regional. El supuesto director responde al nombre de Serge LaRue y gasta una filmografía con títulos tan impagables como "Mutante de alquiler", "Baño de sangre en el año 3000", "Caníbales de la luna", "Criaturas en bikini en la playa de Jones" y su obra maestra, "Esta es mi hacha y esta tu cabeza", de la que incluso veremos unos hilarantes extractos. Me puedo imaginar a Brian Thomas Jones disfrutando como un cochinillo durante el rodaje de esta parte (la cosa va de slasher cutre con duración extremadamente escueta, a tenor de lo poco que tarda en asomar el The End) Redondean la guasa cuando, apunto de concluir "Cerco Mortal", asistimos a la gestación del film protagonizado por la modelo, donde prima lo extremadamente ridículo y caótico. Es evidente que Thomas Jones se marcaba una mofa a costa de un mercado que conocía de primera mano (un poco como Fred Olen Ray en "Beverly Hills Vamp" o "Bad girls from Mars") Habría que sopesar el nivel de mala uva invertida considerando lo rápido que se apartó de todo aquello en cuanto tuvo ocasión.

sábado, 20 de mayo de 2023

JOHNNY PELIGROSO

Recuerdo cuando "Johnny Peligroso" se estrenó en 1985 y los medios de comunicación le dedicaron unos breves minutos. Al fin y al cabo, solo era otra comedia tonta más para lucimiento de ese actor de comedias tontas llamado Michael Keaton. Las imágenes me llamaron la atención por absurdas, dando a entender que aquello era una "spoof movie" con todas las de la ley. Sin embargo, a pesar de ser devoto del subgénero, no fui a verla. Su ambientación gangsteril rollo años 30 no me llamó -ni me llama- cinematográficamente hablando. Pasaría un tiempo hasta que la consumí en vídeo. Y otras tantas décadas para que se ganara mi simpatía.
Efectivamente, "Johnny Peligroso" es puro "spoof", y de los gordos. En 1984, que es cuando se rodó, el tema aún tenía tirón... aunque por poco tiempo (fue el año de "Top Secret!" y su fracaso en taquilla). Así, como todo buen producto del ramo, el argumento podría servir perfectamente para una película seria: Auge y caída de un gangster. Cómo entra en una poderosa familia, escala puestos, le sale un competidor, aparece una chica de la que se enamora y su hermano se convierte en su mayor perseguidor al ejercer de fiscal. En realidad, nada nuevo. Es el modo de contarlo donde, obvio, reside la gracia. Y, pal caso, dicho más a conciencia que nunca.
De entrada, sorprende, y para bien, que el tema musical central lo canturree Weird Al Yankovic, un nombre perfectamente vinculado al formato de la bufa absurda, quien hizo exactamente lo mismo para "Espía como puedas", además de marcarse un buen puñado de cameos en la saga "Agárralo como puedas". Y, hablando de la reina de Roma, hay un gag en la primera de ellas que lo habíamos visto cuatro años antes en "Johnny Peligroso". ¿Plagio? Mmmmh... no sabría decir, debemos tener en cuenta que en los créditos finales se menciona a Pat Proft y Neal Israel -entonces casado con la directora del film- como "consejeros". Juntos y revueltos, los nombres de esos caballeros se asocian a una ristra de títulos cómicos que quitan el hipo: Varias 
"Locas academias de policía", varios "Agárralos como puedas", "Locademia de conductores" o "Despedida de soltero". Es decir, dos titanes de la nueva comedia yanki asentada en los ochenta.
Por todo ello (y teniendo en cuenta que entre los guionistas de "Johnny Peligroso" localizamos también a Norman Steinberg, quien formó parte de los creadores de "Sillas de montar calientes" nada menos) el humor del film no es solo tonto hasta el tuétano, además de un modo absolutamente orgulloso y abundante. Hay tantísimos gags que la calidad varía, pero desde luego sin llegar jamás a la basura arrastrada de muchas muestras recientes de "spoof" (salvo, quizás, "Weird", justamente apadrinada por Weird Al Yankovic). Entre los mejores, y que me hicieron reír, destacaría la guasa a costa de las antiguas películas sobre higiene sexual, en esta concretamente nos muestran -incluida animación- como el exceso de sexo puede hacer estallar los testículos. El retrato robot de Johnny Peligroso que, según los rasgos del dibujo, es... ¡el jodido Sylvester Stallone! La anciana madre de Johnny, con su pelo blanco y arrugas, que resulta contar únicamente con 29 primaveras, "Espero llegar a los 30", anhela. El polvo entre Johnny y su interés amoroso viene acompañado por la inevitable ristra de fuegos artificiales en los cielos. Al verlos su jefe desde otro lado de la ciudad, exclama: "Yo diría que Johnny está follando". Un titular de la prensa reza así: "Moroni deportado a Suecia. Dice que no es de allí" (con esta me descojoné a gusto). El médico que visita a la madre de Johnny, y siempre le encuentra pupas, afirma con vehemencia: "Es la tiroides", "¿Qué le pasa?" pregunta el hijo,"Que no la encontramos". Un gag muy agradecidamente de la época, por su tono políticamente incorrecto, hace referencia a la sirvienta experta en insultos racistas para todas las etnias imaginables. Tenemos un coche con los frenos manipulados que, al acelerar, acelera también la velocidad de la canción que suena por la radio. Y así seguiría y seguiría, porque quedan un buen montón de coñas más igual de graciosas y que, sin hacer de "Johnny Peligroso" un entretenimiento infalible, sí resulta una comedia loca la mar de simpática que te ayudará tranquilamente a pasar una tarde, o echar algo de claridad a un exceso de negros nubarrones.
Contribuye, y mucho, el amplio reparto, generoso en toda suerte de rostros familiares, algunos en primera fila, otros casi en función de extra. Todos entrañables. Aparte del mismo Michael Keaton, exultante en su momento de gloria como comediante, encontramos a Joe "Estamos muertos... ¿o qué?" Piscopo, seguido de un sensacional Peter Boyle, Griffin Dunne, el gran Dom De Luise en un cameo absolutamente idiota y, por tanto, muy gracioso, un inesperado Danny De Vito (protagonizando un gag surrealista que aún no sé si calificarlo de brillante o ridículo. Él y Keaton coincidirían de nuevo en "Batman Vuelve"), el cómico clásico Ron Carey (como con De Luise, habitual de Mel Brooks), Ray Walston (protagonizando un gag de "vendedor de periódicos agredido" que recuerda mucho a otro visto en "La última locura" de... sí, Mel Brooks). Alan Hale Jr, que menciono únicamente porque en 1975 aparecía en "The giant spider invasion" de Bill Rebane, y eso es motivo suficiente. Scott Thompson, uno de los esbirros del Teniente Harris en "Loca academia de policía". Gary Watkins quien, justo después, protagonizó el "Ruedas de fuego" de Cirio H. Santiago, nada menos. El feo y carismático Hank "El justiciero de la ciudad" Garrett. Jack "Cabeza Borradora" Nance haciendo de cura. Rick Rosenthal, director de "Halloween 2 (Sanguinario)", como juez. Y un titán del calibre de Carl Gottlieb, cuyo nombre va ligado a títulos de variable pero significativo peso como "Cavernícola", "Tiburón", "Un loco anda suelto" o "Amazonas en la luna", dando vida a un médico. Algo menos llamativas son las actrices principales, como Marilu Henner (habitual de la famosa serie "Taxi") y Maureen Stapleton quien, habiendo recibido un Oscar -por otra peli, of course-, debería conocer... pero no es el caso, lo que delata mi ignorancia supina. La lista sigue, no se crean, sin embargo, para ir terminando ya, me centraré en los roles vistos y no vistos de otro gran feo del cine, Vincent Schiavelli (el fantasma del metro en "Ghost" o el director de la cadena televisiva en "Man on the moon", era inseparable de Milos Forman) y un jovencísimo Lukas Haas -con sus enormes orejas- dando vida a la versión infante de Griffin Dunne. ¡¡BUF!! agotado estoy, oiga.
Todo esto lo cocina, en funciones de directora, Amy Heckerling, quien posteriormente alcanzaría una notable relevancia al responsabilizarse de "Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana", las dos primeras entregas de "Mira quien habla", "Clueless" y un mogollón de series televisivas, algunas bastante conocidas. Resulta curioso ver cómo la mujer no tuvo manías en materializar muchos de los chistes tirando a machistas y generosamente vulgares. Sí, tal vez solo quería currar y recibir el cheque (de hecho, el fracaso comercial de "Johnny Peligroso" propició que decidiera escribir sus propios libretos, en lugar de filmar los de otros). O, tal vez, entonces estas cosas se tomaban menos a la tremenda que ahora. Buenos tiempos aquellos.
Como colofón simpático, mencionar que, por lo visto, Brian De Palma es muy fan de "Johnny Peligroso". El día del pre-estreno se partía de risa con ella.

sábado, 21 de noviembre de 2020

LA FURIA

No deja de ser paradójico que John Farris escribiera la novela de "La Furia" motivado por el éxito de la precedente "Carrie" de yasabesquien. Y que cuando "La Furia" pasó a las pantallas de cine, la dirigiera Brian De Palma que hizo tres cuartos de lo mismo con el libro de Stephen King. Y encima, para rematar la jugada, la chavala con poderes mentales de "La Furia" está interpretada por Amy Irving, que en "Carrie" daba vida a la única superviviente de la masacre final. Una muestra de carriexploitation infligida por el director de la película que lo originó. Curioso.
Pero "La Furia" queda muy lejos de las excelencias técnicas y artísticas de la estupendísima "Carrie", aunque únicamente las separe un añito. De hecho, en la filmografía de De Palma van correlativas. Yo la recordaré toda la vida por una escena concreta. Una que me horrorizó hasta límites insospechados cuando la vi en vídeo a finales de los ochenta. Entonces andaba adentrándome lenta, precavida pero inexorablemente en el maravilloso mundo del cine de terror, abierto a sorpresas y, sobre todo, dispuesto a pasar miedo. Así que el visionado de "La Furia", que es más un thriller -incluso con sus escenas de acción- que una de miedo propiamente dicha, no estaba resultando excesivamente tortuoso.... al menos hasta el desenlace. No lo voy a destripar aquí, pero los que la han visto saben perfectamente de lo que hablo. Tal fue la impresión, que salí corriendo pasillo abajo, blanco como la lefa, para recuperar oxígeno y que mi corazón rebajara la cantidad desorbitada de palpitaciones. Un auténtico semi-trauma que me acompañará hasta el fin de mis días. Y no es pa menos, revisada ayer noche puedo corroborar que ese momento continúa siendo tremendamente potente, en parte gracias a la intensa partitura que lo acompaña, cortesía de un John Williams que venía de petarlo con "La guerra de las galaxias" y seguiría produciendo lo mejor de su cosecha los años siguientes.
La trama de "La Furia" gira en torno a una agencia secreta interesada en fichar chavales con poderes mentales para usarlos como armas. Con la excusa, se apropian del hijo de un ex agente de la CIA quien, tras escapar de la muerte, se dedicará en cuerpo y alma a recuperar al retoño. Por otro lado, una chavala descubre que dispone de tremendas capacidades telepáticas, tanto como para conectar con el hijo secuestrado y, por tanto, poder ayudar al ex agente en su búsqueda. Al final todo estallará -además de verdad, jur, jur, jur!!- en un dramón salpicado de rojo.
A ver, la historia es interesante y la peli tirando a entretenida, no digo que no, pero es cierto que De Palma se apoya mucho, demasiado, en los diálogos. Hay un exceso de "bla bla" con eventuales pero notables escenas de acción y violencia. Tal vez John Farris no pudo evitar dejarse llevar por su naturaleza escribiente mientras convertía la novela en un guion cinematográfico. Con todo, es perfectamente consumible (en parte gracias a la época que se hizo), aunque no está entre lo mejor de De Palma, desde luego.
El reparto es impresionante. Desde los roles principales, pasando por los secundarios, los muy secundarios e incluso hasta los extras. Ahí va la lista completa (salvo Amy Irving): Kirk Douglas, John Cassavetes, Charles Durning, Carrie Snodgress (anduvo por "El jinete pálido" y dio vida a la mala malísima de "La ley de Murphy"), Fiona Lewis (reconocible por su papel de villana en "El Chip Prodigioso"), Andrew Stevens (cuya prometedora carrera terminó estancada entre productos televisivos y subproductos de género), Rutanya Alda (la madre sufriente de "Amityville 2"), el habitual De Palmero William Finley, un delgado Dennis Franz (que repetiría con el director, pero cuyo rostro se hizo especialmente popular por su papel de policía cabezón en "La jungla 2 (Alerta Roja)"), una jovencita Daryl Hannah y, según "la secretaria", Jim Belushi no acreditado haciendo de vagabundo. Destacar también la presencia de Hilarie Thompson, futura esposa de un habitual de este blog, Alan Ormsby.
En el tema efectos de maquillaje, tres monstruos: Rick Baker + Rob Bottin + Greg Cannom.