Película Rusa filmada en vídeo, de corte experimental y surrealista, para justificar así un gore de lo mas chabacano y tontorrón.
Un individuo, tras asesinar a una pareja que cena plácidamente, se va a su guarida y empieza a meterse clavos en la cabeza y a joderse todo. Esto da pie a que el director se recree, mostrándonos lucecitas de colores en imágenes deformadas, que se van intercalando con imágenes de automutilación.
Una peste de película, que con influencias video-cliperas al principio, y a lo Tarantino, pasa por el gore más bruto después para acabar con una declaración de intenciones de esas de “Hey, yo soy un artista”. Vamos, una película repugnante. O das chicha, o das lucecitas, muy viables las dos maneras de hacer, pero justificar una con la otra, por ahí no paso.
Eso si, su director Andrey Iskanov, hoy goza de cierto prestigio gracias a su película PHILOSOPHY OF A KNIFE de contenido muy violento e histórico (en la línea de HOMBRES DETRÁS DEL SOL y toda esa mierda sensacionalista) que le causó no pocos problemas en su país de origen, pero que en Japón le convirtió en una institución… yo todavía no he tenido ganas de ponerme a verla, pero tras ver esta… no se si algún día la veré.