Aún la recuerdo en los estantes del video-club, siendo yo jovenzuelo. Entonces se la conocía con su título original, "Incubus", y nunca la alquilé porque, según mis queridas revistas especializadas made in France, era un film muy light en cuanto a niveles hemoglobiníacos. Sediento de sangre como iba yo a esas edades (y de sexo!), la ignoré. Ayer, bastante más mayor y con unos gustos un pelín más abiertos y menos básicos (pero solo un pelín, no se crean), pensé que era oportuno recuperarla y verla de una puñetera vez. Sabia decisión.
Un ser de origen desconocido se pasea por un pequeño pueblo violando a toda moza que pilla. Por lo visto el muchacho calza un buen tamaño de atributos, por lo que las deja a todas destrozadas por los adentros. Encima, el esperma resultante a tal acción es... ¡rojo!. El médico rural aclarará el misterio sobrenatural (bonita rima).
Leído así suena potente... un monstruo de gran polla, violaciones mortales, semen rojo... pero tranquis, que la mayoría de estos datos se hablan, pero casi no se ven. Eso no significa que la peli esté virgen de sus dosis de truculencia, algo hay, poco, pero hay, especialmente con la muerte del padre de una familia de granjeros (ya que el íncubo, cuando no viola femmes, machaca caballeros). Todo el film transpira una atmósfera algo enrarecida, aunque tampoco se aleja tanto como uno supondría de lo que era entonces (1981) el típico producto de horror. "El íncubo" dispone de bastantes elementos pensados para satisfacer a una audiencia juvenil, a saber: personajes adolescentes, música rock por doquier, algo de tetas y una delirante secuencia en la que un patético grupo de hard rock escenifica algo así como un sacrificio diabólico delante de una audiencia vestida como mandaban los cánones de la "new wave". Además, el cine en el que se desarrolla tan grato momento está repleto de posters molones como los de "The Rocky horror picture show", "La matanza de Texas" y "Children shouldn´t play with dead things"!!!. Eso sí, la verdad es que hasta ese instante, "El íncubo" parecía una peli seria y adulta... digamos que la estropea un poco. Nada grave.
Total, que se deja ver con bastante gracejo. Molan más los primeros 45 o 60 minutos, durante los que se desarrolla el misterio y se suceden los crímenes, que el largo y repetitivo clímax final. Pero no está mal, y el desenlace nos reserva un "shock" bastante potable. Protagoniza el lío un lacónico John Cassavetes, que parece estar actuando para un drama conyugal de esos pretenciosos. Le acompañan el veterano John Ireland y la jovenzuela Erin Noble, más conocida por su papel de chica rarilla en "Curso 1984".
El dire es John Hough, responsable de "La leyenda de la mansión del infierno", "Escóndete y tiembla" o la recientemente visitada "Biggles, el viajero del tiempo".