sábado, 28 de enero de 2012

AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (11): EL MUSEO DE LOS HORROIDES (2ª PARTE)

Y seguimos con nuestro siempre fascinante repaso a aquellas caratulas video-cluberas que, por desidia, ignorancia o incapacidad, ejercían una función opuesta a la que solía pertocarles: en lugar de atraer al posible alquilador, únicamente lograban espantarle. Vamos parallá...


Otro caso (¿y van...?) de peplum reciclado. No merece ya la pena hablar de las imágenes de la parte trasera, descaradamente fotografiadas de una pantalla de televisión... nos centraremos en la caratula. Por un lado, el guerrero y la moza, que me recuerda a la portada de algún video juego o comic, y por otro, el Coliseo de Roma recortado de una puta postal turística y metido ahí de cualquier manera... ya saben, por aquello de justificar el título.


Realmente pensaba que se trataba de un efecto óptico creado por el scanner... pero por mucho que me acerco y observo al detalle, esta puta imagen directamente fotografiada de un puto televisor no mejora. Y digo yo una cosa, puestos a tirar de una táctica tan chusquera, ¿no podriáis haber elegido algo mejor, menos insulso cojones?.


Atención, pregunta: ¿Por qué las caratulas de películas de karate cutre-salchicheras cuentan siempre con ilustraciones tan feas y mal paridas?. Aunque en este caso, el Inspector Karate compite en nulidad con el mismo logotipo de la empresa que distribuye la cinta.


Las pelis de serie B/Z tienden siempre a exagerar los posters para compensar sus carencias presupuestarias. En teoría, las superproducciones no lo necesitan. Lo nunca visto es que una superproducción de ciencia ficción producida por la Disney cuente con una caratula tan cutre, poco llamativa y que, obvio es, parte del más puro e inadecuado reciclaje con esa horrible bomba-nave y esa imagen en la parte inferior sacada de algún tebeo. Puro recorta y pega. ¿Y qué me dicen del canto de la caratula?, ¿tan gordas eran las cintas de Video 2000?.


¿Qué importa de donde sale esta peli cuando uno no puede dejar de alucinar con la tremebunda ilustración de su caratula?... ¿una pelea entre dos individuos con síndrome de down, tal vez?.


Lo que aquí tenemos es el prototípico exploit de "James Bond" parido a finales de los 60 entre Italia y España (de hecho, por lo visto parte de la "acción" sucede en Barcelona). La intención era iniciar una franquicia dedicada al Agente Sigma 3 (de ahí que su nombre preceda al título), pero no coló. Y es que, claro, ¿a quien se le ocurre meter al entrañable Jack Taylor haciendo de super-agente secreto? (y menos aún si, como asegura Imdb, se trata de una comedia ¿¿??). Dejando a un lado lo chusquerísima que es la ilustración de la caratula (atención a ese tipo enmascarado con la mano en alto y el rayo estrellándose sobre el baranda en la camilla), lo más divertido resulta ser el nombre al que se acredita como director, ¿Castellari?, ¿se refiere a Enzo G. Castellari?... hummm, que raro, porque según tengo entendido el director de "Agente Sigma 3: Mercancía humana" en realidad se llama Gian Paolo Callegari. Que sí, que se parece, pero no es lo mismo, ¿no?.


Es probable que muchos de vosotros hayáis tenido la desgracia de sufrir este primerizo "pseudo-giallo" de la mano de Lamberto Bava. Pero eso no justifica que también tengamos que dejarnos la salud de nuestra vista con tan horrible caratula. ¿A qué viene que la imagen del protagonista venga borrosa?. ¿Y esa pelota tan poco aterradora como leitmotiv? (¿pero eso no salía en "Al final de la escalera"?). Y la chica, es evidente que tampoco pertenece a la peli... de hecho, seguramente la sangre sea pintada. El remate final lo pone el texto de la parte trasera, ya no por su lírica... sino por lo extenso que resulta, ¿de verdad la gente se paraba de pie, en el video-club, a leer semejante rollo?.


¡No me jodas!, ¡esto tiene que ser una puta broma!... ¡¡la barba es PINTADA!!, y con un puto rotulador de punta fina. Es más, creo que el tatuaje también. ¿Por quéeeee?, ¿por quéeeee?. La respuesta tal vez la encontraríamos -si tuviéramos el valor de verla- en "Die grosse Treibjagd", el título original de "El mercenario". Producción Hispano-Italo-Alemana (argh!) del año 1968 dirigida por Dieter Müller y un Mel Welles sin acreditar.