jueves, 12 de enero de 2012
LEJOS DE CASA
Luis Papiol Castell, director de POKE y al cual tuvimos el honor de entrevistar no hace mucho, nunca dejó de lado la video-cámara. Si tenemos en cuenta que POKE comenzó a rodarse en 1985, podemos casi afirmar, que estamos ante un pionero de las producciones en vídeo en nuestro país, y del “No Budget”. Y si no, cuanto menos podemos decir, que es un videoasta veterano, ajeno a cualquier tipo de escena outsider. Realiza sus películas en su tiempo libre, sin importarle en absoluto el que dirán, ni que están haciendo otros directores en otros lugares, lo que convierte sus productos en algo tremendamente personal y genuino.
De 2000 data esta LEJOS DE CASA, una de las seleccionadas ese año para la sección “brigadoon” del festival de Sitges.
Tres adolescentes, acuden a una supuesta casa encantada en la que si pones las manos en su fachada y te concentras, verás como será tu muerte. Pasado un tiempo, el grupo de amigos planea un fin de semana diferente, para lo cual uno de ellos toma el coche de su tío sin permiso y se lanzan a la aventura. En medio del campo, el coche se queda tirado y uno de los jóvenes sale a buscar ayuda. Mientras el resto de chavales, vivirán situaciones de lo mas desalentadoras y extrañas, con un final del todo inesperado (y deudor de EL SEXTO SENTIDO).
La película está rodada y montada de forma basta, sin florituras, muy a saco e intuyo que hay mucha improvisación entre los actores, como en todo buen producto amateur que se precie. Y una vez más el vídeo, en este caso el look de algo que creo adivinar es Súper VHS, otorga a la historia sordidez y realismo, sin ser esta una historia con demasiados adornos.
Durante el periplo, a los chavales les pasa cosas de lo más raras; Por un lado, se les aparece un extraño señor encapuchado con un cuchillo, que toma a una de las chicas y tras un forcejeo, se va de allí si hacerle nada a la chica espantado por uno de los chavales. Por otro lado, dos individuos con aspecto “redneck” (uno de ellos interpretado por el propio director) secuestran a otra de las chicas y tras atarla en una especie de altar de sacrificios, rasgan la piel de su abdomen con el fin de practicar un extraño ritual con ella. Una vez más esta chica es rescatada por una de sus amigas. Como colofón, en medio del campo, se les presenta una chica de la que se hacen amigos, que les cuenta como mató a su hermano, un bebé, y salió airosa de todo el tinglado. Ante todas estas bizarras situaciones, los chavales permanecen impasibles. Todo ello rodeado en una atmósfera sórdida y rara, en parte gracias al vídeo.
Papiol, para el rodaje cuenta con elementos del día a día, nada de efectismos, hasta la escena final, en la que si tira de C.G.I., pero uno tan bien hecho, que tuve que rebobinar para comprobar si efectivamente se trataba de infografía, pues lo cierto es que la escena de marras parece real. Algo poco visto en las películas sin presupuesto.
Con todo, el resultado de la película, aunque con partes muertas en las que predomina el aburrimiento, es de lo más curioso. No se trata de una película redonda, ni tan siquiera es una buena película, pero dejará satisfecho a los degustadores de rarezas varias. Esto es cine amateur autentico, sin poses de ningún tipo. Y a diferencia de POKE, que era una historia agradable, aunque con toques siniestros, esta es de lo más desagradable.