Estaba el domingo haciendo mis labores de padre (véase andar
detrás de mi hija de un año, recogiendo lo que tira y quitando de en medio las
cosas con las que se puede/nos puede matar) cuando veo que mi esposa había
dejado la televisión encendida en el canal infantil/juvenil Boing. Justo
empieza una película llamada Level Up, como la cria va a lo suyo, pasa de la
tele, pero mientras la cuido decido ver la película. La verdad es que se me
hizo la tarde más corta, así que habrá que repetir la jugada. Ya puestos en
situación vamos con el argumento.
Tres chavales de instituto tienen un clan en un nuevo juego
online tipo World of Warcraft. Echando una partida, encuentran una fase muy
extraña en la que el código parece corrupto, los gráficos van y vienen y la luz
de sus casas fluctúa en potencia. Al fondo de la caverna
encuentran un dragón con el que acaban, y justo en ese momento aparece el malo
malísimo del juego para decirles que ahora empieza la verdadera diversión. Los
chavales piensan lo lógico, una nueva expansión del juego viene en ciernes y
ellos son los primeros que han dado con la campaña viral. Para su desgracia lo
que creen no es más que una estrategia de Marketing, resulta ser una realidad.
El malo malísimo ha cobrado vida y puede crear portales para pasar del mundo
virtual al físico, aunque al no disponer de mucha potencia solo podrá ir
mandando esbirros. Al día siguiente de la partida, los protagonistas se dan
cuenta de lo que sucede realmente, así que acceden con su ordenador al mundo
virtual y consiguen sacar las armas del juego para encargarse en persona con
los trolls y monstruos que les lancen. Lo curioso del tema es que los tres
viven en el mismo pueblecito y que incluso se conocen pero como cada uno es de
una tribu urbana distinta (el deportista, el empollón y el delincuente)
inicialmente no quieren seguir con el juego en la vida real. Aunque como
siempre en estas películas orientadas a los chavales, al final se olvidaran de
sus diferencias y lucharan por que el malo malísimo (que tenía nombre, pero ni
recuerdo ni merece la pena buscarlo) no llegue a nuestro mundo y se apodere de él.
La película es lo que es, una cinta para chavales a los que
les gusten los videojuegos (el 98%) pero no por ello tiene una factura cutre,
al revés, me sorprendió mucho el CGI que utilizan para los Trolls, aunque el
maquillaje de los zombies es más bien cutre, y poco original, porque hay cuatro
cinco zombies y todos tiene la misma cara (probablemente fuera el mismo actor
haciendo su papel tres o cuatro veces) Los chavales protagonistas, cumplen, los
tres son un poco repelentes, pero sin pasarse. La película tiene la moralina
típica de que hay que dejar de lado lo que piensen los demás de ti, y tu ser
feliz con lo que te gusta y con tus amigos, es más bien típica y tópica, pero
tampoco hace pupa. No debió de funcionar mal en los USA (ojo es peli para tv
por cable, en concreto de Cartoon Network) porque seguido a la película han hecho una serie con los mismos
actores y continuando la historia. A los chavales les gustara, y enfatizo lo de chavales, porque si usted ya tiene pelos en la entrepierna puede que no le diga nada.