Puede que a muchos de vosotros no os suene el nombre de Kenny Everett, pero aquellos paisanos míos que vieran la –hoy temible- Tv3, o Televisión de Cataluña, durante mediados de los años 80 lo recordarán como el absoluto astro –británico- de una divertida serie humorística –británica- a base de sketchs y repleta de personajes inolvidables (destacando el especialista en bricolaje que siempre se mutilaba accidentalmente provocando pythonianos geiseres de sangre. Material este que plagaría sin remordimiento ni vergüenza “La Trinca” en su paso por televisión española), “El show de Kenny Everett” -que así se llamaba en su emisión catalana- y que siempre terminábamos comentando con júbilo al día siguiente en el cole, concretamente a la hora del patio.
En 1984 Everett y el equipo de actores y guionistas de su programa dieron el salto al cine con esta “Bloodbath at the House of Death”, una parodia de las pelis de terror (con gotas de ciencia ficción) que emitió la misma Tv3 aprovechando la popularidad del humorista por estos lares y, si no me falla mucho la memoria, lo hizo con el título traducido literalmente, “Baño de sangre en la casa de la muerte”. No, muy divertido no suena… es casi más propio de un “exploitation” que de una parodia. Claro, recuerden que estamos ante una producción inglesa, y ya conocen el extraño sentido del humor de esta gente. Hay muestras de sobras, como la famosa “Shaun of the dead” (me niego a citar su título español) que sí, que es de risas, pero eso no nos ahorra momentos genuinamente terroríficos y dramáticos. Algo parecido pasa con “Bloodbath…” que está, junto a “Gritos en Oldfield”, en la lista negra de la filmografía de Vincent Price, quien se marca un papel algo escueto y absurdo –figura como el “Hombre Siniestro”-, aunque yo no creo que este sea, ni por el forro, uno de sus films menos lustrosos.
El caso es que llevaba años intentado recuperar y revisar “Bloodbath at the House of Death”, ya que conservaba en mi bulbosa y trastocada masa cerebral algunos momentos divertidos e interesantes. Recuerdo también haberla visto anunciada en un antiguo “Pantalla 3”, en su habitual listado inmenso de lanzamientos videográficos, sin embargo creo que nunca di con ella en ningún video-club. No sé, igual jamás llegó aquí… lo desconozco (aunque le pegaría a “Lightning Video”). El caso es que me tuve que conformar con un ripeo del vhs en versión original. Y aunque pillo el idioma de Shakespeare correctamente, tampoco soy un experto. Ténganlo en cuenta.
Una noche bien oscura, una panda de encapuchados entra en un hotel, hostal o casa de putas, y masacran a todos los que allí se encuentran. Transcurridos unos cuantos años, varios científicos deciden visitar el lugar para ver si descubren alguna clase de fenómeno sobrenatural sin saber que los asesinos planean repetir la hazaña cebándose con ellos. Ahora cojan este argumento aparentemente serio y rellénenlo de gags absurdos, referencias peliculeras y algo de truculencia. Vayamos por partes.
Estamos ante un spoof, sí, es posible, pero el británico siempre se ha diferenciado un poco del -mucho más excesivo- norteamericano. En este caso, y como decía más arriba, también hay momentos de cierto misterio y hasta cierta inquietud. De hecho, una de las secuencias más recordadas y comentadas por internet se desarrolla en un baño que arranca como otra de “Posesión Infernal” (a su vez, inspirada en una de los “Three Stooges”), en la que chorrea sangre por todas partes, orificios y rincones. Seguidamente el testigo, que es un jovenzuelo atractivo con una gran ¿peca, mancha? en el brazo, se encuentra con la chica de la peli (salida directamente del show de Everett, la morbosa Cleo Rocos) y ¿qué ocurre?, que la ¿peca, mancha? del muchacho se abre y del interior surge un monstruito que ataca a la moza. Bastante abracadabrante. Tampoco está nada mal el momento en que, de las cenizas del “Hombre Siniestro”/Vincent Price –que muere estúpidamente por incompetencia de la ceguera (!!) de uno de sus esbirros (interpretado por Graham Stark, al que hemos visto en varios títulos de la saga de la “Pantera Rosa” y que ya venía de dar vida a otro ciego patoso en “Superman 3” nada menos. ¿Coña referencial?)- surgen una por una imitaciones exactas de los científicos con la misión de sustituirlos. Ideas estas, además de buenas, no demasiado propias de “una de risas”.
En el apartado de referencias peliculeras la cosa tampoco se queda corta. Dicen por ahí, probablemente condicionados por su nacionalidad, que la intención de la peli es parodiar a la “Hammer Films”, pero yo digo “Y un huevo!” a eso. No veo ninguna cita directa a la factoría de Michael Carreras –claro que no soy ningún experto en el tema-, pero sí muchas a films como “The Haunting” (muy evidente en su trama), “Un hombre lobo Americano en Londres” (imposible no chotarse de la taberna llena de rednecks del clásico de Landis. En esta versión hacen el silencio con la entrada de Everett… pero recuperan sus ruidosas actividades cuando la secretaria del actor le sube la bragueta que llevaba abierta. Uno de los gags que recordaba con más afecto), “La guerra de las galaxias” (lo crean o no, hay una coña a costa de “Darth Vader” y los sables láser), “Alien, el 8º pasajero” (esas convulsiones estomacales durante la cena que se deben a…. otra cosa), la mismísima “E.T. El Extraterrestre” (muy bueno este, y además es el que cierra el film) o “El Ente” (que trae a la memoria algunos de los gags que luego veríamos en la malísima “Scary Movie 2”, quien también tomaba nota de “The Haunting” y de ahí el leve parecido -¿casual?- con “Bloodbath…” que, por otro lado, le da mil vueltas a aquella ni que sea en frescura y carisma. Y ya que hablamos de eso, hay otro gag “sonoro” idéntico a uno que veríamos años después en “Transylvania Twist” y en este caso, siendo como era el desvergonzado mercenario/jeta de Jim Wynorski su director, creo muy mucho en que fue genuino expolio). Pero tal vez la mejor parodia cinéfaga de todas sea la dedicada a “Carrie”. Primero por pertenecer a una serie de supuestos flash-backs de traumas pasados que encierran algunos de los mejores sketchs del film (concretamente el de Everett es muy bueno. Situado en un quirófano, los cirujanos comienzan a lanzarse los unos a los otros las tripas que van sacando del interior del pobre enfermo… quien también se suma al despipote y recibe su ración en pleno careto) y segundo por mostrar la muerte más original de todas: decapitación por abrelatas. Ahí lo dejo. Impagable.
Lo que nos lleva al último punto, el de la truculencia. Hombre, no digo que “Bloodbath at the House of Death” sea la mojama en el apartado gore, pero sí lleva más de lo que uno podría esperarse de una parodia… salvo por el hecho de ser inglesa. Además de lo comentado, hay hachazos en cabezas, disparos a bocajarro, un cuchillo atravesando una boca y algo más que olvido, lo que no deja de ser otro aliciente, bien curioso, para un film desde luego atípico. Tanto como para fracasar notablemente en su paso por salas. ¿Adelantado a su tiempo?, pues podría ser… al menos en un aspecto: Hay un par de científicos que resultan ser gays, pareja para más señas. Además, uno negro. Al blanco lo interpreta nada menos que Gareth Hunt, quien diera vida al súper-agente “Charles Bind” en la segunda entrega de sus aventuras, “Licencia para amar y matar”. Bien, siendo como es una comedia de los 80, ¿se antoja muy cruento el nivel de descojone enfocado hacia ellos?, pues no. Aparecen como personas rectas, centradas y afectuosas. ¿Motivo?, pues puede influir que el mismo Kenny Everett era gay -de hecho murió de Sida el año 1995- y no quisiese que los “suyos” sufrieran el típico mal trato que solían recibir en las pelis de risa de la época. Bien por él/ellos.
Poco más queda por contar. Que el tono estético de todo el film es sombrío en total y absoluta –agradecida- contradicción con Mel Brooks, quien abogaba por la luminosidad de la comedia como norma. Que además de los mencionados, en el reparto también localizamos a Pamela Stephenson, actriz más o menos cómica –la única que enseña cacho, pero muy fugazmente. De erotismo va escasa la cosa- que actuó junto al mismo Gareth Hunt en la serie de “Los nuevos vengadores”. También tenía un papel protagonista en la muy recomendable película de Pete Walker “Los crímenes del ático” donde, encima, daba vida a un personaje apellidado Everett (??). Se dejó ver en otra famosa serie de humor británica (“Estas no son las noticias de las 9”), en “Superman 3” (¡junto al ya mentado Graham Stark!, era la novia rubia, tonta y pechugona del malo) y, toma geroma, en “La loca historia del mundo” a las órdenes de… Mel Brooks… si es que el mundo es un pañuelo, queridos. Ya que estamos, también intervino en “Saturday Night Live” y “Spitting Image” (la serie de los monigotes).
El director de “Bloodbath at the House of Death” es Ray Cameron, habitual colaborador de Kenny Everett que solo volvería a dirigir para una serie de humor. En esta ocasión compartía sus tareas de guión con un súper-veterano de la comedia televisiva, Barry Cryer, quien en su faceta de actor compartió plano con los mismísimos Monty Python.
Resumiendo, “Bloodbath at the House of Death” es una “de risas” atípica y algo extraña, quizás no redonda del todo, pero sí con sus aciertos cómicamente hablando y también en otros apartados más inquietantes, tanto como para que merezca la pena echarle un ojal, ni aunque sea sin subtítulos, haciendo el pino y en versión original.