Pero a lo que vamos: Siguiendo la estela de formaciones
infantiles como “Regaliz” o sobretodo “Parchis”, los “Bom Bom Chip” con un par
de años de éxitos, también dan el salto al cine en 1995, en una producción cara
de pelotas, con un montón de efectos especiales, infografía y gran ambientación
en el medioevo. Vamos, todo un despliegue de medios. El problema vendría cuando
no sabes que hacer con cinco niños repipis y ese gran despliegue de medios.
Básicamente eso es “El niño invisible”. Un sacacuartos que no los sacó –solo la
vieron 200.000 espectadores-, y que tenía la poca vergüenza de anunciar, en sus
créditos finales, que el 0,7 % de los beneficios en taquilla, serían destinados
a Bosnia de manera benéfica (a saber que coño pasaba en Bosnia en 1995, no me
hagan tirar de google) tan solo unos segundos antes de que se anuncie, en los
mismos créditos, que la banda sonora de la película que la forman los mejores
éxitos de “Bom Bom Chip” ya está a la venta.
Y es que la historia salió rana; teniendo un presupuesto de
600 millones de pesetas, el presupuesto más caro para una película hasta esa
fecha –mucha confianza tenía Bermúdez de Castro, productor de esta y de las de
“Parchis” que si que reportaron pasta gansa- tan solo consiguió recaudar 80
millones, que mucho me parece a mí, y al poco se dejó de oir hablar de los “Bom
Bom Chip”. Pero más que porque la película fuera mala o buena, lo era porque
los tiempos cambiaban y a nadie le interesaban unos niños tan estúpidos.
Por otro lado, las películas vehículo para el lucimiento de
formaciones infantiles de los ochenta, tenían espíritu de spot, es decir, se
concebían con el fin de introducir en sus metrajes el mayor número de canciones
del último disco del grupo, con el fin de que, tras el visionado, todos los
niños pidieran a sus padres el disco de marras.
Pues la incompetencia de este “El niño Invisible” es tal
que ni tan siquiera sirve para vender
discos, ya que en lugar de ver a los niños cantando y bailando, los vemos
haciendo el gilipollas a través del tiempo, teniendo solo una canción en toda
la película, que además da la sensación de haberse quedado a medias. ¿Para que
sirven este tipo de películas si en ellas no podemos ver al grupo infantil
cantando y bailando? Es que, en la película, ni siquiera son los “Bom Bom
Chip”, son un grupo de niños normales y corrientes que van al cole.
Por otro lado, quizás sea porque me estaba aburriendo tanto,
que veía la peli con un ojo en ella y el otro en mi teléfono móvil… pero salvo
porque no haya prestado demasiada atención –que no se la he prestado, para que
les voy a mentir- yo no veo niño invisible por ningún lado. Y a lo mejor es eso…
que como es invisible, pues no se le ve…
El argumento lo resumo de la siguiente manera. Unos niños
van de excursión a unas excavaciones arqueológicas y allí se encuentran una
priedra que les hará viajar a la edad media. Allí, se toparán con todo tipo de tarados,
pederastas, y una cabeza de oro parlante. Fin de la historia.
Mala, muy mala, horrorosa…. Es tan aburrida, tan coñazo, que
te paras a pensar mientras la ves, que que pena de dinero gastado en los
aspectos técnicos, esa fotografía maravillosa que se ve derrotada por una
mierda del tamaño de un templo. Con mucho, probablemente una de las peores
películas que he visto en mi vida.
Dirige Rafael Moleón, director de los tiempos en que el cine
español ya estaba dejando de molar y cuyo film más famoso es “Baton Rouge”, aunque
ha hecho mierdas inencontrables como “Tretas de mujer” al servicio del
heroinómano Mané, o “Cuestión de suerte” al servicio del politoxicomano Eduardo
“Bad Actor” Noriega,