lunes, 3 de junio de 2019

PACTO EN LA SOMBRA

Cuando esta película llegó a nuestros videoclubes en los primeros años de los 90, sus distribuidores, los tan entrañables como engañosos señores de Record Vision, la publicitaron para que pareciera un film de acción, género este con el que a la distribuidora le debería ir bien. Tan bien le iba, que poco después se pegaron la machada de distribuir “Terminator 2” con lo que Record Visión se hizo grande y comenzó a combinar sus habituales direct to video con taquillazos mainstream (y el porno) convirtiéndose en uno de los sellos pequeños más populares y poderosos de aquellos días.
Pero antes de esto, en sus tiempos verdaderamente modestos, lanzó esta “Pacto en la sombra”. Y no es una película de acción como reza la carátula. Se trata de un slasher de cuando el subgénero agonizaba, que toma como premisa principal el mito de “El fantasma de la ópera”, lo vulgariza, lo contemporiza y lo llena de sangre.
Cuenta la historia de un individuo que campa a sus anchas por un centro comercial con una máscara cometiendo asesinatos. A priori parece que estos asesinatos son aleatorios, pero no. Resulta que este señor, para salvar la vida de su novia durante un incendio, murió quemado. Ha pasado un año de este incidente y su novia entra a trabajar en un centro comercial que está construido justo en el lugar del incendio. Este individuo mora por allí y está a la que salta para acuchillar, decapitar o prender fuego a todo aquél que suponga una amenaza de cualquier tipo para su novia.
Un film del todo incompetente que puede llegar a crispar los nervios de quienes lo vean, primero porque está explicado tan mal, que no se sabe que pasa hasta que en el meridiano de la película vemos un encuentro entre la chica y el asesino, y comprendemos que se trata de su novia a la que está protegiendo. Por otro lado, los asesinatos son torpes, lentos y poco truculentos. El desarrollo, un coñazo y los efectos especiales de baratillo. Yo reseño aquí esta película, pero en realidad, tampoco es que tenga algo reseñable más allá de lo que cuento al principio de querer hacerla pasar por un film de acción. Aunque nunca está de más dejar constancia de estas mierdecillas inocuas y desangeladas. No en balde, los críticos norteamericanos se cebaron con ella en la prensa escrita.
Con un título larguísimo que deja más en evidencia el parentesco que quiere guardar con “El fantasma de la ópera”, “The Phantom of the Mall: Eric’s Revenge”, la cinta está dirigida por Richard Friedman, más conocido por haber dirigido con anterioridad “Doom Asylum” y que continuó hasta el día de hoy por esta senda de la serie B más inadvertida y soseras, siendo también responsable de otras basuras que llegaron a nuestro país como la curiosa “Born, el embrión del mal” o "El talismán del terror".
Si eres completista, deberías verla, si no, pasa de ella.