No obstante se trata de un mondo amable e inofensivo cuya
música yeyé y/o burlesque ilustrando sus imágenes, lo convierte en una cosa
kistch, casi pop, que es incapaz de provocar en el espectador algo parecido al
mal rollo. Claro que eso puede ser también por la época en que está rodado y su
procedencia americana. Quizá en su momento, en los cines para adultos en los
que fue proyectada, sí que causara algún tipo de impacto.
Así, vemos como una cámara se cuela en unos probadores
femeninos en una tienda de lencería sexy, masajes con final feliz en Japón,
representaciones (falsas) de algo parecido al gran guiñol en Alemania —donde no
vemos nada de sangre pero sí desnudos— y que, según los expertos, ni Alemania,
ni gran guiñol, ni pollas, sino que ese teatro era el famoso Bronson Canyon de
Los Angeles. También vemos extraños
complementos de ropa interior femenina que sirven para realzar el busto o el
trasero. En el lado sensacionalista no sexual, vemos estúpidos ritos vudú o cómo
un individuo se atraviesa con agujas como parte de un espectáculo o,
completamente falso y ridículo, cómo un elegante caballero está en un
restaurante esperando a que el camarero le traiga su menú, y este está formado
por copas y otros objetos de vidrio que nuestro comensal romperá con un
martillito y se comerá ante la cámara con cara de estar degustando un delicioso
plato de gourmet. Verdaderamente hilarante. Te partes el culo.
El plato fuerte, es la compra-venta de esclavos en Arabia
Saudí, en una escena totalmente ficcionada que quieren hacer pasar por real.
Otro punto gracioso es, que para tapar los ojos de algunas
de las mujeres que vemos, o sus coños, se utiliza un táctica totalmente
rudimentaria que no es otra que rayar el negativo con un alfiler a la altura de
la cara o las partes pudendas. Realmente entrañable.
Todo ello perpretado por los señores Bob Creese y Lee Frost,
director no acreditado, que consiguieron un gran éxito y resultó ser el
pistoletazo de salida para lo que sería su compañía, la Olympic International.
Lee Frost, es uno de los nombres importantes del exloitation
sesentero y setentero, que bajo el nombre de R.L. Frost, filmó clásicos absolutos
como puedan ser “Campo de concentración nº7”, “Fuga Salvaje” o aquella
maravilla con Ray Milland pegado a un negro que es “The Thing With Two Head” y
que en nuestro país se estrenó bajo el título de “Experimento diabólico”.
Bob Cresse tampoco se quedaba manco. Aunque solo dirigió una vez, colaboró eventualmente con Lee Frost en funciones de productor y/o guionista, llegando a convertirse en otro nombre indivisible del exploitation más clásico. Además por lo visto estaba un poco pirado, tanto como para que hoy día le acompañe una leyenda repleta de excentricidades.
Bob Cresse tampoco se quedaba manco. Aunque solo dirigió una vez, colaboró eventualmente con Lee Frost en funciones de productor y/o guionista, llegando a convertirse en otro nombre indivisible del exploitation más clásico. Además por lo visto estaba un poco pirado, tanto como para que hoy día le acompañe una leyenda repleta de excentricidades.
Siendo “Mondo Bizarro” un título popular como lo es, decir
que un álbum de The Ramones se titula así en alusión/homenaje a esta película.
Verdaderamente, está divertida la cosa.