Clásico “sexploit” de
alto contenido sexual para la época, rozando el “soft”, que con pocos
medios y enfocado como una especie de documental pedagógico, sirve para mostrar
la mayor cantidad de numeritos eróticos posibles. Así, tenemos una voz en off
—la de un psiquiatra— que va narrando las diferentes filias sexuales de algunas
de sus pacientes, dando su punto de vista como médico y dejando a la mujer en
muy mal lugar puesto que, una simple lesbiana, es una mujer completamente
desprovista de sus facultades mentales en esta película. Y a modo de flashback
mientras lo explica, vemos desde mujeres que se excitan dando de hostias a los
hombres, hasta mujeres que optan por los tríos o por el sexo con otras mujeres.
La película se excusa de tanta depravación y el espectador se pone las botas.
Vamos, una estrategia comercial muy de la época
y que bajo un halo de moral, se muestra de todo. Esta en concreto es muy
subidita de tono y, ciertamente, cuenta con señoritas anormales muy jamonas.
Por otro lado, el estar filmada en blanco y negro le
confiere a la película una pátina de respetabilidad, quiero decir, que el
blanco y negro viste mucho, queda todo muy bonito y todas esas secuencias de
gente simulando sexo, si te dicen que están concebidas con fines artísticos, te
lo crees. No hay mucha diferencia entre algo filmado por, por ejemplo, René
Clair y esto. Pero no, todo atisbo artístico no es más que mera casualidad ya
que estamos ante un producto meramente comercial concebido para pajilleros que
se la pelaban en salas de cine medio clandestinas.
Por lo demás, la película aguanta el visionado la primera
media hora, después, es más de lo mismo una y otra vez, folleteo gratuito y
barato, que a pesar de las bellezas que desfilan por la pantalla, es incapaz de
poner palote al hombre contemporáneo, en 1969, año en el que se estrenó, ya no
sabría que decir. Imagino que sí, porque como digo, hay pelambres, tetamen y
culetes a punta de pala.
El interés que pueda despertar esta película es exclusivamente
antropológico.
Dirige la función un tal George Rodgers al que parece que se
le ha tragado la tierra; no solo es que únicamente cuente con este film en su
filmografía, es que no hay datos de su existencia prácticamente en ninguna
parte.
La película se editó hace algún tiempo en DVD gracias a
Something Weird Video que la recuperó y distribuyó en programa triple junto con
otros dos sexploits titulados “One Shoking Moment” y “The Maidens of Fetish
Street”.
Para los muy curiosos.