Cuando vi "La extraña que hay en ti", me quedé a cuadros ante lo que, esencialmente, era una puesta al día de "El justiciero de la ciudad" confeccionada en pleno 2007 por nombres tan prestigiosos como los de Neil Jordan o Jodie Foster (eso sí, tampoco en el mejor momento de sus respectivas carreras) Sin embargo, no era la primera vez. Once años atrás, otro puñado de cineastas y actores de peso se liaron con el parimiento de una película de justicieros más propia de la facción "exploitation" del gremio. Hablo de John Schlesinger ("Cowboy de medianoche", "Marathon Man") a la dirección y Sally Field, Ed Harris, Kiefer Sutherland o Joe Mantegna interpretando. El título de la interfecta, eso sí, no engañaba a nadie, "Ojo por ojo" o "Eye for an eye".
La hija de Sally Field es brutalmente violada y asesinada por un malísimo Kiefer Sutherland. La policía y la ley no logran encerrarlo, así que mamá se obsesiona con acometer justicia por su cuenta.
Fui al cine a ver "Ojo por ojo" cuando se estrenó. Ya he dicho muchas veces que me encanta este subgénero. Me aburrió un rato. La encontré demasiado básica y convencional. Bien, adelanto que no han cambiado mucho las cosas desde entonces. Puedes disfrutarla perfectamente porque está muy bien facturada. Los actores estupendos. En fin, puro cine mainstream de impecable factura. Lo único, pues eso, que llegado cierto momento se desinfla un poco y comienzas a impacientarte. Pero nada que nos impulse a sacarnos los ojos de desesperación. Cae dentro de lo tolerable.
Es cierto que "Ojo por ojo" es un poco menos... er... ¿explotativa? que "La extraña que hay en ti". Aquella apestaba más a Bronsonismo. Esta se mantiene dentro de los parámetros del drama. Hay muchas escenas de emotiva tensión. Ríos de lágrimas. Acompañadas de la dosis de thriller, que tampoco es manca. Incorpora toda una subtrama sobre un "grupo de justicieros" que, salvando las distancias, recuerda un poco a "Vigilante".
Sin embargo, todo este proto-realismo, este "somos un dramón gélidamente serio, no nos confundan con las películas de segunda fila", choca un poco con el personaje de Kiefer Sutherland. Un villano exageradamente malvado. Casi de cómic. Alguien diría que "unidimensional". Y, encima, presentado como un tipo chungo tatuado que habita un sucio piso situado en un barrio popular lleno de inmigración, negras gordas que chillan en medio de la calle, vagabundos con cara de loco hurgando en la basura... ya saben, ambientación que contrasta salvajemente con el idílico y limpio mundo de clase media / alta en el que se mueven Sally Field y los suyos. Dicho de otro modo, el "mensaje", la típica paranoia del norteamericano medio ante la idea de que los pobres se infiltren en sus brillantes suburbios de casitas blancas dispuestos a hacer el mal porque sí, sigue ahí. Sin importar categorías. Solo que en una de Charles Bronson queda menos feo porque sus películas no tienen pretensiones de ninguna clase.
Completan el reparto actores tan carismáticos como Beverly D´Angelo, Keith David o Philip Baker Hall.