Es curioso, pero incluso cuando una película se mueve en terrenos de lo más trillados y previsibles, si lo hace con clase y con indudable saber hacer, el resultado cuela perfectamente.
"Cold Prey. Fanáticos del snow" esconde, tras un título tan horrible más indicado para un reportaje sobre el snowboard ese (y que conste que en la peli solo vemos practicarlo durante 5 minutos contados... afortunadamente), un slasher tan, tan, tan clásico que es para mear y no echar gota. Lo único novedoso es que se trata de una producción Noruega de cabo a rabo. Por lo demás, pura estética yankee y una trama que de tópica hasta da nauseas: Un grupo de chavalotes deciden ir a hacer el mongo con sus tablas en pleno monte nevado. Aquello que uno se mete una castaña y, ante la urgencia, descubren un hotel abandonado que usan como hospital improvisado. Lástima -o no- que este lo habita un tiparraco enorme que, hace muchos años siendo chaval, desapareció en plena montaña y, claro, como que resulta no ser muy sociable.
Da igual si son Americanos, Noruegos, Japoneses o Españoles, pero todos los jovenzuelos que suelen asomar el careto por esta clase de films son, eso, ¡gilipollas!. Sin embargo, como decía la peli cuenta con una factura muy bien acabada, toda ella, la fotografía, el montaje... los actores, ¡joder, incluso la música!, de lo más pomposa. Y claro, así no vale. El resultado es un slasher de alto standing con su atmósfera, sus escenas de verdadero suspense (el momento en que descubren el escondite del asesino es especialmente potente) y que no aburre a pesar de contar solo con cinco víctimas potenciales, gore casi nulo y una historia plana, lineal y básica... lo que por otro lado se agradece, porque lo que ves, es lo que es, sin más.
Como detalle curioso señalar que el psycho-killer, de look fotogénico, se cepilla a los niñatos con un pico, lo que trae a la memoria, inevitablemente, "San Valentín Sangriento"... la ochentera, digo. E incluso al final, logran que despierte un poco de compasión.
Si es que cuando hay medios y las cosas se hacen bien, pues eso (no hay más que compararlo con otro reciente slasher que se desarrolla en la nieve -"Shredder"- para darse perfecta cuenta).