Alguien decidió llevar a "Leprechaun" al espacio, y la jugada resultó buena. "Leprechaun 4" fue una de las entregas mas divertidas de la saga.
Mas tarde, al de "Crystal Lake" lo criogenizaron para descongelarlo a bordo de una nave espacial en "Jason X", una de las secuelas mas estimulantes de "Viernes 13".
Pues ya que se llevaron al espacio a esos monstruos modernos, alguien debió pensar : ¿Por qué no también a los monstruos clásicos? Así que, en esta secuela bastarda de los "Drácula 2001" y "Drácula II", nuestro Conde favorito se va a tomar por culo, al año 3000 concretamente, en una comedia espacial muy pobretona en cuanto a sangre, de argumento triste y simplón, pero, ojo, tremendamente divertida y entretenida.
Resulta que un Van Helsing del futuro (descendente directo del original) es el capitán de una nave de reconocimiento que tiene como fin explorar otras naves abandonadas que vagan por la galaxia. En una de estas se topan con una proveniente del planeta Transilvania (¡ja, ja, ja, ja!) llena de ataúdes y, como es de suponer, en uno de estos está el Conde Orlock, también conocido como Drácula, al que despiertan por error (uno de los tripulantes se corta la mano al intentar abrir el ataúd, derramando su sangre en las cenizas del vampiro) y, claro, este está aquí para limpiar el nombre de todos aquellos chupasangres que se dejaron matar por un Van Helsing.
Mas tarde, al de "Crystal Lake" lo criogenizaron para descongelarlo a bordo de una nave espacial en "Jason X", una de las secuelas mas estimulantes de "Viernes 13".
Pues ya que se llevaron al espacio a esos monstruos modernos, alguien debió pensar : ¿Por qué no también a los monstruos clásicos? Así que, en esta secuela bastarda de los "Drácula 2001" y "Drácula II", nuestro Conde favorito se va a tomar por culo, al año 3000 concretamente, en una comedia espacial muy pobretona en cuanto a sangre, de argumento triste y simplón, pero, ojo, tremendamente divertida y entretenida.
Resulta que un Van Helsing del futuro (descendente directo del original) es el capitán de una nave de reconocimiento que tiene como fin explorar otras naves abandonadas que vagan por la galaxia. En una de estas se topan con una proveniente del planeta Transilvania (¡ja, ja, ja, ja!) llena de ataúdes y, como es de suponer, en uno de estos está el Conde Orlock, también conocido como Drácula, al que despiertan por error (uno de los tripulantes se corta la mano al intentar abrir el ataúd, derramando su sangre en las cenizas del vampiro) y, claro, este está aquí para limpiar el nombre de todos aquellos chupasangres que se dejaron matar por un Van Helsing.
Es una de las películas más ocurrentes y graciosas que he visto últimamente.
Llena de rostros conocidos, Casper Van Dien interpreta a Van Helsing (¿lo del “Van” es casualidad?) que, lejos de salvar el cotarro matando a Drácula, es mordido por él y convertido en vampiro a mitad de película (¡como me gustó eso!). El resto de la tripulación es la hostia de graciosa también. Tenemos a Coolio interpretando a un gangzta del futuro, que mordido y convertido, antes de atacar a sus victimas suelta chistes sobre el tamaño de su polla y eyacular en las tetas de la muy tetuda Erika Eleniak, quien interpreta a una robot a la que Drácula muerde antes de confesarle lo mucho que le gustan sus tetas, “tan blandas, pero a la vez tan firmes”, dice el Conde mientras se las manosea. Claro que pronto pierde el interés por ella, porque lo que el rey de los vampiros necesita es sangre, y los robots no la tienen, así que… (otra vez, no puedo evitarlo ¡ja, ja, ja, ja, ja!).
Luego está por ahí Tiny Lister Jr. como un negro garrulo y machista que al final se folla a la guapa de la película (el robot) y al inevitable Udo Kier apareciendo en una especie de vídeo diario en el que cuenta los horrores de Drácula.
No se dejen engañar, el vampiro cibernético que aparece en el cartel no sale en toda la película. Aquí Drácula gasta el aspecto clásico de Bela Lugosi, con su capa y todos sus rollos, interpretado por un garrulo con pinta de boxeador. Lo cual es mas gracioso todavía.
Un divertimento tonto, cutre, insustancial, pero con el que te partes el culo de risa. Esta sí que es recomendable.
Llena de rostros conocidos, Casper Van Dien interpreta a Van Helsing (¿lo del “Van” es casualidad?) que, lejos de salvar el cotarro matando a Drácula, es mordido por él y convertido en vampiro a mitad de película (¡como me gustó eso!). El resto de la tripulación es la hostia de graciosa también. Tenemos a Coolio interpretando a un gangzta del futuro, que mordido y convertido, antes de atacar a sus victimas suelta chistes sobre el tamaño de su polla y eyacular en las tetas de la muy tetuda Erika Eleniak, quien interpreta a una robot a la que Drácula muerde antes de confesarle lo mucho que le gustan sus tetas, “tan blandas, pero a la vez tan firmes”, dice el Conde mientras se las manosea. Claro que pronto pierde el interés por ella, porque lo que el rey de los vampiros necesita es sangre, y los robots no la tienen, así que… (otra vez, no puedo evitarlo ¡ja, ja, ja, ja, ja!).
Luego está por ahí Tiny Lister Jr. como un negro garrulo y machista que al final se folla a la guapa de la película (el robot) y al inevitable Udo Kier apareciendo en una especie de vídeo diario en el que cuenta los horrores de Drácula.
No se dejen engañar, el vampiro cibernético que aparece en el cartel no sale en toda la película. Aquí Drácula gasta el aspecto clásico de Bela Lugosi, con su capa y todos sus rollos, interpretado por un garrulo con pinta de boxeador. Lo cual es mas gracioso todavía.
Un divertimento tonto, cutre, insustancial, pero con el que te partes el culo de risa. Esta sí que es recomendable.