Y seguimos con insectos.
Si vas a rodar una película sobre hormigas asesinas y no tienes los medios de una producción Hollywoodiense, solo existe un modo de competir, y es desfasando todo lo que ellos no osarían. Eso es lo que debieron pensar los responsables de esta peli, que si acaba por resultar simpática se debe, precisamente, a lo mucho que se les va el pedal.
Antes de darle al "play" asumimos que lo que vamos a ver serán efectos infográficos de orden mediocre. Una vez digerido, el resto consiste en dejarse llevar. "The Hive" arranca con sobriedad; en una isla de nosedonde montones y más montones de hormigas arrasan con todo. Los poderes fácticos contratan a un grupo de super-exterminadores para que paren la amenaza. Llegado el momento de actuar, estos se ponen unos trajes muy chanantes y cargan a sus espaldas unos armatostes rollo "Cazafantasmas". Tanto es así, que incluso disparan rayos que arrasan con grandes hectáreas de insectos. Primer desfase. Pero entonces dos de ellos descubren que las hormigas son capaces de crear enormes tentáculos apiñándose. Segundo desfase. Las pesquisas siguen y se llevan una sorpresa al encontrarse que todavía hay más hormigas... y más... los bichos han superado sus diferencias y han unido fuerzas contra el ser humano. Tercer desfase: Una de las hormigas se mete por la oreja de un tipo y, hasta cierto punto, logra controlarle apoltronándose en su cerebro.
Desesperado, el jefe de los exterminadores contacta con una experta que, ¡puta casualidad!, es su ex-mujer. Ni que decir que, en pleno caos, recuperarán el amor. Cuarto pero no último desfase: Las hormigas han creado un especie de ordenador enorme a base de unirse en formas cúbicas y sumar electricidad al pitote. Son muy listas y quieren negociar. ¡¿Podría ser que hayan marcianos de por medio?!, ¿¿o es que el guionista se ha pasado con el trinaranjus??.
Por todo eso, una realización solvente y lo divertido de plantearse "¿Cual será la siguiente ida de olla con la que me sorprenderán?", "The Hive" termina resultando un producto bastante majete y superior a la media (en su categoría, claro).