
Un grupo de universitarios engaña con malas artes a sus novias para llevarlas a pasar la noche de Halloween a un caserón que hay en el bosque. Allí se encuentran el libro negro de Devlon, que resucitará a los muertos. Por otro lado, tenemos al Dr. Cardan, convenciendo a la policía de que el nuevo cadáver que hay en el depósito no es de un hombre cualquiera, si no del propio Devlon, osea el diablo, por lo que tendrá que hacerse con él para destruirlo. Y en tercer lugar tenemos a un grupo de niños que, como es Halloween, deciden ir al cementerio.
Los universitarios quieren gastar una broma a las chicas, por lo que van a robar un cadáver al depósito, llevarlo al cementerio y pronunciar los conjuros del libro negro de Devlon, con la mala fortuna de que el cadáver mangado es, sí, el de Devlon... por lo que lo resucitan. Más tarde este hará lo mismo con todos los muertos del atestado campo santo.
Dirigida por Rubén Galindo “hijo” y protagonizada por René Cardona “nieto” y el todo terreno Hugo Stiglitz ( "Tintorera", "La invasión de los zombies atómicos"), está claramente inspirada por la obra maestra de Sam Raimi en muchos aspectos (el libro sería el componente más palpable), pero introduce también, además de demonios, otros elementos fantásticos como son zombies (cuyos maquillajes provocan cierta hilaridad) y la noche de Halloween, con lo cual tenemos un revoltijo muy ameno, a pesar de su lentitud.
Es tan ochentera, cutrecilla y simpática, que se deja ver muy bien, aunque las maneras de actuar y el acento de nuestros amigos Mexicanos rompan toda atmósfera conseguida a base de buena cámara al hombro y una iluminación maravillosa.
Un clásico del fantástico de allí.