Hace no mucho, Naxo, comentaba aquí, que antes de KICK ASS, esa misma idea ya se le había ocurrido a J.R. Bookwalter.
Pues esa misma idea, la de un tipo normal que decide ser súper héroe se le ocurrió en el año 1999 a Glen Kinkler con este DARK JUSTICE, mas conocido en las américas como YUP YUP MAN, así que la originalidad de la idea de KICK ASS, tiembla por momentos.
Un hombre de bien, por una serie de acontecimientos que no se nos cuentan, acaba recogiendo latas en la calle, junto con su hijo de cinco años. Un día se cruza en su camino otro vagabundo, que no solo les roba el poco dinero que tienen de la venta de latas, si no que además, rebana el cuello al padre, y despeña por un terraplén al hijo.
30 años mas tarde, ese niño es un hombre que como secuelas de la terrible hostia que se pega, tiene montones de tics, haciéndose insoportable uno de ellos que le hace levantar el brazo a la vez que dice “yup-yup”. Sigue siendo un costroso vagabundo que vende latas, pero además, se permite el lujo con esos dinerillos, de comprarse tebeos de un tal “Dark Justice”, un vigilante nocturno de aspecto muy “underground”, y este, concienciado de lo que pasó, y viendo que la injusticia impera a sus anchas por las calles, con la ayuda de su camarero favorito, decide convertirse en “El caballero de la noche”, justiciero nocturno que mata violentamente a los malhechores.
La película, sin ser nada del otro jueves, resulta simpática, a pesar de lo antipático que resulta el protagonista, Yup-Yup, interpretado por William Bumiller, actor especialista en series y telefilmes. Y digo que es antipático, porque el tic que da título a la película ( en los USA), es insoportable, tanto, que casi quito la película… en serio. Lo que pasa, es que con las mismas, en cuanto este pasa a ser un súper héroe, se le quitan todos los tics, vete tu a saber por qué, porque este, ni tiene súper poderes ni nada…
No es muy estridente la película; acción justita y bastante pobretona, sangre casi inexistente, ritmo el justo, y el look del súper héroe (muy a lo Caballero Luna) es bastante soso, pero se deja ver. Me llaman mucho la atención los villanos de esta peli, por lo general ladrones de poca monta: todos absolutamente todos, actúan de idéntica forma: Llegan con sus armas, roban a sus victimas, y cuando tienen el dinero en sus manos, los matan igualmente… TODOS. Es normal que con tanta maldad, el vagabundo este, no tenga piedad ninguna cuando los pilla y también, se cargua a todos. Sin embargo, y con toda esta ensalada de muertes, la película es totalmente blanca, incluyendo un sutil romance entre Yup-Yup y una chavala Tailandesa, en el cual, ni siquiera hay una escenita de sexo.
Eso si, la película se toma totalmente en serio, no hay ni un solo ápice de comedia, por ningún lado. Se agradece.
Kinkler, además, en su carrera, ha dirigido un par de títulos de escasa repercusión.