Corría inicios del 2000, pongan 2001 o 2002, cuando descubrí la existencia de "Wendigo". De ella decían que se había rodado en plan "cine indie" (como infraestructura y etiqueta), en 16mm, dando más importancia a los personajes y a la atmósfera que al susto fácil o los efectos especiales y que, por ello, funcionaba muy bien en el terreno del miedo. Su director se llamaba Larry Fessenden. Cuando finalmente me hice con ella en un video-club del barrio bajo el título de "Escalofrío", tuve una enorme decepción.
A mi si hay algo que me gusta es pasar cague viendo una peli. Y si hay algo que me funciona, es la atmósfera, una de tirón inquitante. Lo prefiero al mejor chorro de sangre o al mejor monstruo de látex (y cuidao! que estas dos cosas también me molan muchísimo). Eso, miedo/atmósfera, es justamente de lo que van huérfanas muchas de las pelis de terror modernas. ¿Por qué?, porque para darle forma el director necesita tomarse su tiempo, es decir, ir poco a poco. Lentitud. Y si hay algo que hoy día las plateas no soportan es una peli lenta, y más si esta pertenece al género del terror y aledaños. Bien, a mi eso no me pasa. Si la atmósfera está bien construida, no tengo ningún problema en que el film sea reposado. Pero fíjense que he dicho "Si la...". ¿Qué ocurre?, que cuando no está bien ejecutado el asunto, me aburro más que el mayor paleto de entre los poligoneros cuando se meten en el cine sin saber lo que les espera. Fessenden no sabe hacerlo. Es algo que tengo especialmente claro tras visionar el trabajo de, justamente, uno de sus protegidos, Ti West. Digamos que West es la versión correcta de Larry Fessenden, juega con sus mismas cartas, pero sabe proceder mucho mejor. Por eso "Wendigo" fue una decepción. Y por eso "The last winter" también lo ha sido.
Construida como un panfleto ecologista (a Fessenden le tira mucho este tema... casi tanto como empinar el codo), "The last winter" narra la historia de unos tipos que habitan una base en Alaska, rodeados de nieve, y de como los elementos se revelan contra ellos (ya que pretenden perforar para sacar petróleo) volviéndoles tarumbas y haciéndoles hacer cosas raras. ¿"La Cosa"?, ¿"El Resplandor"?... naaaah!!.
Y claro, el director se llama Larry Fessenden. ¿Qué significa?, que la lentitud en "The last winter" se mete en los huesos tanto como el frío lo hace en sus protagonistas, que su "sin sentido" de tirón arty, su filosofía de baratillo, su estética y su TODO trabajan a todo gas contra la misma película. Al final, lo único que ha logrado es hacernos bostezar mortalmente durante 90 minutos. Y es que encima, lo poco llamativo que hay, está parido con el culo. Ese flash-back a la niñez de uno de los actores cuando muere es ridículo, especialmente porque está tomado en serio.
En el reparto destacan los salientes morros de Ron Perlman y James LeGros (de "Phantasma 2"). Evitable.
PD: ¿"The scariest movie of the year"?, ¡aaanda, no me toques las pelotas!.