La gran aceptación popular de la asylada "Megashark Vs. Giant octopus", hecho inédito hasta entonces en el mundillo del cine producido para el mercado del video/dvd y la tele por cable, rápidamente puso en alerta a todos los mercachifles que se mueven por terrenos tan pantanosos. La idea de unir en una misma trama, y un mismo título, a dos criaturas agigantadas era, visto lo visto, sinónimo de éxito. Lo que se traduce en ganancias. No deja de ser curioso confirmar cuán de buitres son esta gente del "exploitation", que no les basta con devorar a los grandes, también los peques, los que están a su mismo nivel, pueden ser un plato digno de gourmet si las circunstancias son las adecuadas. Y en el caso que nos ocupa, lo eran. Estando el rey de los tacaños y jetas en primera posición, es decir, Roger Corman, resultaba del todo inevitable que llegara a producirse un film como "Dinocroc vs. Supergator". Se abrió la veda de los films voluntariamente delirantes de título llamativo... porque tanto Asylum como Corman, y su "New Horizons", ya se han sacado de la manga unos cuantos más. Y los que vendrán, siempre y cuando la cosa responda bien.
La trama no tiene secretos, y es tan trillada y tópica como cabría esperar. Un cocodrilo y un caimán mutados genéticamente escapan de su encierro y comienzan a devorar a todo aquel que se cruza en su camino. O debería decir aquella, dada la predilección que los reptiles tienen por las mozas tetudas. La maquinaria se pone en marcha y varios personajes, entre ellos un cazador digno de tebeo, irán en busca de los bichos con el fin de pararles los pies. O las zarpas.
Que Roger Corman esté en la producción es sinónimo de varias cosas (no todas buenas). Y que Jim Wynorski esté en la dirección (y guión) escudado tras su "alias habitual como director de pelis de monstruos gigantes" Jay Andrews, es sinónimo de varias cosas (no todas buenas, aunque sí algunos chistes privados bien majos, como citar "She Gods of Shark Reef" -peli de Corman fechada en 1958- en un diálogo). ¿Por dónde arranco?... no se, pues eso, estética plana, fría y estéril. Efectos especiales un poco más dignos de lo habitual, pero tampoco demasiado. Diálogos chorras (la escena inicial de la pareja de bañistas es de juzgado de guardia). Situaciones tronchantes. Desenlace tontaina y final tan previsible como todo el conjunto hacía suponer. En fin... lo de siempre y mas allá que has visto en todas las pelis del estilo, ya sean "Asylum", "New Horizon" o "Syfy Channel". Da igual. Y el caso es que, honestamente, "Dinocroc vs. Supergator" se aguanta bien. No, en serio, es menos chapas de lo que uno puede suponer en un principio. Ideal para la tarde del Domingo.
Más detalles: es una de las últimas intervenciones de David Carradine antes de su muerte ¿accidental?. Entre los responsables del soundtrack está el gran Chuck Cirino. La frase publicitaria del cartel ("Whoever wins... we lose") es exactamente la misma que la de "Megashark vs. Crocosaurus", la secuela del clásico de Asylum (quien roba a un ladrón...). Jim Wynorski tiene un breve papel como granjero... ¡que mal le sienta no llevar barba!, ¿y este cabrón se folló a Monique Gabrielle en sus mejores tiempos?, ¡la vida es injusta, amigos!.