Qué duda cabe que estamos ante uno de los pocos títulos estandarte de la Troma. Aquí llegó en pleno pre-boom gore y tuvo un peso importante a la hora de "dar ejemplo" o "inspirar" a un montón de retrasados fashion victims a pillar la video cámara y ponerse a grabar festivales de humor cazurro y gore. Porque sí, "Redneck Zombies" está grabada en vídeo. En vídeo del 1986... nada de digital ni polladas. Y sí, es un festival de gore y humor cafre. Sin embargo, a veces no basta con eso. Si no sabes hacer bien la mezcla, por mucho que los ingredientes sean garantía de éxito, te saldrá un churro. Eso era lo habitual con los cortos gore-ñordas de los 90, pero no es el caso de "Redneck Zombies". Pericles Lewnes -director- y su entregado equipo sabían cómo rodar, cómo montar, cómo dar ritmo, en fin, que tenían talento... y el resultado final, sin ser la leche, tiene su gracejo.
Un bidón con residuos tóxicos cae en manos de una familia de paletos que lo utilizan para fabricar whisky. Naturalmente, todo aquel pobre incauto que lo consuma terminará convertido en un zombie caníbal la mar de cabreado, cosa esta que se extenderá por la zona y afectará directamente a unos excursionistas porreros.
En general no se puede afirmar que haya una trama propiamente dicha, cosa esta que a los 40 minutos comienza a pasar factura y amodorrarlo todo un poco. Se salva por el tremendo clímax final y, obvio, por el baño de gore y asquerosidades, que es mucho, pero puede que incluso hoy ya esté superado (maravillosa la frase publicitaria del maravilloso cartel: "La película más repugnante que jamás se haya filmado"). También de excesivos podemos tildar los momentos de alucinaciones y mutaciones, donde a golpe de efectos de vídeo casi perdemos el raciocinio.
Especialmente cargante es la secuencia en la que uno de los personajes, a tope de ácido, delira a base de colorines mil... esto, sumado a que la escena en sí es la peor de toda la peli, llevan nuestra paciencia al límite.
Naturalmente lo que predomina en esta peliculita casera es el humor, uno de bien lerdo y básico, pero que funciona (sin embargo, no está exenta de sus intentos mal rolleros, como la parte del "carnicero freelance"). Personalmente me quedo con el personaje del redneck gordo, es genial, tanto por la actuación del tipo como por el doblador español (by the way, el propio director interpreta nada menos que al paleto gay!).
Los homenajes, cómo no, están a la orden del día, destacando los de "La matanza de Texas" (que también incluye una parodia muy divertida del autoestopista de aquella), "El día de los muertos" (un tío partido por la mitad) o "Posesión Infernal" (el inicio y el desmadre gore del final).
Contaba Pericles Lewnes que rodó "Redneck Zombies" en vídeo porque en aquellos tiempos era un modo muy eficaz de abaratar costes y muchos otros que tomaron el mismo sendero habían tenido éxito (la famosa y aburrida "Blood Cult"). Su carrera posterior fue de lo más extraña y atípica para alguien que ha hecho una peli como esta. Se dedicó a los efectos especiales y firmó algunos documentales premiados, anuncios y video-clips. Su último largometraje propiamente dicho es del 2007, se titula "Loop" y está a años de distancia de la aquí comentada, tratándose de un "thriller psicológico" la mar de raro (eso sí, rodado en vídeo). Actualmente es dueño de una panadería en la que ejerce como tal. Interesante.
Lo dicho, "Redneck Zombies" es lo que es... no engaña a nadie y ofrece lo que uno puede esperar de semejante cuadro, solo que un poquito por encima de la media. Seguramente sea la mejor y más potable peli de su estilo (gore rodado en vídeo o SOV) de la década que la vio nacer.