En 1995 fui al cine a ver la primera adaptación a la gran pantalla de uno de mis tebeos favoritos, "Juez Dredd". De entrada la cosa prometía mucho... el film se iniciaba con portadas de los comics, y la tipografía del título era exactamente la misma... pero a los 10 o 15 minutos, el actor que ponía la mandíbula a "Dredd" -Sylvester Stallone, claro- se quitaba el casco, y ahí comenzaban los problemas. Luego, la cosa empeoraba. Salí del cine cabreado como una mona. ¡¿Pero qué le han hecho a mi "Juez Dredd", hijos de puta?!. Naturalmente la peli entró de lleno en mi lista negra. Pasaron unos cuantos años durante los que volvería a verla un par de veces, sin grandes cambios en mi parecer. Hasta que un día se estrena la nueva versión, o la nueva adaptación, "Dredd" a secas. El buen sabor de boca obtenido fue tal, que recuperé todos mis comics de "Juez Dredd", los de "Ediciones Zinco", que son los que de chaval me volvieron fan, y me puse a releerlos. La colección completa. A medida que iba pasando páginas, me iba dando más y más cuenta de que, en muchos aspectos, la peli de Sylvester Stallone, de la que tenía un recuerdo tan amargo, no era, después de todo, una adaptación TAN inútil. Guardaba con el tebeo más vínculos de los que yo recordaba. Así que, ansioso por corroborar y redescubrir, me hice con una copia, la revisé y, en fin, aquí estoy ahora tecleando esta sarta de chorradas.
Vale, el "Juez Dredd" de Stallone puede enfocarse de dos modos distintos. Como mera película de entretenimiento, sin tener en cuenta las fuentes de inspiración y, obvio, como adaptación de un cómic de culto. Si olvidamos el tebeo, "Juez Dredd" se convierte en un film más o menos divertido, más o menos pasable, no mata, es algo previsible, hace tufo a muchos de los tics que hicieron del 90% del cine comercial de los 90 una caca cuantiosa, pero vamos, que no está especialmente mal. Para pasar el rato, funciona. No aburre en exceso.
Si la miramos como adaptación, la cosa cambia. Aquí podemos subdividir este apartado en dos. Por un lado, "lo bueno" y por otro "lo malo". Lo bueno está, por ejemplo, a nivel estético. El parecido con el comic resulta asombroso. Los edificios, las naves, los robots, las armas, el vestuario (incluso el de los ciudadanos), todo es casi EXACTO a las viñetas, lo único en lo que este "Dredd" gana al más actual. Claro, tenían mucha guita, y se nota. También resulta muy agradecido encontrarse con personajes y temas narrativos habituales del tebeo, como la famosa familia Angel y ese monstruo medio cibernético con un medidor de furia incrustado en la frente, las inevitables guerras de bloques o incluso la aparición del hermano malo de "Dredd", "Rico", aunque en el comic muestra algunas poco agradables operaciones de estética que en la peli no están. También el tono aventuroso/épico es idéntico... algo de lo que me di cuenta releyendo los comics. En estos, "Juez Dredd" emprende grandilocuentes batallas en las que la fantasía es un plus... hay dinosaurios asesinos, ejércitos de robots locos.... todo ello muy lejos del ultra-realismo urbano de la adaptación moderna, y mucho más próximo a la de Stallone. Ah! y ya que estamos, todos veíamos como un requisito necesario que en una peli de "Juez Dredd" la violencia, la sangre y la truculencia chorrearan por doquier... pero, si indagamos en el tebeo, sobre todo el más primigenio (Bolan, McMahon, Ezquerra...) veremos que eso no era, para nada, una constante. El "gore" vino luego, con el maldito Simon Bisley, pero en el "Dredd" de antes, el bueno, la violencia andaba a un nivel standard que la peli de Stallone recrea con bastante fidelidad.
Bien, hasta aquí lo bueno. Ustedes pensarán "Cojones, pues por cómo hablas de ella, cualquiera diría que la versión de Stallone es buena, incluso mejor que la reciente". No canten victoria, porque mientras este "Juez Dredd" acierta en muchos aspectos estéticos y secundarios, falla en LO PRINCIPAL, sí, evidente: falla a la hora de dar aspecto y forma humana a su protagonista. A pesar de lo que dijera John Wagner en su momento, Stallone NO es un buen "Juez Dredd". Ni por asomo. Ni tan siquiera cuando lleva el casco puesto. De hecho, y esto sí es extraño, los "Jueces" en esta versión quedan muy grotescos y muy ridículos. No sé, tal vez los artífices de la peli se la tomaron demasiado en serio (a lo que ayuda la presencia de Max Von Sydow), y en esa "seriedad" o, mejor, "excesiva reverencia", los absurdos vestidos de los "Jueces" contrastan tanto, y están tan fuera de lugar, que quedan bastante horteras. Los yankees confundieron el humor inglés, socarrón, malcarado y sarcástico, con la bufa chorra... entendían que en el tebeo había humor, pero no sabían cómo interpretarlo, así que, para que este no faltara, metieron como comparsa cómica, y compañero de "Dredd", a Rob Schneider que, digámoslo sin tapujos, resulta ABSOLUTAMENTE INSUFRIBLE, odioso, cargante, molesto, insultante, innecesario y, sí, no es gracioso y estropea mucho de la película. Ya en la época, viéndola en el cine con un amigo, aplaudimos de placer cuando Schneider recibe un balazo hacia el final. No era para menos. Pero en fin, que el verdadero problema es Stallone, quien exagera el tono seriote y estirado del personaje (se pasa casi toda la peli tieso como un rábano) y, joder, ¿a quién se le ocurre fichar a un actor con una boca tan característica para dar vida a un personaje de tebeo al que únicamente identificamos por, eso, la boca?. Resulta inadecuado y absurdo.
Sin embargo, no es en todo esto en lo que más falla "Juez Dredd", ni tan siquiera en que le quiten el casco a Stallone, lo realmente irritante es ese especie de "estudio psicológico" o "análisis de comportamiento" al que someten al personaje. Me explico: En las viñetas "Juez Dredd" es un policía huraño y malcarado obsesionado con la ley. No tiene familia, ni pareja, ni vive para otra cosa que no sea repartir lo que él cree que es justicia. Y no nos importa, lo aceptamos, nos mola así. Bien, en la peli de Stallone intentan explicarnos por qué "Dredd" es así y mostrárnoslo como un ser humano sufriente que ha elegido la soledad y la absoluta dedicación a su trabajo como válvula de escape contra un mundo cruel que le desagrada, o le hace sentirse solo o... joder, no sé... vamos, que mal, muy mal. "Dredd" no necesita esa clase de "justificaciones psicológicas", él es así porque es un puto clon programado, casi un robot, sin sentimientos, sin corazón, es un hijo de puta. Pero claro, eso, en una super-producción de Hollywood con Sylvester Stallone de protagonista NO PODÍA SER. Es algo que todos sabemos de sobras, y que ya Alan Grant lo explicó en su momento afirmando que el gran error de este "Juez Dredd" había sido convertir a su prota en un héroe, cuando, en esencia, no lo es. Es un cabrón... que mola, sí, pero cabrón a fin de cuentas.
Lo mejor para el final, y cuando digo lo mejor, digo lo peor. Antes de que salgan los créditos, el "Juez Dredd" de Stallone recupera su casco (bastante feote, por cierto), pero antes sonríe plácidamente y besa a la chica, demostrando que "ha sido curado", se acabó su mal genio, su obsesión con la ley, su inhumanidad... en resumen: se acabó "Juez Dredd". ¿Se imaginan cómo hubiese sido una segunda parte?, ¡¡urgh!!.
El mismo Sylvester Stallone ha reconocido, años después, que la peli fue un fiasco, una oportunidad desaprovechada, que no se sacó ningún partido a un personaje repleto de potencial y que lo que de entrada iba a ser una comedia negra, terminó convertida en una peli de acción standard, un "Demolition Man" Como ya dije en su momento, lo ideal sería coger esta versión, echar a Stallone/Schneider y poner a Karl Urban en su estupendo "Dredd", con el entorno y la estética de la peli de 1995. Probablemente, entonces, hubiese sido una adaptación redonda. Sin embargo, y aunque la nueva versión está muy bien y mola mucho, creo que hay que aceptar que "Juez Dredd" nunca podrá llevarse a la gran pantalla como realmente merece. Es uno de esos personajes que, por mucho que se esfuercen los responsables, jamás será lo suficientemente aprovechado en su traslación. Eso, por un lado, es una pena... pero por otro, está muy bien. Porque de este modo, "Juez Dredd" seguirá siendo un personaje de incontestable culto concebido para el gozo de unos pocos pero entusiastas elegidos.
Amén.