Hace unos días alguien me preguntaba títulos actuales que pudieran tildarse de "culto". Entonces se me ocurrieron muy pocos, probablemente porque una película no obtiene esa etiqueta hasta que han pasado unos cuantos años. Pero después de ver ayer noche la cacareada "The cabin in the woods", me atrevería a decir que, si no lo es ya, podría ser una firme candidata. Entre los varios motivos, encontramos dos de peso, por un lado los interminables retrasos y problemas que tuvo desde su parimiento en el 2009, lo que le ha condenado un poco a la sombra, anulando parte de su potencial de cara a la taquilla y obligando a buena parte del "fandom" a tirar de descargas ilegales para dar con ella... o acudir a festivales especializados. Por otro, que Joss Whedon es co-guionista, productor y director de segunda unidad. En el 2009 Whedon era conocidillo por la serie "Buffy, cazavampiros", pero hoy es un nombre intocable del panorama fricoso gracias a su buen hacer, en funciones de director, con "Los Vengadores". En ese sentido, "The cabin in the woods" ha salido ganando porque, encima, en su reparto cuenta con un primerizo Chris Hemsworth, es decir, "Thor" en las pelis recientes de la "Marvel" (incluida "Los Vengadores", se entiende). Y los atributos no acaban aquí, hay más: La relativa pero funcional originalidad de su trama y las nada disimuladas referencias a tantos otros clásicos modernos del cine de terror.
Fin de semana. Unos chavales pillan la caravana y se largan de relax/fiesta a una cabaña en el bosque. Una vez allí, serán acosados por una panda de zombies dispuestos a acabar con ellos. Sí, todo esto sonaría a más de lo mismo si no fuera porque, ya de buen principio, vemos como los chavales son monitorizados y seguidos con atención por lo que parece una misteriosa organización que luego meterá la zarpa en el putiferio... y mucho.
"The cabin in the woods" es la nueva generación de las "películas referenciales", ese "metalenguaje" tan propio del cine fantástico moderno, especialmente el de terror, en el que se dan la vuelta a los clichés habituales para reírse afectuosamente de ellos y moldear una historia que intenta ser diferente. En el caso que nos ocupa, la conexión con la saga "Evil Dead" resulta del todo notable: la cabaña y su entorno son iguales a "Terroríficamente muertos". Aquí también hay una trampilla en el sótano que se abre abruptamente, y un libro que leído, resucita a los muertos, además de otras referencias incluso más directas. Luego, también tenemos alusiones a "The Ring" o "Hellraiser" (con ese seudo-cenobita de curioso aspecto, que parece casi salido de la aborrecible tercera entrega de la famosa saga), entre otras.
¿Y que hay de los famosos giros argumentales y etc?, pues están bastante bien pensados, a pesar de que con ellos, "The cabin in the woods" se aleja del terror puro y se adentra más en la ciencia ficción. Resulta difícil hablar de todo ello sin destripar la relativa sorpresa. Digamos que, a mi parecer, comienzan a darte pistas demasiado pronto, anulado su verdadera capacidad de sorprender y, como digo, en cierto modo molesta. Vale, sin esos elementos sería un film terriblemente trillado, pero joder, ¡hubiese molado ver una versión de "The cabin in the woods" que se ciñera al elemento genuinamente terrorífico y formuláico!, más aún con un título tan jugoso.
Aún así, la cosa funciona, especialmente toda la parte final, con el chaparrón de monstruos, los chorros de sangre, el cameo de ya sabéis quién (los que la hayan visto), la explicación del pitote (y cómo se manipula a los protagonistas para que encajen como un guante en sus esperados estereotipos) y el final-final.
Mi problema con "The cabin in the woods" es que la vi ya consciente de todo el "hip" que arrastra y, claro, me esperaba algo más. O mejor, algo menos. Me encantan las pelis de miedo situadas en frondosos bosques y viejas cabañas de madera... y esta lo es, pero no.
Está decente, no aburre, tiene ritmo y se deja ver, pero tampoco creo que haya para tanto ni que sea la repanocha. Solo que, tal y como anda el panorama del cine fantástico moderno, uno agradece el intento.