Y está bien la cosa, se cuentan cosas interesantes, vemos
fotos de pre-producción donde vemos el look que lucía Freddy al principio, con
boina en lugar de sombrero, vemos que pinta tenía como Freddy Krueger, David Warner, que fue la primera elección para interpretar al pedófilo…La cantidad de
datos, notas y curiosidades que se cuentan en “Never Sleep Again”, es infinita,
además servido todo a una velocidad de vértigo, tropecientos cortes que le
confieren al documental un ritmo casi de video clip.
El tema es, que yo veo las películas cuando salgo de
trabajar, llego a casa a altas horas de la madrugada. Y decido ponerme el
documental pensando que su duración será la estándar. ¿Y que es lo que pasa?
Que se trata de un documental de ¡¡¡Cuatro horas de duración!!! Y amigos, eso,
por muy interesante que esté, y a esas horas, deja K.O. a cualquiera.
Independientemente de que no son horas para ponerse a ver
este tipo de cosas, el tema está en que la primera hora y media de película,
que es en la que se habla de la primera película de la saga, y parte de la
segunda, transcurre fluida y entretenida, pero a partir de ahí, la cosa decae
peligrosamente. El aburrimiento acaba campando a sus anchas, y el ritmo ligero
que lleva acaba saturando. Terminamos del Freddy hasta la coronilla.
Por otro lado, el documental, es un puto spot del remake de
2010, ya que salió justo a la vez que la película en los U.S.A. Una cosa muy
oportunista, como no.
Dirigen la cosa Andrew kasch y Daniel Farrands, director
especializado en rodar doces sobre sagas míticas de terror, como ya demostró en
“His name was Jason” y tantos otros.