martes, 30 de abril de 2013

CINES DE MADRID

Cualquiera que me conozca, estará harto de escucharme hablar de los cines de mi niñez, aquellos locales de exhibición en los que adquirí mi educación y que forjaron mi personalidad. Cuando me sale la vena nostálgica, más que los programas de la tele o los tebeos de la época – que también- son los cines a los que iba los que logran hacer que suspire de añoranza. Siempre he hablado de los locales que había en Alcorcón, localidad esta, en la que tan solo quedan unas multi-salas a las afueras. No queda ni un cine. Valderas, Pachon, Estoril, Multisalas Septimo Arte, y, sobretodo, Benares, son nombres de cines que salen siempre a relucir en las conversaciones que de vez en cuando se tienen con los amigos de aquellas de “yo me acuerdo de esta película, que fui a verla a...”
Añadan a esto, mi interés por estos locales a raíz de mi profesión – ya extinta también- como proyeccionista, que es también un plus a la hora de amar estos recintos.
Por eso, en cuanto supe de la existencia de este libro, cuyo tema central son los cines de la capital, supe que tenía que hacerme con el. Sin saber mucho más, tan solo que se hablaba de estos cines, que si no me tocan tan de cerca como estos que he nombrado de la localidad en la que me crié, si que me tocan de forma directa al ser los cines dónde mis padres me llevaban cuando había ese estreno incontestable que había que ir, obligadamente, a verlo “a Madrid”, siendo yo un infante, o re-descubriendolos en la adolescencia, cuando ya me permitían mis progenitores coger solo el transporte público en la adolescencia.
Pero centrémonos en el libro que nos atañe, este “Cines de Madrid”.
Escrito (y fenomenalmente documentado) por David Miguel Sánchez Fernández, en realidad es un libro de arquitectura destinado, probablemente, más a arquitectos que a cinéfilos en cuanto que el grueso de su contenido, son detalladas descripciones de los muros, interiores y decoraciones de estos, en muchos casos, centenarios lugares, que aunque muy pocos continúan en pie funcionando, prácticamente ninguno permanece intacto como el primer día. Sin embargo, bien nutrido de fotografías e información gráfica, y que si ocurrió en algún momento algún hecho histórico dentro (o fuera) de los muros de aquellos cines, Sánchez Fernández nos lo cuenta de forma muy directa, y no deja de ser un libro muy interesante, aunque, como es mi caso no nos interese en ningún momento la arquitectura, y , confieso, pasemos largos párrafos dedicados a ese arte.
Sin embargo, datos como fechas de apertura, títulos de las películas en las respectivas aperturas y clausuras de los cines, así como fotos comparativas de como eran esos cines en su momento, y como permanecen en la actualidad, personalmente, me la ponen muy gorda. Por no hablarles de esas fotografías ochenteras en las que vemos las grandes marquesinas que anuncian cosas como, por ejemplo, “Tiburon 3”.
Así que, fuere como fuere, un libro altamente recomendable, que además, si no se es un completo lerdo como yo, y se tiene la sensibilidad suficiente para apreciar esos cines como las grandes obras arquitectónicas que son, intuyo que el trabajo del autor, es poco más que una obra maestra.