viernes, 12 de abril de 2013

BARCELONA CONNECTION

Miguel Iglesias Bonns, de dilatada carrera y que dirigió algunas películas de Paul Naschy, se despide del cine casi entrando en los noventa, con la ley Miró ya en ciernes, atreviéndose con un thriller basado en la novela homónima de Andreu Martín.
Las mafias internacionales comienzan a instalarse en  la ciudad de Barcelona, y un policía comienza a investigar para intentar impedir que esto ocurra.
Así de simple es la trama de la película. En realidad un ir y venir por parte del protagonista, que pregunta, vuelve a preguntar y compra jaco para confidentes yonkies, mientras las subtramas se van resolviendo ellas solitas.
Alguna persecución de coches más o menos aceptable y poco más.
Lo bueno de la película, es que se atreve con un género puro y duro en unos tiempos en los que ya se había instaurado el tipo de cine de los Carlos Sauras, Jose Luises Cuerdas, Vicentes Arandas y demás, que acabaron asesinando el cine español, y ya solo por eso, se merece mi respeto.
Sin embargo la película es lo que es; un pequeño bodriete con un argumento y una trama de lo más endeble que no se sostiene por ningún lado porque no hay una historia (ni buena, ni mala) que contar.
Las maneras de dirigir de Iglesias Bonns, a estas alturas están trasnochadas y le dan a la película apariencia de película chunga, y pese a que de ritmo anda la cosa bien, incluso con momentos trepidantes, al final, mientras la vemos, nos preguntamos que cojones estamos viendo y por qué nos aburrimos tanto con tanto camelleo, poli duro, juez corrupto y persecución, cuando todo esto debería ser, a priori, harto vibrante.
En el reparto, actores de la escuela Catalana de toda la vida como Alfred Lucheti, Jordi Torras o Sergi Mateu, junto con Fernando Guillén, Joaquín Kremel y una jovencísima Maribel Verdú, que, como siempre, nos muestra sus redondos pechos y rosados pezones… pero todavía no iba de diva...