Poco después de morir Manuel Vázquez,
pocas fueron las referencias editadas por las distintas editoriales
que disponían de su obra, pero en 2010, justo en las semanas previas
del estreno de ese gran fracaso que resultó ser la película de
Oscar Aibar “El Gran Vázquez” (que dicho sea de paso, no está
nada mal), las librerías se inundaron de tomos recopilatorios con
algunas de las obras del historietista madrileño. Una de esas
publicaciones, este libro.
Ahora, su autor Antoni Guiral, asegura
en el interior de estas páginas, que es una pena que se tenga que
estrenar esta película para que pueda aparecer en el mercado este
libro, así como esos nuevos tomos de la obra de Vázquez, y no
independientemente, lo que por otro lado es una suerte. Y una
alegría, el poder recuperar esa obra, prácticamente desconocida
para mí. Porque mi relación con los Tebeos de Vázquez, se reduce a
la de cualquier individuo de mi edad; pude leer “Anacletos” y
“Hermanas Gilda” en los ochenta, por ende, no leí a Vázquez,
sino a sus negros capitaneados por Blas Sanchís, y son las páginas
que yo recuerdo.
No obstante, de la escuela Brugera,
Vázquez (o mejor dicho, sus personajes) nunca fueron de mis
favoritos. Si bien siempre fueron las creaciones de Escobar, con
“Zipi y Zape” a la cabeza y, sobretodo, “Carpanta” mis
favoritos, detestaba no obstante las de Francisco Ibáñez, había
uno que me hacía especial gracia, que ya de mayor, descubrí que se
trataba de Segura, Vázquez andaría ahí, ahí, en un tercer o
cuarto puesto entre mis preferencias, y no precisamente con
“Anacleto” o “Las Gilda”, sino con “Gu-Gú” y “La
familia Churumbél”. Tuve que hacerme mucho más mayor para
apreciar el humor del historietista, que si, es bueno, pero tampoco
le veo excepcional comparándolo con sus compañeros de Bruguera.
Es con sus aventurillas en la vida
diaria, como moroso y estafador, con las que mucho después, recobro
cierto interés por el autor (no mucho tampoco, que yo no soy muy de
cómics).
Hecho este inciso, con la lectura de
este libro de corte biográfico, que repasa integra su obra desde los
años 40, que incluye páginas de todas las etapas de Vázquez, desde
antes de Bruguera, pasando por su affaire en “El papus” como
“Sappo”, o su estancia en “Makoki”, terminando por su etapa
fanzinera poco antes de morir, ya el lector se empapa de tal manera
en Vázquez, que ya no necesita leer absolutamente nada mas de/sobre
él. Eso no quita que a posteriori, a uno le entren ganas de leer
Vázquez. En mi caso, me ha entrado cierto interés por su ultima
etapa.
Con entrevistas a familiares de Manuel
Vázquez, como cimientos para la obra de Antoni Guiral, el libro
ahonda en su vida y obra, ahorrándose detalles escabrosos,
centrándose en la evolución del estilo del dibujante con el paso de
los años, y mostrándonos lo más granado de su basta obra,
consiguiendo una lectura ultra-interesante, ligera, y adictiva, tanto
de los textos, como de las páginas que se nos muestran como ejemplo,
máxime cuando muchas de ellas, están directamente escaneadas de los
originales del autor.
Así pues, un libro imprescindible, no
solo para los amantes del cómic en general, sino también, para los
que, como yo, cogen un tebeo muy de pascuas a ramos.