miércoles, 22 de mayo de 2013

UM LOBISOMEM NA AMAZONIA

En los últimos años de vida, Paul Naschy logró salir de España para rodar películas en USA ( “The tomb of the werewolf” de Fred OlenRay  y “Contess Dracula´s orgy of blood” de Don F. Glut) o en Brasil, caso este de “Um lobisomen na amazonia”, mientras además curraba en este país que tanto le ha ninguneado, cosas tan potables como “Rojo sangre” o “La herencia Valdemar”. Lo curioso es que cualquiera de las películas que rodó aquí en los últimos años, ya sea porque efectivamente tienen más calidad o más gracia, son infinitamente mejores que aquellas que rodó en los países dónde tanto se le admiraba. Allí el Lon Chaney patrio fue pasto de los productos video cluberos más infames y cutres.
Pero el caso de su incursión en la tierra de las fabelas, es poco menos que deleznable.
Un remedo de conceptos lleno de guiños a todo tipo de películas de terror rodado en vídeo donde, efectivamente, Naschy es el protagonista, aunque da la sensación de que Iván Cardoso, uno de los directores punteros del fantástico brasileño, se toma a Naschy y al cine de terror en general a cachondeo. La película tiene poco presupuesto, de acuerdo, pero no por eso hay que exagerar lo “cool” de la propuesta y enfatizar en el humor voluntario, haciéndolo pasar por involuntario, que es lo que le pasa.
El Doctor Moreau, tras empollarse los cuadernos del Doctor Menguele, acude junto con su ayudante contrahecho Zoltar a algún lugar perdido de la Amazonia. Allí, crea una raza de Amazonas para no se qué cojones, mientras busca la cura de su enfermedad. Mientras, un grupo de jovencitos sin cerebro, son devorados por un hombre lobo. Y mira tu por donde, la licantropía resulta ser la enfermedad incurable del Doctor Moreau.
Una patochada mayúscula, con un Paul Naschy ya muy mayor, revolcándose con señoritas de dudoso buen ver, que para nada hace justicia a sus anteriores películas del hombre lobo, por mediocres que muchas de ellas pudieran ser. No en vano, al menos han evitado que esta fuera una más de la saga de Waldemar Daninsky, en pro al poupurri de referencias de la que se hace eco la historia.
Mala, antipática y aburrida, al menos nos echamos unas risas (en los momentos en los que se supone que no debemos) con las conversaciones, hablando todos los personajes en su idioma materno, el portugués, a excepción de Paul Naschy, que habla en perfecto castellano. Aún así, ni Naschy tiene problemas para comprender el portugués, ni el resto de los actores lo tienen para entender el castellano.
La cosa está en que a mí, que el Doctor Moreau se haya convertido en un hombre lobo, me parece una gilipollez total, y esta película me provoca vergüenza ajena. Ni lo exótico de su procedencia la salva de la quema.