viernes, 17 de mayo de 2013

SYNGENOR, EL SOLDADO DEL FUTURO

Sigo encontrando a precios ínfimos ediciones de cochambre de esos, no se si decir, genios o manazas de DVDSpain, cuyos diseños de carátula logran lo que no logra nadie: que sus dvds echen para atrás. Sin embargo, yo los sigo consumiendo… no sin ciertas dificultades esta vez.
Se trata de una película tan, tan coñazo, rodada con tanta desidia, que entre la falta de concentración de un servidor ante tamaña mierda, y que no está explicada con demasiada habilidad, la sinopsis que alcanzo hacer es la siguiente:
Resulta que el gobierno ha creado una especie de súper soldado sintético para que campe por el desierto para hacer no se que demonios. Por otro lado, en un laboratorio han plagiado el soldado, y les ha salido un tanto defectuoso, por lo que a este le dará por asesinar a todo bicho que se meneé, además de  reproducirse asexualmente cada veinticuatro horas. Un gañán que se parece a Steve Guttenberg y una muchacha, investigaran en los dominios de su desquiciado creador, con el fin de poner fin a estos soldados asesinos con pinta de alienigenas.
“Syngenor, el soldado del futuro” es la enésima consecuencia de “Alien, el octavo pasajero” en el sentido de que, para diseñar sus soldados, se han basado, obviamente, en los diseños de Giger. No obstante, no dejan de ser señores disfrazados. Sin embargo, y lejos de parecerse a los de “Alien”, cuando hacen acto de presencia estos señores disfrazados, se asemeja mucho más a las “Monster movies” de los años cincuenta. La cabeza de los soldados es  rígida, no agitan ni una pestaña, y los actores se mueven torpemente dentro de su disfraz. No obstante, son el único motivo por el que ver la película, aunque esto no sea suficiente para justificar el visionado.
Por otro lado, como creador megalómano y  borracho de poder de los soldados plagiados, tenemos a un David Gale post “Re-animator”, que nos ofrece un recital de histrionismo en la recta final del film, que si que nos proporciona las risas que intuimos que vamos a sufrir antes de darle al play. Con todo, eso tampoco sería suficiente.
El hecho de que la película no contenga ni tan siquiera una gotica de sangre, cosa esta que pide a gritos, las eternas e insustanciales conversaciones que le dan grosor al metraje, y unas tetas metidas ahí con calzador, no provocan la solaz del espectador. El tempo interminable y lo estúpido de todo el tinglado hacen de “Syngenor, el soldado del futuro” uno de los zurullos más insoportables del mundo.
Dirige esto George Elanjian Jr. Cuya filmografía se reduce, como no, a programas y series de televisión.