Sin embargo, esta película, “Una puerta especial” me parece
ideal para comentar, tampoco demasiado, un poco por encima, porque se trata del
primer “biopic” que se cascan los gitanos. Igual que Spielberg se marca un “biopic”
sobre uno de los presidentes más
importantes de los Estados Unidos, los gitanos se marcan uno sobre uno de los
miembros de su comunidad más importantes, Emiliano, apóstol de Jesucristo,
según rezan los créditos, “Puesto ahí, no por los hombres, sino por Dios”.
El tal Emiliano es un gitano que en plenos años sesenta dijo tener una revelación de Dios. A partir de ahí, y según esto, es capaz de curar tumores, hacer andar a minusválidos, y en definitiva, crear
milagros.
Así pues, y usando el típico filtro de envejecer la imagen
que trae cualquier programa de edición, los gitanos se ruedan una de sus
películas, llena de interpretaciones intensas, actuaciones musicales de algunos
de los miembros más creativos del culto, y todo lo que es habitual en su cine,
salvo que se están basando en una historia real, contando, además, con los
testimonios en primera persona de Emiliano, que nos va narrando su vida,
mientras la vamos viendo a base de flash backs.
Lo curioso, ante todo, es que después de la primera tanda de
créditos, dónde no aparece director alguno, vemos testimonios de los
actores que nos cuentan lo agradecidos que están al haber rodado esta película
(una pareja, incluso se emociona y llora), y podemos ver también al productor,
que nos asegura que los gitanos tienen un don a la hora de ponerse a hacer
cine, que dios les guía, y afirma que para hacer una película, gracias a él, no
necesitan saber leer y escribir, ergo, no les hace falta un guión, no les hace
falta saber de matemáticas, y que la dirección de la película, ha corrido a
cargo del espíritu santo. No le falta razón.
El título original de la película es “Una puerta especial”,
pero por los lares que se mueve esta cinematografía, que es, básicamente,
youtube, se la conoce más por el nombre del personaje que homenajea, que por su
título original: “Emiliano el apóstol”.
Desde luego, imposible aburrirse con el cine evangélico
gitano.