Claro que la comedia en este caso, viene que ni al pelo,
porque parece que Franco no concibe el folletéo sin diversión, ergo los momentos
mas lúcidos de comedia de Jess Franco están, paradójicamente, en sus películas
porno.
Sin embargo, esta “El mirón y la exhibicionista”, sería de
aquellas la más seria.
Cuenta la historia de un individuo que, prismáticos en mano,
espía a su vecina cuando esta está tocándose o cuando sube a casa algún maromo
para follarselo. Ella sabe que es espiada y esto le excita.
Bueno la peli, no es muy allá, está entretenida y listo, que
ya es mucho. Pollas de actores de la
escudería Franco que hicieron porno, sin ser actores porno, y así pasa, que
aquello no se levanta. Cosa que a la cámara de Jess parece no importarle lo más
mínimo.
Lo gracioso es que esta película culmina con un pajote de
“El mirón” del título”, que se resuelve con primeros planos del individuo
mirando por los prismáticos y planos de este mismo pajeándose ¡con la misma
mano con la que está sujetando los prismáticos! Una de esas chapuzas del tio
Jess, que una vez más quería darle a su querida Lina Romay más protagonismo del
que merecía, haciendo ver que era ella la directora de la película, firmando
esta bajo el pseudónimo de Lulu Laverne,
que a su vez, es el pseudónimo que uso la Romay para protagonizar la cinta. Ya
no cuela, aunque hay quien afirma que estas películas las dirigían ambos al
alimón. Pudiera ser.
Más que nada, y volviendo a la escena final de masturbación
del “mirón”, me queda clara una cosa, a juzgar por la chapuza de planos. Quien
se pajéa, que incluso, llega a derramar su semilla asquerosamente contra el
objetivo de la cámara, no es el habitual José Miguel García (también conocido
como Morgan Childrum, como Joan Marille o más jocosamente como Jean Morcillón
en “El ojete de Lulú” o como “Evaristo Pichales” en “Entre pitos anda el
juego”). No lo digo gratuitamente, la polla de quien se masturba en primerísimo
primer plano delante de la cámara, no concuerda con la de García. Es aún mas
pequeñaja y los huevos más colganderos –a juzgar por lo visto en otras
películas-. Es más se trata de una polla ridícula que casi queda cubierta por la
mano masturbadora. Y esto que voy a decir, no es seguro, claro que no, no está
contrastado ni he escuchado por ahí nada similar, pero yo diría, que quien se
masturba delante de la cámara es el propio Franco. Es una corazonada. Si
alguien lo supiera a ciencia cierta, que lo ponga en los comentarios…
Observaciones aparte, digamos que la película está graciosa,
tiene algunos ramalazos estilísticos que llaman la atención ( esa fotografía
oscura y el inquietante fondo negro en el que opera “El Mirón”, junto con la
iluminación casi de película de terror), incluso la trama está bastante bien
para ser una peli porno. Y es que, oigan, a ver si al final, lo mejor de la
filmografía de Jesús Franco van a ser sus pelis porno…
Eso si, para masturbarse viéndola, no vale. Aunque cierto
amigo mío me confesó, que le llega a excitar más que una peli porno normal y
corriente.