Vi "All Hallows´ Eve", del año 2013 (a duras penas editada en dvd en España como "La víspera de Halloween"), la adecuada noche del pasado 31 de Octubre.
Cuando me informé previamente, tuve escalofríos. Pintaba a bazofia zetosa semi-amateur de esas asesinablemente aburridas, vacías, previsibles y post-modernas. Al final resultó que, aun siendo serie Z, semi-amateur y post-moderna, la cosa no estaba ni tan mal. De hecho, está bastante bien. Pero vayamos por partes.
Es la noche de las brujas. Una pareja de hermanos descubren que en su saco de los caramelos alguien ha colado una cinta VHS. Quieren verla, pero su canguro no se lo permite por miedo a que se trate de algo pornográfico. Al final la curiosidad puede más y la ponen en el vídeo. Ello da pie a lo que serán tres historias diferentes con un nexo de unión: un payaso de acongojante aspecto que responde al nombre de Art. Tenemos una chica secuestrada por una secta de brujas satánicas. Otra acosada por un marciano. Y, finalmente, una tercera perseguida sin descanso por el mismo Art en una trama que recuerda levemente a cierta historieta de "Creepshow 2". Una vez terminadas, volvemos a la canguro y los chavales, a los que les espera un fin de noche escalofriante y, también, muy sangriento.
Y es que sí, amigos, "All Hallows´ Eve" es muy generosa en cuanto a gore. La truculencia no solo resulta gráfica y políticamente incorrecta (con niños y preñadas sufriendo mutilaciones diversas), es que además está facturada toda con látex. Nada de CGI. Ello se fundamenta en el hecho de que su director, Damien Leone, viene del mundo de los efectos de maquillaje. Explotó sus talentos para un puñado de series Z varias, así como su propia película -y debut, por cierto- donde también ejerce de guionista, montador y... bueno, alguna que otra cosa más.
"All Hallows´ Eve" es un producto ultra-indie, pero curiosamente, y por encima de todo, uno que funciona. No aburre. O casi no aburre. Tal vez la historia intermedia sea la más floja, por su ritmo, por ser la menos truculenta y lucir un marciano no especialmente conseguido, pero el resto, por raro que suene, se salva. Sobre todo el payaso Art, muy bien caracterizado (es realmente terrorífico, de ahí que su cara sea lo único que vemos en el cartel) y que, gracias a dios, es totalmente mudo.
En el lado malo (y aquí es cuando entramos en el asunto de las post-modernidades), citar el odioso uso -en la tercera historia y el final- del efecto "película rayada" y ciertas citas al "vhs de los años 80" un tanto cargantes. Suerte que los buenos resultados del resto compensan semejantes deslices.
Recomendable.