Para bien o para mal, una de mis lecturas de importación recurrentes en los noventa era "Film Threat Video Guide", hermana mucho más focalizada en lo alternativo y marginal -y, por tanto, mejor- de "Film Threat". Fue en sus páginas donde supe sobre un cortometraje del que se hablaba mucho y muy bien, "Squeal of Death", que si destacaba era por su tono de dibujo animado de carne y hueso, a base de dinamismo alocado y absurdismo estridente. Sus responsables eran Alex Winter y Tom Stern. A Winter lo tenía visto como actor, interpretó a uno de los punkis malos en la estupenda "El justiciero de la noche" y a uno de los vampiros malos en la sobrevalorada "Jóvenes Ocultos". Luego se convirtió en el super-colega de Keanu Reeves para la saga de "Bill y Ted". De Stern no sabía nada de nada. Juntos lograron dar el salto a la MTV con un escueto programa de sketchs llamado "The idiot box" donde de nuevo tiraban de las formas de su afamado corto, incluyendo animación en stop-motion y humor un pelo transgresor, antes de que "South Park" lo convirtiera en algo normal y corriente. Los resultados de aquella nueva aventura afirmaron, de una vez por todas, que Winter y Stern estaban listos para su primer largometraje con cara y ojos, "Freaked", subtitulada en España sutilmente como "La disparatada parada de los monstruos".
Un actor de cine y televisión tan famoso como vanidoso y arrogante, acepta a cambio de mucho dinero promocionar un producto químico que sabe es terriblemente dañino. Puesto que tanto en Europa como en Norteamérica está prohibido, lo mandan a Sudamérica (a la ciudad de ¡¡Santa Flan!!). Una vez allí, él, su estúpido socio y una chica de tirón anti-sistema, terminarán en la terrible parada de los monstruos del profesor Elijah C. Skuggs, que les convertirá en bichos deformes (gracias a la mentada y dañina sustancia) y entrarán a formar parte del consabido espectáculo con otras criaturas igual de mutadas. Obviamente, juntas terminarán revotándose a su carcelero.
Después de lo dicho sobre "Squeal of death" y "The idiot box", resulta bastante sencillo suponer qué clase de humor gasta "Freaked": uno extremadamente delirante, con notables connotaciones "cartoonescas" y muy muy absurdo. Podría parecerse un poco al "spoof", pero termina siendo distinto, primero porque no hay citas meta-cinematográficas y segundo porque, además de situaciones surrealistas, tenemos personajes también muy extremos. Muy locos, cosa que no solía darse en el "spoof" primigenio (donde la gracia consistía en situar personajes serios y creíbles en escenarios imposibles, el contraste hacía el resto). Así pues, la abundancia de gags genuinamente graciosos, sea por brillantes, sea por gilipollas-pero-divertidos, es infinita. Y la risa, en mayor o menor grado, está asegurada. Además que, al ser un film tan libre (y tan punk rock, como he leído por ahí), no resulta todo lo previsible que podría. Sí que en algunos aspectos tira de fórmulas (tal vez el clímax final sea lo que más peca en ese sentido), pero siempre hay alguna salida / sorpresita inesperada que te descoloca y hace del visionado algo mucho más estimulante. Sin duda, mi personaje favorito es el de Stuey, el super-fan del protagonista, que se guarda alguna de las ocurrencias más coñeras.
Mentar también el tremendo despliegue de efectos especiales, sobre todo de maquillaje y stop-motion, elaborados por nombres del calibre de Tony Gardner, Screaming Mad George, Steve Johnson y David Allen. No podemos pasar por alto que el diseño de algunas de las criaturas, especialmente las dos del final, beben mucho de los míticos dibujos de Basil Wolverton. "Acusación" que, viniendo de Winter y Stern, es del todo razonable y hasta lógica.
En el reparto localizamos rostros familiares como los de William Sadler, Randy Quaid, un sorprendente Mr.T haciendo de mujer barbuda, Brooke Shields huyendo de su imagen angelical, Keanu Reeves como "chico perro" -¡gracias Romerito!- (un papel NO acreditado por el que cobró nada menos que un millón de dólares!!!!), Morgan Fairchild, Derek McGrath y Bobcat Goldthwait poniendo sobre todo voz a uno de los monstruos. Curiosamente este y McGrath habían coincidido en la cuarta entrega de "Loca academia de policía".
"Freaked" se estrenó y fue un batacazo tremendo en taquilla, cosa bastante comprensiva. Era demasiado extravagante para funcionar entre el público masivo. La carrera de Alex Winter y Tom Stern se vio truncada. Ambos siguieron currando, pero sin alcanzar el triunfo esperado. Concretamente, la siguiente obra de Winter como director fue "Fever", más modesta y totalmente alejada del tono alocado y "cartoonesco" de la reseñada, apostando por el thriller a lo Hitchcock. Aún así, creo que sería interesante echarle un ojo. Luego vino "Smosh, the movie", sobre la que escribió Víctor en su día.
Resumiendo, "Freaked, la disparatada parada de los monstruos" no es un plato para todos los gustos. Solo aquellos que vibren con el humor más absurdista, extremo y demencial (como aquí el menda) disfrutarán del espectáculo. Recomendable.