viernes, 28 de marzo de 2008

MAXIMUM OVERDRIVE / LA REBELIÓN DE LAS MÁQUINAS

Recuerdo cuando las revistas especializadas en cine fantástico hablaban de "Maximum Overdrive" (uso el original porque el Español, "La rebelión de las máquinas" es, en comparación, mucho más soso) como el no va más de la temporada de estrenos que se avecinaba. Y es que no era para menos, el escritor Stephen King, padre de nosecuantos grandes títulos del horreur moderno, debutaba tras la cámara. Encima, las fotos que se veían eran de lo más jugosas, y prometían un festival de sangre y vísceras muy estimulante. Finalmente, todo acabó resultando una decepción tremebunda, la peli fue un fracaso de crítica y público y a estas tierras de lerdos llegó directamente en vídeo y, si no recuerdo mal, a través de la mítica "Dister", la misma que editó "Slugs, muerte viscosa".
Yo la alquilé en su día, pero a penas la recordaba... algo que en mi agenda es mala señal. Por eso, cuando la vi reposar en los estantes de casa de un amigo, en su edición digital (que por cierto, hace gala de los diseños de menús más horribles que se recuerdan), me entraron unas ganas irrefrenables de refrescar la memoria. Ahora puedo decir que tenía mucho sentido que mi cerebro se hubiera tomado la molestia de borrar todo recuerdo al respecto.
"Maximum Overdrive" cuenta la historia de cómo la cola de un cometa que pasa cerca de la tierra, dota de vida a todas las máquinas del mundo (desde un ventilador a un camión, que para algo tienen un papel protagonista) y estas deciden revelarse contra los seres humanos. Sobre tan básica premisa, Stephen King emula a John Carpenter (entonces aún en forma) metiendo a un grupo variopinto de personajes en un lugar cerrado del que intentan huir, pero no pueden, en este caso una estación de servicio.
Vale, hasta aquí bien. La lástima es que el film no necesitaba de mucho más para ser mejor, lo que pasa es que, claro, con el autor de "Carrie" dirigiendo, uno ponía (remarco que está escrito en pasado) las expectativas demasiado arriba. La falta de ritmo y, sobre todo, unos momentos de humor bastante anodinos y chorras (luego está el cachondeo involuntario, que lo hay), hacen cojear muy mucho al resultado. Encima, los personajes son bastante cutres, en especial ese Emilio Estévez como delincuente de buen corazón pero con carrera universitaria (¿que gilipollez es esa?, ¿acaso un no-universitario no puede ser valiente, inteligente y resolutivo?). Luego tenemos a la chica, de lo más sosilla y que mantiene un ridículo romance con el héroe de la función (de la actriz que le da vida, poco se volvió a saber). Y en general, sorprende que, a pesar de la delicada situación que viven y de haber presenciado el fenecimiento de seres queridos, los actores se pasan todo el metraje risueños y bromistas. De por medio, el propietario del antro resulta que tiene el sótano repleto de armas y las utiliza a intervalos, en lugar de acabar con la amenaza de un tirón (aparte de que disparar cohetes en una gasolinera no sea como muy seguro... digo yo). Cuando la peli está ya acabando y, más o menos, piensas que no está mal del todo (en especial la secuencia en la que los camiones forman una enorme cola para recibir su dosis de fuel), sale un texto que nos aclara que la culpa no era del cometa, sino de un ovni que chocó con un satélite Ruso y no se que polladas... ¿¿MANDE??, ¿y algo tan espectacular y determinante no lo hubieras podido mostrar, en lugar de perder el tiempo filmando a la panda de gilipollas escapando de los camiones?. En fin.
En otro aspecto que "Maximum Ovedrive" decepciona es en lo del gore y demás... las imágenes prometían mucha más chicha de la que finalmente hay, siendo esta bastante poco vistosa.
Un dato curioso: Metido en la producción está Milton Subotsky, co-fundador de la mítica compañía británica especializada en terrores “Amicus” y que desde ese momento, y hasta el día de su muerte, se dedicó a meter mano solo en adaptaciones de Stephen King para la gran y pequeña pantalla. Otro: Yeardley Smith, que interpreta a la irritante recién casada, es la responsable de darle voz -desde el principio- a ¡Lisa Simpson!.
Stephen King (que no repitió en la dirección y, francamente, podría... otros hacen más mierda y siguen) suele decir que cuando rodó esta cosa iba hasta el culo de coca -entre otras substancias, presupongo-, y se refiere a ella como "Mi propio "Plan 9 from outer space"", aunque hayan muchos críticos convencidos de que ya le gustaría a King haber facturado una peli la mitad de divertida que la de Ed Wood (no es mi caso, considero "Plan 9..." un tocho insufrible) 
¡Cuanta mala leche!